Cómo hoy tenemos el privilegio de poder debatir desde nuestra propia casa y nuestro propio despacho, tranquilos, en camisa y zapatillas e incluso (el que lo tenga) con nuestro fiel amigo perro, sentado a nuestro lado y pendiente de la caricia que a él le agrada y al amo también. Unido a que yo dispongo de todo el tiempo que Dios me permita, puesto que mis obligaciones ya me las marco yo hace muchos años; me distraigo en debatir y algunas veces (pocas) encuentro seres humanos (en Internet: la mayoría y cobardemente esconden sus nombres y apellidos; incluso su sexo: supongo que para que no los vayan a "capar") que con suficiente inteligencia, saben profundizar en esos temas que apenas nadie se atreve a tocar hoy, en éste mundo que al mismo tiempo que adelanta en aparatos de todo tipo, retrocede en lo que intrínsicamente concierne al verdadero "ser"… del ser humano.
Surge el tema de la especialización y tras largos tiras y aflojas; me quedo con lo que un inteligente sintetiza, no sé si de su caletre o copiado a otro, pero para el caso es igual; la inteligencia es una y se va enriqueciendo por múltiples formas de transmisión; dice así: "Un especialista es aquel que se pasa toda la vida estudiando más y más sobre menos y menos, hasta terminar sabiendo casi todo sobre casi nada". Tan apretada síntesis, puede mover en principio a risa, pero si uno se detiene y la lee y relee, la medita y piensa; "tiene bemoles la cosa"; puesto que y por poner sólo un ejemplo; ya tenemos a la abeja, termita, u hormiga… humana, encasillada en su celda y trabajando para la colmena como un insecto más… "quizá seamos poco más que ello… si lanzamos el pensamiento a lo Universal".
Pero y deduzco… "es que el aparato consumidor de la brutal sociedad creada, requiere ello para cada vez más, controlar más y mejor a todo lo que se mueve, o incluso a lo inerte"… "La reina madre del termitero que igualmente es otra máquina de producir insectos, se basta y sobra para seguir nutriendo ese mundo horrible".
Pues debe ser horrible, el "drogarse" (hay muchos tipos de drogas aún por descubrir) en ciertas cosas que dejo al que esto lea, las deduzca y piense, si la vida merece ser vivida, como un autómata sometido al imperio de ni se sabe qué. Y dejando la riquísima vida y experiencias de la misma, olvidadas y sometiendo todo su ser a una disciplina única… horrible; reitero.
Pero es más y lo veo en mis propios nietos; apenas piensan, están pegados a los artilugios modernos (juegos, telefonines, televisiones, ordenadomanía la denominé yo hace mucho tiempo) y voluntariamente viven ya en sus "celdas" de niños o jovenzuelos; preludios y aprendizaje para las que les esperan cuando crezcan… "físicamente, puesto que intelectualmente lo dudo"… serán pocos los que piensen y quieran ser ellos mismos, con todos sus defectos. Hoy la mayoría de la juventud que conozco, sólo aspira… "al pesebre oficial y vegetar de por vida en el".
Desde que observo "las jergas", que emplean (incluso jerigonzas) que no idioma racional, su forma de comunicarse, la reducción de modales y modos; la frialdad o el egoísmo "insípido". El que ya no saben sumar, restar, multiplicar y dividir, con un bolígrafo y un papel como útiles. El que no aprenden a leer como en tiempos "remotos" nos enseñaban incluso en las escuelas nocturnas, para "pobres niños trabajadores"… el que su mundo, son cuatro guitarreros y estrambóticos escandalosos, que de músicos tienen lo que yo de monje budista, etcétera, me pregunto… ¿Pero esto qué es, progreso… pero qué tipo de progreso? ¿Dónde quedaron los maestros de todas las enseñanzas que enriquecieron al ser humano?... tras meditarlo, pienso sinceramente que no, que en absoluto es esto algo digno de denominarse progreso, puesto que este progreso va encaminado a convertir al hombre en máquina o insecto, "obediente a todo"; y ello no sólo me produce terror, sino también asco al apreciar tanta desidia o impotencia; y no por mí, puesto que yo "me marcharé pronto de este absurdo planeta en el que vine a nacer"… pero en el que y afortunadamente tanto he aprendido. Aunque y es bien claro que como ya afirmara el maestro de maestros… "sólo sabemos que no sabemos nada"; pero al menos, algunos, lo reconocemos. Amén.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)
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