¿NAVIDAD O "CONSUMIDAD"?
Viendo el desmadre de consumo y que cada año va aumentando, en un afán que es imposible calificar sintetizando una palabra que lo señale; y como la de "navidad" ya es absurdo emplearla, se me ha ocurrido la de "consumidad"; puesto que analizando lo que el fondo de la primera palabra (navidad) es y significa y lo que en realidad se practica con la "corteza enorme con que se ha envuelto esa palabra"; esa definición ya carece de sentido. Veamos el por qué de ello.
Esta fiesta, ya nada tiene de religiosa y menos de cristiana
ha vuelto a ser lo que dicen fue en tiempos en que se conmemoraba a otros dioses y hace milenios, para celebrar "la muerte de un ciclo y el nacimiento de otro"
o sea, ese momento en que coincide el día más corto con la noche más larga y a partir del mismo, el día "la luz divina"; empieza a ganar tiempo a las tinieblas
"de los infiernos humanos, que no divinos". Era y sigue siendo, la conmemoración del solsticio de invierno; al igual que se conmemora el de verano, con esas hogueras tan multirrepetidas en todas las culturas; que es la conmemoración de lo contrario; o sea el día más largo con la noche más corta, que en esos momentos empieza a ganar a la luz del sol y se celebra con lumbres u hogueras que en algunos lugares duran toda la noche, quizá con la ilusión de ganar luz a las tinieblas que van avanzando desde ese momento, en un ciclo normal y corriente y que marca
"el inmutable reloj del tiempo y que puso en marcha el Creador o
Y digo que nada tiene este fiesta de religiosa o cristiana; puesto que si analizamos lo que dicen quiere significar; desembocamos en el absurdo; puesto que desde niños se nos dijo, que era el nacimiento del Hijo de Dios pero resulta que en este mundo, ese niño nace en el hogar de un humilde carpintero, de una mujer del pueblo llano ("divinizada después") y ese nacimiento, no se produce ni en su propia casa, puesto que el parto les viene en un viaje obligatorio y según se nos dice; tiene que nacer en una cuadra o pesebre, habitado por ganados malolientes y por tanto rodeado de más estiércol que otra cosa ¿Qué cenarían si es que pudieron cenar aquellos progenitores?... imaginémoslo y veamos que lo más probable es que no cenaran nada.
Si luego seguimos la vida de Jesús el Cristo, sus prédicas y sus enseñanzas dudo mucho que tengamos motivos para justificar ese derroche en aumento, que desde hace ya muchos años, se realiza en "honor" de un hecho y una religión que nada predicó sobre todo ello; por tanto estos excesos de hoy, podrán rememorar a aquellas otras fiestas "paganas", de milenios atrás, pero nunca a Cristo y al Cristianismo.
Hoy el dios moderno, se denomina "consumo", pero no consumo necesario o con cierta largueza o abundancia; se entiende que hay que consumir hasta el máximo posible o incluso contrayendo deudas o i ncluso gastando lo que más adelante, muchos van a necesitar. Pereciera como si en vez de la conmemoración de un ciclo anual y natural; se conmemorara "el fin del mundo"
o el fin de la persona, que pareciera que nunca más se va a ver en otra como la de esos momentos; que ya no son momentos o una cena o comida
Ahora se empiezan con comidas anteriores y posteriores; y todo ello dura casi un mes
con la traca final, del día de los reyes magos, donde ya es el colofón de todos los consumos habidos y por haber.
Consumos y derroches que para qué enumerar baste decir que en este año y en España, algunos podrán comprar "un vino de cueva con burbujas" y que en Francia denominan "champán"; en cuya botella han añadido un gramo de polvo de oro puro supongo que para darle "más vigor y riqueza", a aquellos que indudablemente lo van a comprar y luego presumir de ello "pues no faltaba más".
En fin yo y como la mayoría, somos impotentes, pues cualquiera se enfrenta a la mujer y a la familia; así es que a aguantar una nochebuena más (que será mala para el cuerpo y por mucho que se aguante uno, ante tanto manjar) y luego a estar comiendo varios días, de las sobras que van a quedar como cada año en que se cena, "recordando al hijo de dios" (adrede y con minúsculas) pues desde muchos años atrás no lo entendía pero a hora mucho menos. De lo que sí me he librado hace muchos años, es de lo de "las doce uvitas de fin de año" normalmente antes de las once de la noche, estoy o durmiendo o leyendo en la cama hasta que viene el sueño "por lo de las campanadas de media noche, no paso cuando suenan en mi reloj de carillón ya estoy durmiendo".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)
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