El Estado: ¿Propietario o inquilino?
El Estado como propietario de todo o casi todo, ha sido un fracaso y lo confirma el Comunismo, el que convertido en una tiranía aguantó lo que pudo, pero en su germen llevaba la destrucción en que acabó; y acabarán los restos que de él quedan. El ser humano “necesita unos estímulos” que “en la gran manada” (sea política o religiosa) ni funcionó, ni funciona, ni funcionará; y no funcionará por cuanto el ser humano es “un individuo ante todo” y como tal obrará siempre; y por tanto, “nunca querrá ser masa y tratará siempre de destacar sobre ella”; precisamente por ello mismo progresó y progresará, si su inteligencia va encaminada al bien común, que es “otra cosa”. Por todo ello, el Estado, debe limitar sus propiedades a lo mínimo posible.
Reflexiono hoy así, por cuanto acabo de leer en la prensa local, lo que sigue: “La Junta de Andalucía (o Gobierno Autonómico) venderá siete inmuebles de su propiedad en la ciudad; y los venderá alquilándolos simultáneamente al comprador de los mismos – En el resto de la región andaluza, va a vender un total de 75 edificios y de la forma ya indicada”.
El hecho, que al parecer “no tiene importancia”; pero a mí, me causa una amplia sonrisa y me río de buena gana, por cuanto diré a continuación.
En su momento y hace muchos años, ya critiqué “la absurda marcha que había tomado el Estado Español”; puesto que fue el principio del gran desastre que hoy padecemos en esta nación, tan arruinada y que nunca debió llegar a ello, si sus administradores, hubiesen sabido administrar los muchísimos bienes y recursos con que contaba España, tras la muerte del dictador Francisco Franco Bahamonde; el que en lo material, dejó un inmenso capital en bienes y nada de deuda exterior; por cuanto la poca que pudiese existir, era superada por el oro y otros valores depositados en el entonces muy prestigioso “Banco de España”… y reitero lo de prestigio, puesto que después; ya estuvo en la cárcel uno de sus gobernadores… “y después posiblemente debieron de meter en ella a alguno más, exigiéndole daños y perjuicios”.
Pero como aquí, “no se fue a gobernar bien y administrar mucho mejor, sino todo lo contrario”; se empezó a engordar unas administraciones públicas, de forma absurda y temeraria. Aparte de ello fueron creadas las denominadas “autonomías” y España fue dividida en diecinueve, “virreinatos o taifas musulmanas”; y todo el desastre que hoy padecemos, es consecuencia de todo ello… y lo incomprensible, es que aún se mantiene todo el tinglado; por cuanto… “los ejércitos de enchufados, nepotes y políticos sin oficio que los ocupan, no hay forma de eliminarlos y por cuanto los que los tienen que eliminar son simplemente unos más; y en esa causa común, han arruinado a la nación española y la siguen arruinando”.
Acostumbrado a administrar bienes, desde cuasi niño; y ya metido en el comercio; “cuyas bases son comprar al mínimo precio y vender al más alto que se pueda”; viendo los derroches de la nueva clase política; la ocupación desbordante de cada hueco “político” que se creaba… y se crearon a millones. Viendo cómo se hacían construir nuevos edificios, “a todo lujo y comodidad”; viendo las absurdas obras públicas que se creaban “a capricho del mandamás de turno” y que después han llegado hasta a construir “aeropuertos que hoy tratan de vender por el diez por ciento de lo que nos costaron”… y tantas cosas más. Ya entonces (1983) escribí mi cuento: “Los canarios del Emperador” y que fue publicado en mi libro (hoy agotado), “España aquí y ahora”; y en el que se demuestra la ruina de un próspero imperio “oriental e imaginario”; donde la locura de aquella “burrocracia” (que no burocracia); llega a crear un ministerio, para los canarios del emperador, otro ministerio para los recipientes que contienen el alpiste para alimentar los canarios; otro para los que contienen el agua que estos pajarillos han de beber… y así hasta lo inimaginable.
Sobre aquellas fechas, ya razoné “y por ahí anda escrito”; el que era mejor alquilar bienes que construirlos; puesto que en lo que construía el Estado (en todas sus administraciones) dejaba de ingresar desde las contribuciones urbanas o territoriales (hoy Impuesto de Bienes Inmuebles) hasta la parte que de los alquileres, volvería al Estado, por los Impuestos de la Renta y otros muchos que el Estado cargaba (hoy más) a cualquier bien inmueble… por todo ello hoy me da risa lo que arriba cito.
Y también me da a pensar (para opinar tendría que saber muchas cosas que hoy ignoro) lo hoy paralizado en Madrid, que ha sido el privatizar, algunos servicios (no sé si todos) de la Sanidad Española; puesto que puede ser el que la idea no sea tan nefasta, como los que “la han echado abajo por el momento”, dicen y aseguran; y lo digo así, por cuanto… “Al Estado se le roba mucho más y mejor desde dentro del mismo… a la empresa privada, ello es mucho más difícil, si el empresario se preocupa de administrar bien sus bienes”; por todo ello, no siempre lo público es lo mejor.
Para que lo público y lo privado funcionen bien; sólo es necesario… leyes y reglamentos claros y concisos; y luego un cuerpo de inspección estatal, bien preparado (y vigilado) para que estas sean cumplidas a rajatabla. El Estado está para vigilar, no para complicarse la vida con bienes de los que puede prescindir.
Alguien me puede preguntar… “entonces porque se hicieron tanta obra que ahora resulta inútil”… sencillo; el movimiento de enormes presupuestos, sirvió para “enormes sobornos, enormes chanchullos, y enormes robos de dinero público”… y sálvese el que pueda… el que pueda demostrar lo contrario de lo que digo.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más: “cuando la desbloqueen”)
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