Las palabras del papa las oyen como…
El que oye llover; triste y desafortunadamente no influyen en los que de verdad tienen el poder para detener la guerra ("las guerras puesto que hay muchas y como siempre las hubo hace ya más de un siglo"). No, no se decanta el tan comentado y manido "poder de la Iglesia Católica"; como tal poder persuasor de lo que se debe o no se debe hacer en este pobre mundo; aquí sigue imperando la ley de la fuerza, la del negocio menos arriesgado y por el contrario el más rentable; y el oro o el dinero son la verdadera fuerza que lo mueve todo; todo lo malo que ocurre en este planeta desde que se escribe la historia; puesto que siempre se pretende lo material y tangible, transformable en moneda fuerte o lingotes de oro, platino, sacos de diamantes, o los materiales que sean más valiosos en el momento de los conflictos… "los cuerpos que van a sufrir o morir no cuentan en absoluto…las almas infinitamente mucho menos"; lo que cuenta (reitero) es "lo contante y sonante que sea reflejado en las cuentas bancarias más seguras de todo el mundo, o estén guardados en las cámaras más acorazadas y seguras del planeta"; todo lo demás huelga por lo absurdo e inútil y a la vista está… "sigue muriendo y matado el de siempre; y los de siempre recogen el fruto de todo tipo de latrocinios, puesto que no olvidemos el que las grandes fortunas, los grandes tesoros acumulados, fueron amasados siempre con la sangre, sudor y lágrimas de multitudes anónimas en mayoría, los que ni llegaron a saber el por qué les ocurrió todo aquel infierno que padecieron en conjunto e individualmente… puesto que no olvidemos que todo sufrimiento es individual antes que ningún otro… ya que a cada cual le duelen sus heridas y sienten con toda su alma a sus muertos, los otros heridos y muertos son relativos para cada uno de estos afectados por las desgracias máximas y que estamos ya hastiados de ver cada día como ocurren impunemente".
"¡Parad por favor! Os lo pido con todo el corazón. Es la hora de parar, ¡parad por favor! ¡Nunca más la guerra!"
Fueron las palabras gritadas al mundo por el Papa Francisco el domingo veintisiete de julio, desde su habitual y mundial púlpito de la Plaza de San Pedro; y ha sido una más de las ya multirrepetidas llamadas a la paz y la concordia que nadie quiere tratar el que sea establecida, puesto que los negocios son otros y la guerra (las guerras) no son otra cosa que negocios de expolio y que se desarrollan sin piedad alguna y desde "puestos de mando", que generalmente ignoramos la mayoría de desgraciados seres humanos que apiñados en hormigueros nos debatimos en este pobre planeta, a su suerte desde ni se sabe qué tiempo pasado y mucho menos del porqué de ello. Tristísima reflexión que me viene mientras escribo y que la reflejo tal y como ha llegado a mi alma en este momento de desesperanza cuasi total.
¿Por qué de las guerras y cada vez más acentuado ello? En primer lugar por el alto o altísimo precio a pagar por todo el material que en ellas se emplea, consume o destruye y el que hay que renovar constantemente (las fábricas de armamento no pueden parar); puesto que y es curioso… faltará dinero para alimentar a los que van a morir inocentemente, medicinas para curarlos y todo tipo de ayudas de verdad humanitarias… pero nunca faltará dinero para todo tipo de armamentos y pertrechos que necesitan los que van a emplearlos en realizar las masacres a que ya nos han acostumbrado y de la que nadie responderá nunca.
Los discursos de los que se auto titulan "dirigentes del mundo"; son palabras huecas, vacías totalmente de contenido positivo; son en realidad discursos de impotentes vete a saber por qué intereses de los que están atados y bien atados.
Siguen muriendo cada vez más los más indefensos, los que no visten uniformes militares, las mujeres, los viejos, los niños… "los aún sin nacer y que mueren vivos en los vientres de sus madres que no llegan a parirlos".
Ya no hay batallas entre guerreros profesionales o mercenarios; ya no hay generales ni caudillos que al frente de sus huestes, se jueguen el pellejo combatiendo al contrario… "ya la tecnología ha suplido y anulado cualquier riesgo del que en realidad dirige las batallas o masacres"; ya hasta los niños más en edad de ser enseñados en verdaderas escuelas a ser adultos útiles a la sociedad; se les caza inmisericordemente y se les enseña a matar, incluso obligándoles a comerse como caníbales los restos elegidos de los que han matado, demostrando que "ya son hombres".
Se raptan igualmente a niñas púber o muy jóvenes ya mujeres, para emplearlas como les da la gana a sus raptores y además, emplearlas como rehenes, en pro de una supuesta religión, cuyas bases son las mismas que las cristianas, puesto que dicen cumplir los mandatos de las leyes que diera Moisés a aquellos desgraciados en el bíblico éxodo de aquellos judíos; cuyos descendientes de hoy, igualmente masacran a lo que les parece, so pretexto de unas defensas de unos ataques, que nadie supo el por qué se producen; en fin… "el verdadero infierno en la tierra, que existe, aunque ya se dijera que en el otro mundo el infierno no existe". Si el Cristo viniera de nuevo, no habría que crucificarlo, que seguro lo volverían a crucificar… moriría de unos sentimientos tan amargos que suplirían al más mortífero de los venenos inventados por el hombre. Amén.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php
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