Cartas con un drogadicto ya muerto III
NOTA: Los nombres que yo cito, son reales: ténganlo en cuenta: "Corre el año 2001" y textualmente me escribe: RELATO 4º SEGUNDA PARTE: (a la atención de Don Antonio). Lo anotado arriba viene manuscrito y el resto mecanografiado: dice así:
No es fácil explicar, ¿el por qué? No obstante lo intentaré. No puedo decir que el ambiente que me rodeaba fuera el culpable, como parece ser el caso de muchos otros jóvenes, nacidos éstos, en grandes urbes y por ello arrastrados a un estilo de vida que converge en drogas y delincuencia. Muy al contrario conocí las drogas, en un pequeño municipio del Este asturiano, de apenas cinco mil habitantes, si bien es cierto que sufría un considerable aumento en la época estival o vacacional; probablemente de esa manera llegó a nosotros tan terrible mal; me refiero a que algunos veraneantes fueron, quienes nos mostraron "el uso y disfrute" (por aquel entonces) de las drogas. También algunos hijos o nativos del pueblo, que estudiaban en la capital (Oviedo) traían el hábito de las susodichas drogas. Hay que resaltar que... "ningún drogadicto nació con una aguja en la mano"... éste proceso de la drogadicción, lleva sus años y hace dos décadas (1980) bastante más de lo que se necesita ahora; el motivo es obvio; nosotros "fuimos los pioneros" y por tanto debimos dar "un paso tras de otro", pero bastante despacio en comparación a la 'velocidad' que lleva hoy.
Como ya le comenté, la muerte del dictador (Franco) aconteció cuando yo contaba sólo quince años, edad ésta crucial en la vida de un joven. Equivocadamente nos lanzamos algunos a la vida, como si de "una piscina" se tratara; sin medir nuestras acciones usamos y abusamos de esa adquirida "libertad"[1].
Hijo de emigrantes, mis vínculos familiares dejaron mucho que desear, puesto que se me envió desde Suiza (donde emigró mi familia) a España, con el fin de que realizara mis estudios en el idioma español; así, en colegios internos fui forjando mi personalidad, haciéndome auto suficiente, atrevido, capaz de enfrentarme a "cualquier cosa". En aquella época, mi punto de referencia era mi padre, el espejo donde yo me miraba; para mí era más que un héroe... desgraciadamente todas las cosas que de él aprendí fueron negativas, aunque (repito) entonces yo no las veía de esa forma.
Mi padre, era un hombre violento, jugador, mujeriego y bebedor, que no borrachín; en suma, un hombre peligroso; tristemente todos estos defectos, para mí, eran "hazañas a imitar", incluso algunos compañeros me envidiaban, puesto que sus padres, verdaderamente actuaban como tales y no daban el triste ejemplo que daba el mío.
En unas vacaciones de verano en Suiza, cuando contaba precisamente quince años, se "las arregló" para que quedara "en manos" de una de sus amantes; durante unas horas y en el transcurso de ellas... con ésta mujer, perdí mi virginidad y de la forma más vulgar y violenta que se pueda imaginar... aún hoy, recuerdo con repugnancia aquellos actos, que se repitieron en varias ocasiones sin yo poderlo evitar. En mi mente está "grabada" su cara y aquellas horribles gafas que portaba. Quedé marcado por aquellos sucesos, a tal punto, que nunca más en mi vida, después; fui capaz de hacer el amor a ninguna mujer, que previamente no me hubiese gustado y por mucha necesidad biológica que tuviese.
Mi madre, siempre ha sido rehén de la dictadura de mi padre; Él es "dueño y señor"; ella, esclava enamorada y cuando se vio en la circunstancia de tener que elegir entre los hijos o el marido, nunca tuvo dudas... su esposo es para ella "dios"... y aunque mis hermanas y yo la queremos y disculpamos, como víctima; en nuestro interior, guardamos "una pequeñísima espina" clavada y en relación a esa elección que tomó en su momento.
De la manera que cuento o relato, me fui haciendo adulto, sin nadie en quien apoyarme, ni quien me educara como hubiese sido debido. El respeto entre mi padre y yo, fue perdiéndose, indudablemente por culpa suya y de sus "enseñanzas".
Cumplidos los dieciséis años, me negué a seguir con mis estudios y de inmediato, surgieron los enfrentamientos; éstos, dieron como resultado, mi ingreso en el ejército como voluntario en la Marina Española. En éste cuerpo permanecí dieciocho meses, en ellos terminé de "formar mi maltrecha personalidad"; conociendo a otros muchos hombres y sus costumbres, sus comportamientos y en fin... "todas sus maneras". Aprendí y me fijé, pero casi siempre en lo malo... llegaron al fin, los primeros "porros de hachís". ¿Por qué?... pues por querer conocer en primer lugar, los efectos que causaban aquellos "porros" que algunos fumaban.
La primera vez no fue nada agradable, puesto que conseguí marearme y luego, tras sus efectos, tuve que vomitar; es en éste punto donde algunas personas vencen a las drogas, puesto que tan mal se llegan a sentir que... nunca más quieren volver a probar... por el contrario, otros como yo, atrevidos, prueban de nuevo en busca de "mejor experiencia" y es de ésta manera, como realmente se experimentan sus verdaderos efectos y cuando un nuevo factor entra en juego. Éste es ni más ni menos que el vicio.
El vicio es el que nos hace repetir y repetir, aquello que nos gusta. Por desgracia y cuando se trata de drogas, éstas repeticiones conducen al hábito y ya sabemos que ese hábito nos lleva a la dependencia y todas sus consecuencias.
Plasmar por escrito la sensación que siente el que fuma hachís, no es cosa fácil; podría decir que el humor (extraño humor), nos llega como primera consecuencia o efecto; éste en ocasiones es descontrolado hasta el punto que nos da la risa por todo; se nos agudizan ciertos sentidos en detrimento de otros; esencialmente te sientes "dueño" de ti y de las circunstancias que te rodean. En ocasiones consigues mayor claridad para ver las cosas.
Todo ello rueda por los suelos, una vez te has habituado y si por cualquiera de las circunstancias que concurran... te llega a faltar, la dosis que ya necesitas de la droga que sea. Entonces es cuando ya pasas el umbral del 'infierno'.
Calificar las drogas como "blandas o duras", podría muy bien dar lugar a equívocos, puesto que TODAS LAS DROGAS, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA, LLEGAN A CREAR DEPENDENCIA; varía tan sólo, la escala de perjuicios que originan. Estoy convencido hoy, que nada positivo se saca de su consumo y por tanto, creo sinceramente que sólo la medicina, debiera tener acceso a las drogas.
Quiero hacer reflexión, con usted, sobre el hecho de que el primer lugar donde las drogas y sobre todo una de ellas (la heroína) hizo su aparición y por ello estragos, fue en el País Vasco[2][3]; queriendo encontrar razones para este hecho, nos percatamos algunos, que por simple coincidencia ("o no"); aparecen en las calles de Bilbao, dicha droga, poco después de que "ETA"[4], entrara "en escena". Sabido es que, que durante algunos años, los jóvenes vascos, estuvieron más dedicados a las drogas, que a "ETA" y "sus políticas". A tal punto, que la propia organización terrorista, tomó cartas en el asunto, llegando incluso a dar muerte a más de un traficante; desterrando de ésta expeditiva manera, el tráfico en toda la región (a la que ellos llaman su país). Aún hoy, aquellos vascos que tienen la desgracia de usar drogas, tienen que abastecerse de ellas, en las provincias limítrofes... ¿Pudo "una mano negra" intentar controlar al movimiento independentista vasco por medio de la heroína aparecida de repente y sin más?... Una pregunta que quedará como muchas otras... sin respuesta.
Licenciado, con tan sólo dieciocho años, me sentí "dueño del mundo". Hay que tener en cuenta que cuando yo regresaba, aún no habían sido "tallados"[5] los "mozos" de mi edad y hay que recordar, que por aquel entonces, "el mozo se convertía en hombre al llegar a ese hecho de ser tallado por el ejército" y ello "se confirmaba, después de su licenciamiento". Por tanto y por esa regla admitida... yo, "ya era un hombre".
Llevé al pequeño pueblo, el gusto por el hachís, que aún no el hábito; y efectivamente, enseguida me acerqué a algunos jóvenes de mi edad que estudiaban en la capital y que los fines de semana regresaban a casa, portando consigo, pequeñas cantidades de hachís. Así y fin de semana, tras semana, comenzamos el consumo; también y de ésta manera, llegamos al consumo diario y sin darnos cuenta nos habituamos a fumar a todas horas aquella droga, dependiendo ello tan sólo de la economía particular de cada uno; aspecto éste que rápidamente controlamos, puesto que el auge cada vez mayor de consumir, nos llevó de inmediato y por propia necesidad a ser nosotros quienes compráramos "al mayor" y después, vendiéramos "fraccionado"; como es lógico, de esta manera sufragábamos nuestro propio consumo; y cuando digo nosotros, me estoy refiriendo a un pequeño grupo formado por "los más veteranos".
Entonces... desconocíamos por completo, las consecuencias que más tarde, tantos estragos nos causarían. Éramos entonces, como niños con un nuevo juguete. La casualidad quiso que una de las chicas del grupo, fuese dependienta en la farmacia del pueblo... podrá imaginarse el "bisnes"[6] que tuvimos durante años. Empezamos con las pastillas, pues otra vez alguien nos habló de los efectos que causaba y de nuevo, los atrevidos, quisimos experimentarlo por nosotros mismos. Algunos de éstos fármacos fueron un fiasco, otros pudieron darnos más de un disgusto... otros resultaron como se esperaba; casi sentíamos predilección por las anfetaminas, usadas en medicina para diversos usos, las ingeríamos mezclándolas con alcohol; entonces, un estado de euforia se adueñaba de nuestra persona; al mismo tiempo, una incontenible verborrea salía de nuestros labios; a tal extremo, que ello era insufrible para las personas normales.
Otros fármacos, tales como el "Valiun", ingeridos con alcohol, te sumían en "las nubes"... al caminar, pareciese como si pisaras sobre algodones y la vida transcurría a cámara lenta. Algunos otros fármacos, utilizados como "adelgazantes", eran temibles alucinógenos, cuando eran ingeridos con bebidas alcohólicas (alcohol). (Continuará) Nota: Transcrito de mi libro "AL INFIERNO A TRAVÉS DE LAS DROGAS: VIAJE DE IDA Y VUELTA.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)
[1] Mientras copio literalmente "éstas confesiones que se me hacen por escrito"; recuerdo con enorme tristeza el que algunos (o muchos) políticos responsables (más bien todo lo contrario) incitaban a aquellas juventudes al empleo de ciertas drogas (grifa, hachís, o cánnabis). Concretamente recuerdo que, en uno de los multitudinarios mítines, las terrible incitación, del que fue considerado como "un intelectual" (que para mí sólo éstas palabras lo eliminan como tal) conocido cariñosamente como "el viejo profesor" (Enrique Tierno Galván) y el que, como máximo dirigente a nivel nacional del Partido Socialista Español (luego transformado (o adherido) en Partido Socialista Obrero Español. "PSOE") dijo (reitero) en lugar donde había muchos miles de oyentes y a micrófono abierto y con fuerte voz, lo siguiente... ¡¡Colocaos!! (sabido es que en el argot de la droga, "colocao" es el nombre del ya drogado y en estado semi-inconsciente) y a continuación de dicha incitación, pronunció su discurso político, el que luego fuera alcalde de Madrid y al que se le recriminó tal osadía o barbaridad, por las consecuencias de la misma, dicha por una persona de prestigio y a nivele incluso de universidad, puesto que ejerció de catedrático.
El denominado "País Vasco", se reparte entre el Sur de Francia y el Norte de España. En España ocupa las tres denominadas "provincias vascongadas", a saber Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y "algo de Navarra", y las que ocupan una minúscula proporción geográfica española, por tanto lo de "país vasco", ni existió nunca, ni hoy existe tal ente, que se limita a una parte de lo que nunca fue "un todo".
3 Organización de asesinos terroristas, cuyos asesinatos llegan hoy casi al millar de personas, habiendo miles de heridos y damnificados por esos hechos, inexplicables para la inmensa mayoría de españoles, incluidos los del citado territorio "vascongado", los que no nos explicamos la existencia... de esa banda terrorista, una ver muerto el dictador Franco, puesto que existen "organizados", desde hace ya casi cuarenta años.
[5] TALLAR: Era el reconocimiento físico de los reclutas, y la talla de su estatura y estado físico de los mismos, era condición imprescindible, para ser dados como, "útiles o inútiles" para el Servicio Militar Obligatorio en España; hoy, afortunadamente abolido, puesto que el Ejército ha de nutrirse de voluntarios o tropas a sueldo y mediante contrato entre la persona y el Estado.
[6] La palabra bisnes, que yo entrecomillo, consta en el escrito, pero no le encuentro significado, espero me lo aclare el interesado y caso de no hacerlo, que cada cual la interprete, pues desconozco si es de un "argot".
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