Madrid, El Pardo y dos conventos
Recientemente hemos estado en Madrid de visita turística; los destinos fueron tres; el Palacio Real de "El Pardo" y los Reales Monasterios de Las Descalzas y de La Encarnación. Mi interés principal era para el primero, puesto que aún construido por los "Austrias" y hace ya cuasi medio milenio; el último ocupante fue el dictador Francisco Franco Bahamonde; que lo ocupó hasta su muerte, puesto que prácticamente allí murió; y "medio muerto", aún tuvo la fortaleza de presidir su último consejo de ministros, allí mismo. O sea y en definitiva, que Franco mantuvo el poder hasta que "la parca", lo agarró definitivamente y se lo llevó al otro mundo… "murió pues con las botas puestas" y como corresponde a un buen militar, en ejercicio hasta el final de su vida.
En la visita (guiada) al palacio y como propiedad del Estado, el guía nos fue mostrando lo visitable del mismo y las obras de arte que allí y al igual que en el resto de los múltiples "palacios reales"… existen. Me llamó mucho la atención, que al pasar por las habitaciones que ocuparon Franco y familia; y las que, respetándolas, "no han tocado apenas"; sorprende la austeridad de las mismas y en contrapartida de las del resto de aposentos que los reyes se hicieron instalar. Allí se pueden ver incluso los uniformes que empleara en actos oficiales el generalísimo, su mesa de trabajo (siempre llena de papeles y documentos, puesto que se nos dijo trabajaba "duro" y muchas horas al día) e incluso… "el aparato de radio que como regalo le trajo el presidente Eisenhower, cuando vino a visitarlo desde los EE.UU. para los pactos que convinieron ambos jefes de Estado"; recordemos este importante evento, puesto que fue el norteamericano el que vino a verlo y no al contrario; a los EE.UU. les interesaban aquellos pactos militares.
Destaco ello por cuanto y como gobernante de "un reino" (nunca España dejó de serlo, ni en el período de Franco) no recargó su residencia como los reyes que sí que lo hicieron y que después de muerto, lo han aumentado los posteriores gobernantes, puesto que, ese palacio, se cede a los jefes de Estado que vienen en visita oficial a España; e igualmente sirve para los actos y boatos de la actual familia real.
Reconozco igualmente, que el respetar la historia y las personas, ha sido un hecho muy bueno para no ocultar nada a la posteridad, en cuanto a la ocupación por un transitorio jefe de Estado, que al final instauró la nueva monarquía (que no ha sido hereditaria, sino impuesta por Franco y luego aceptada por el pueblo español).
Un detalle… en esos aposentos, incluso está aún el reclinatorio y el oratorio donde, fue depositada la "sagrada reliquia o brazo incorrupto de Santa Teresa"; y en el que oraban el matrimonio… reliquia que una vez muerto Franco, ha vuelto al convento de Antequera y a las monjas, "propietarias de tan sagrada reliquia". Santa Teresa y según cuenta el guía, fue "hecha pedazos y su cuerpo incorrupto hoy está distribuido en diferentes sitios religiosos y en los que se custodian estas reliquias".
Realizada la visita y que nos ocupó todo el tiempo libre de la mañana, tras la comida del medio día, fuimos (el grupo turístico) a visitar, el monasterio de La Encarnación", que como fundado por los reyes reinantes en el momento (ver detalles en Internet) y el que "lleno a rebosar" de obras de arte y sobre todo de pinturas; asombra y sorprende su contenido y que debe ser de un incontable valor; por lo que hay que verlo para creerlo. A mí lo que me dio fue la impresión de… "un recito tétrico, más propio de una gran sepultura y donde la muerte se ve por todos lados; lo que demuestra aquellos años de una religión que sólo veía lo más negro de la existencia del pobre ser humano"… pobres monjas, las que allí fueron… "a morir", puesto que vivir, imagino que vivirían muy poco. Llega todo ese "mobiliario", a una culminación en la que cualquier ser que se maravilla de las maravillas de "La Creación", prácticamente se ahoga en aquel recinto… puesto que allí, hasta hay una enorme habitación, llena totalmente de reliquias de santos; restos óseos principalmente, y todos debidamente guardados en urnas o cajas (muchas de gran valor por los materiales empleados en ellas) y que aquí no hay espacio para detallar… está hasta la que se dice "sangre de San Pantaleón y la que se licua una vez al año y como ocurre con la que se dice es de otro santo italiano, San Genaro, patrón de la ciudad de Nápoles".
Al ver todo ello, me vienen al recuerdo… "otros templos "paganos" y donde se adoran a los monos sagrados, o las no menos sagradas ratas (India) o a algunos pelos de la barba del profeta Mahoma… o a los restos mortales de algunos destacados "santones" de la religión musulmana"… "al recordar todo ello, simplemente sonrío". Pero, la verdad… salgo de… "tan real sitio, con un sabor de boca amargo y sin entender en nada el significado de mucho de lo que en tan tétrico lugar he visto, atesorado".
A la mañana siguiente (domingo) y antes de las diez, estamos en la puerta del otro monasterio arriba indicado; hay que esperar turno puesto que otro grupo se nos ha adelantado y por ello, entramos en la contigua iglesia, que abierta al público, inicia la misa de diez, y en la que ya hay "cuatro viejos", más "los casi veinte que nosotros componemos en mayoría"… oímos misa, en la que el oficiante, nos habla de la navidad (hay un precioso belén allí instalado) amén del ritual habitual de la misa y tras la que salimos a la calle y volvemos a la antesala de espera.
El templo es precioso y bien merece una detallada visita por cuanto de arte y armonía encierra el mismo.
Nuevo recorrido acompañados de guía y un vigilante que va tras nosotros; hay mucho arte allí encerrado y el que hay que vigilar. Vamos a ver infinidad de cuadros de santos, reyes y sus familias y algunos otros de otros temas. Aquí hay mucha menos "oscuridad religiosa"; pero de alguna manera sigue ese estilo "tétrico" de una religión que en aquella época (imagino) predicaba más la muerte que la vida, y sigue la misma línea que en el anterior; si bien aquí hay algo que sorprende y es el jardín del claustro que podemos ver y en el que observo, nada menos que… "naranjos con naranjas"; y eso en esta meseta castellana y tan fría… "sí que es un milagro", puesto que los naranjos no aguantan el frío que aquí hace cada invierno; deduzco que se mantienen por el efecto invernadero que hace este gran patio con paredes tan altas y el calor que recoge del propio edificio, más el que le produzca el sol que cada día que sale, les envía desde el cielo… en este milagro, yo veo la verdadera luminosidad y las ganas de vivir de… "todo lo vivo que nace en esta Tierra"; por lo demás… "hasta los gabanes de los guías de estos palacios, son de un color cuasi negro y que acentúan lo tétrico de cuanto relato… bien harían en cambiarlos de color y hacerlos de otro mucho más atractivo y agradable, pues la verdad, parecen empleados de funeraria en traje de gran evento funerario y por tanto de un luto riguroso".
Cansados y más que cansados, bajamos la gran cuesta que hay y por fin nos podemos sentar cómodamente en una terraza, en la Plaza de Oriente; y donde… "el Padre Sol nos acaricia y reconforta, el que nos dice (al menos a mí) que hay muchas más luces que sombras en lo que de verdad sea, la marcha del pobre ser humano, sobre esta atormentada e incomprensible tierra, de la que se dice… fuimos formados".
Mientras tomamos una cerveza y alguna tapa, repaso mis muy apretadas notas, tomadas sobre la marcha en estas tres visitas y de las que resulta este relato. A mis pies y a pleno sol, unos cuantos y hambrientos gorriones madrileños, buscan y comen lo que de las mesas cae, o lo que algunos caritativos visitantes les echan o echamos; aquí y afortunadamente aún quedan gorriones, cosa que dicen, van desapareciendo de otras capitales y ciudades europeas… "mucho más avanzadas".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más cuando la desbloqueen)
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