Un gran problema del que nadie habla
Ese gran problema y según yo entiendo y deduzco, no es otro que… “el puesto de trabajo”; el ansiado puesto de trabajo honrado y suficiente como para que toda persona que quiera trabajar, pueda vivir honestamente del mismo y a través de esa, hoy “tan gran meta”, el ir viviendo con esa ilusión que todos tuvimos alguna vez y que nos impulsaba no sólo a sobrevivir, sino a ascender lo que cada cual pudiera a lo largo de una vida normal; algo elemental y que incluso las buenas religiones consagran.
Pero “la sociedad ha avanzado tanto” (se nos dice) que ese puesto de trabajo, cada vez se encuentra más lejano y mucho más inseguro, para cada vez más seres humanos dispuestos a trabajar… ¿Qué ha ocurrido o está ocurriendo? Pues que en vez de avanzar retrocedemos de forma no preocupante, sino mucho peor.
Reflexiono hoy así, por cuanto en mi paseo matutino, me encuentro a un viejo amigo y sobre lo hablado del tema; les cuento.
Este amigo está ya jubilado; es un especialista que llegó a jefe de sección de una de las pocas grandes fábricas que hay aquí donde nací y vivo… “una cervecera”, que se inició en esta ciudad en 1921 y como industria local y poco más; pero como el consumo de este espumoso y apetitoso líquido, fue progresando, siete años después, vinieron y lo compraron otros industriales de fuera mejor preparados para acrecentar y ampliar la industria (1928)… pasaron varias décadas y llegó la época de las multinacionales que invadieron todo el mundo; y esta cervecera al final, termina en una alemana que amplía la misma fuera de la ciudad y establece una gran factoría, que incluso tiene el agua propia de sobras como para ampliar mucho más, sin depender de nadie para tan extendido consumo cervecero.
Le hablo de ello a “Quini” (mi buen amigo Joaquín) al que le digo, que he visto un documental de la gran factoría que la misma empresa, tiene montada en Sevilla y que he quedado “maravillado” de lo que allí se produce, “sin apenas ver hombres al cuidado de tan monstruoso tinglado fabril”; donde hasta los barriles… “salen como los churros o papas fritas entran en la sartén”. Sonriendo me responde.
-Sí… y aunque no la conozco personalmente pero “es una maravilla”; puesto que “las fábricas que conocimos tú y yo”; hoy son “cosas arcaicas en relación a toda la tecnología que ha venido después… y que sigue viniendo”; sólo te digo una cosa; aquí en Jaén y hace pocos años, cuando yo me jubilé, teníamos trescientos empleados, el tren de llenado de las botellas de tercio (1/3 de litro) en una hora tiraba la cadena, ocho mil unidades… hoy la misma fábrica ha reducido a un tercio los empleados; y a pesar de ello, en esa misma hora… tiran 24.000 unidades; estando todo o casi todo mecanizado hasta donde ni te puedes imaginar.
Sonrío al oír todo ello; puesto que este mismo amigo, me ha requerido más de una vez, para ver de si yo le puedo buscar o encaminar, a un puesto de trabajo para uno de sus hijos, que lleva años buscando trabajo… cosa aquí en mi provincia, que ya es una plaga, puesto que en conjunto ya estamos en un cuarenta por ciento de paro obrero… y en la juventud éste llega al setenta por ciento. Y no hay solución, ni incluso en la emigración puesto que el trabajo va escaseando en toda Europa… “no hablemos de otros países o continentes que están mucho peor”.
Incluso aquí, que “somos los mayores productores de aceituna de todo el mundo; la recolección del fruto, que antes podía durar cuatro meses, emplear a muchos miles de recogedores y todos los demás empleos secundarios”… hoy son necesarios muchísimos menos y en un tercio del tiempo que antes se empleaba en toda la recolección (depende ella de los días de lluvia que puede entorpecerla) está toda recogida, molida y el aceite en sus depósitos de almacenaje… y digo ello, por cuanto “la molienda” y tras la recogida, podía durar en las almazaras o molinos de aceite, otro par de meses o más… “hoy entra la aceituna y sin tocarla el hombre es molida, separados los subproductos y el buenísimo aceite de aceituna, pasa virgen a los grandes depósitos de acero inoxidable, y de allí a las embotelladoras, sin que apenas intervenga el hombre”, que como mucho traslada el producto en gigantescos camiones cisterna.
El cereal, o casi todo lo que hoy se cultiva en el campo, tiene procesos similares; ya “el hombre no toca el trigo o cebada” y todo pasa de máquina en máquina, hasta que llega a las envasadoras de cualquier tipo y así hasta la factoría en que las detallan en unidades que van al público; que a su vez compra en grandes superficies o supermercados, dónde el ser humano ya va siendo reducido al máximo por el “avanzadísimo autoservicio”; o sea… “la máquina y el ordenador de principio a fin”.
Entonces (y seguimos hablando mi amigo y yo)… ¿qué van a hacer con el hombre y la mujer… de qué van a vivir… cómo van a consumir lo que se produce, si cada vez se produce más y con menos mano de obra humana? ¿Ocurrirá como en aquellas novelas fantásticas… y donde a los sobrantes… “los hacían alimento para que comieran lo que tenían que trabajar en la monstruosa máquina”.
No… no estoy hablando de aquellos “tejedores ingleses que se rebelaron y querían quemar los primeros telares mecánicos, porque con ellos no podían competir”… no; pero estoy planteando un enorme problema que cada vez crece más y que no veo, que el mismo está siendo ni siquiera planteado, por los que dicen dirigir y se aprovechan de ello hasta la extenuación… de un mundo dicen que globalizado, pero que cada vez… yo lo veo más destruido y con muchos menos horizontes. ¿Qué solución irá teniendo todo ello? Los que vivan lo irán viendo, yo ya estaré muerto. Espero que mi amigo también… “pues menudo problema para nuestro hijos y sobre todo los nietos”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más cuando la desbloqueen)
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