Vinos españoles y otros vinos
España destaca en el mundo como primera productora de vinos; y pese a los muchos acreditados y que vende exportándolos desde hace siglos; hay muchísimos más; puesto que en todas las provincias españolas, incluso en las tres de sus archipiélagos, situados en el Mediterráneo y en el Atlántico, se producen vinos y buenos vinos, alguno de ellos en lugares inverosímiles, como ocurre con el "Malvasía", de la isla de Lanzarote, que se cultiva en corrales de piedra volcánica y sobre muy secas arenas igualmente volcánicas, donde el agua brilla por su ausencia; y cito este por cuanto lo he visto y bebido allí, y me maravillé del cultivo y de tan buen vino, que indudablemente, debe contener algo de los volcanes tan abundantes en tan peculiar y preciosa isla.
España produce en cantidades muy superiores, al tan afamado francés y que obtenido en su "Champaña"; supo patentar el nombre y con dicha marca, sólo se puede vender el francés; pero en España lo copiaron los catalanes con su "cava" (vino de cueva) y que logrados excelentes caldos, compiten con los franceses en los mercados internacionales, vendiendo incluso más que ellos; y en adelante estos vinos de cava, y españoles, se venderán mucho más, puesto que muchas otras regiones españolas, hace ya años que iniciaron "sus vinos de cava"; y hoy abundan estos, en cantidad y calidad equiparables a los ya descritos.
Y se confirma ello, por cuanto en 2018, se han exportado vinos españoles, por valor de 3.290 millones de euros (ABC 30-06-2019) y lo que supone un aumento de casi el tres por ciento en relación al año anterior; lo que unido a su propia marcha en el exterior, consideremos que España recibe muchísimos millones de turistas anualmente y sigue creciendo la clientela; por lo que ésta, que si bien viene por el clima y las playas; "amén de los infinitos atractivos del interior donde cada vez acuden más"; también les gusta la gastronomía hispana en su conjunto; y como es natural, su enorme variedad de vinos, que aquí beben a precios incomprensibles para muchos de ellos, puesto que el vino en sus países suele ser "un lujo", y aquí, se pueden hartar de buenos vinos, de marca y embotellados, por cantidades muy asequibles; si bien, aquí y en ciertos lugares, el vino también se cobra a altos precios, pero reitero; en general en España buenos vinos están al alcance de cualquiera, incluyendo entre ellos los de las más afamadas regiones.
Como yo he viajado bastante y en esos viajes, he bebido y degustado vinos, desde los alemanes del Rin, pasando por los "endulzados de Austria"; de Hungría; continuando con los también muy variados y abundantes, italianos, franceses, portugueses (incluido su isleño de Madeira) y africanos de Marruecos, que pese a sus creencias en la religión de Mahoma; tienen buenos vinos que cultivan en las tierras de Fez y Mequinez; también he bebido vino griego y algunos otros que no recuerdo; puesto que en las travesías en cruceros, te sirven vinos que proceden de países que ni conoces; puedo decir que "he bebido y degustado vinos, sin nunca emborracharme".
Por ello puedo decir, que el mejor sabor del vino, es el que se bebe "en su bodega, allí donde nace y se cría; es en ese ambiente donde mejor sabe el vino que sea, con tapa (comida) o sin ella; pero reitero, es en ese templo del vino, de cualquier vino, donde mejor te caerá el vino; y si no abusas, no te hará nunca daño.
Pero yéndonos "al grano"; o sea, a los precios y calidades del vino. Puedo decir que no es necesario gastar mucho dinero en el vino; salvo "el capricho de degustar algo especial, que merezca ese esfuerzo dinerario"; cualquier vino fresco o a lo sumo de un segundo año; embotellado; sabe estupendamente y cae "como dios", en el estómago humano; da igual de la región que sea; siempre que el mismo haya sido elaborado y criado por un buen bodeguero, grande o pequeño, pero que sepa hacer vino; es por lo que yo, que puedo seguir bebiendo vino (moderadamente y tinto, por cuanto me lo recetó así el médico) consumo botellas normales del tres cuartos de litro; y las que en la tienda del barrio o supermercado, me cuestan de dos a tres euros unidad; y como sólo puedo tomar un vaso de unos cien c.c.; lo voy saboreando mientras como y al final me quedo satisfecho y con ese sopor agradable que siempre deja un buen vino.
Y es que el vino es algo insólito por su historia (la tengo escrita) y sobre todo en la vida de Cristo, que como sabemos, su primer "milagro", es convertir el agua en vino en aquellas bodas de Canaán… y su último acto, con sus discípulos, fue cenar juntos y beber vino, mientras cenaron o qué sabemos si también después; y de ahí, "la misa o santa misa, que celebran los curas o sacerdotes, en memoria del Maestro".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
No hay comentarios:
Publicar un comentario