La palabra, el escrito… las promesas
Lo he empleado muchas veces; se lo he dicho cara a cara a más de un incumplidor de “palabra dada”… “El mismo trabajo y la misma saliva se gasta si dices sí, o si dices no”; por tanto si no me ibas a cumplir lo que la palabra sí afirma, haber empleado la palabra no; y ahora, no tendríamos que soportar esta situación absurda o violenta… depende de cada caso. Esto es muy común en la vida cotidiana, puesto que generalmente la gente irresponsable es mucho más abundante que la que siéndolo, da el valor que debe tener siempre la palabra dada.
Por ello las viejísimas enseñanzas de los sabios… “Ten cuidado con lo que hablas, que las palabras una vez pronunciadas ya no se pueden recoger… ten aún más cuidado con lo que escribes y lo que escribes, puesto que los escritos perduran mucho más que las palabras y son testigos fehacientes que no podrás eludir; por tanto piensa mucho antes de hablar y mucho más, antes de escribir”.
Pitágoras en su escuela, mantenía en un período de silencio a los que había admitido como discípulos; los denominó como “silenciosos”; puesto que sólo podían “ver y oír”; y así permanecían hasta que el maestro consideraba superado ese grado y entonces les permitía hablar, pero dosificándoles la palabra. Otros sabios ya hicieron ver a sus discípulos, lo siguiente… “La sabiduría de los dioses, puesto que les habían concedido dos orificios para oír, dos para ver, tres para respirar… y uno sólo para hablar”; considerando con ello la importancia de cada órgano para el desarrollo del individuo, dejando a la palabra “peor tratada que a los demás”..
Reflexiono hoy así, por cuanto leo lo siguiente y que le recuerdan a Mariano Rajoy Brey; presidente electo y por mayoría absoluta, en las elecciones que lo elevaron a ésta máxima altura política, la que prometió…
“Le voy a meter la tijera a todo, excepto a las pensiones, la sanidad y la educación”, “no daré ni un euro a la banca”, “mantendré el poder adquisitivo de las pensiones”, “jamás habrá un banco malo”, “yo no voy a hacer el copago”, “cerraré la mitad de las empresas públicas”, y así hasta el punto de que la verdad en España es siempre lo contrario de lo que afirma. Rajoy ha dedicado toda su política a rescatar a la banca más incompetente y corrupta del mundo desarrollado, la gran culpable de nuestro desastre. A cambio, esta oligarquía que está comprando deuda pública al 3,5% con el dinero del BCE obtenido al 0,5% mantiene el modelo de Estado más inicuo y degenerado de Occidente. Un modelo nacido de la corrupción pactada en la Transición, imposible de pagar pero factor esencial de gobierno de los dos partidos estatales hegemónicos y de los partidos estatales separatistas, lo que es el colmo. Esta desviada manera de gobernar implica el escandaloso resultado de ocasionar el despilfarro de 100.000 millones anuales, causante, junto con el rescate bancario, de la ruina general de los españoles”.
Lo que antecede es sólo “el pequeño aperitivo” de todo lo que viene detrás y que podrán leer aquí: http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economico/2013-11-25/rajoy-ruina-general-y-riqueza-a-las-elites_58385 Y a la vista de ello, que cada cual juzgue lo que estime oportuno y obre en consecuencia.
Y es que la política está ya tan prostituida, tan degenerada, tan podrida; que ya hacen lo que les viene en gana y además y con toda la arrogancia del irresponsable, piden el que se les reelija, para que en definitiva, sigan haciendo lo mismo.
Han cogido muy bien “la enseñanza de aquel viejo y taimado catedrático y hombre considerado con valores intelectuales destacables”, cual fuera Enrique Tierno Galván; el que entre “las perlas políticas que dejó”; una fue contundente… “las promesas políticas se hacen para no ser cumplidas”; si bien he encontrado un texto en el que aclara y se desdice… “Alonso Puerta, vicealcalde de Madrid en tiempos de don Enrique Tierno Galván, le había dicho en una ocasión en su despacho el llamado «viejo profesor». Le comentó: “Mire usted, Alonso, se dice que las promesas electorales se hacen para no ser cumplidas, pero yo le digo a usted que las que nosotros hicimos las cumpliremos”…
De cualquier forma, la realidad demuestra que las promesas políticas las hacen sin ninguna conciencia de la obligación que contraen al hacerlas; lo que ocurre después no tiene disculpa alguna; puesto que si no se sabe una situación no se dice y punto; así no tendrían que cargar con toda la desazón, cuando no rabia, del muy engañado súbdito español, que ya no creemos en nadie… y ello es ya muy preocupante.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más cuando la desbloqueen)
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