33 LIMONES
Desde hace muchos años y desde que "aprendí a aprender"; me ha gustado consumir todo cuanto de natural me ofrece
Pues bien, en mi Jaén natal, disfrutamos desde los cuarenta grados en algunos veranos abrasadores, hasta los algunos menos cero, de los inviernos; pero igualmente aquí hay zonas donde se puede cultivar el naranjo y el limonero, en ciertas zonas abrigadas de los vientos fríos del norte; amén de patios y jardines más o menos grandes.
Tengo un huerto y del que he escrito experiencias en mis artículos; puesto que he dicho y mantengo, que en él, he encontrado y encuentro "un libro inagotable" y que me enseña cosas que no enseñan los libros; y a una más de ellas me refiero.
O sea a los limones; y de los que y desde hace años, tomo tres diariamente y en forma de zumo natural, que exprimo o lo exprime mi esposa; y lo tomo el primero en ayunas, mezclado con zumo de naranja en una cantidad que llena una copa o vaso, normal para el agua; otro al medio día con el agua y la comida; y otro a en la cena, de igual forma y manera; pero el zumo de naranja sólo una vez por la mañana; también tomo un diente de ajo, con la riquísima tostada mañanera de aceite de aceituna (mal denominado de oliva), y que igualmente, lleva un poco de tomate natural; y consumo abundantes frutas y verduras de la gran variedad de que disfrutamos en España, e incluso alguna de importación.
Pues bien, en ese pequeño huerto he realizado infinidad de ensayos y uno de ellos fue obtener un naranjo y un limonero; en el primero fracasé, aunque lo intentaré de nuevo la próxima primavera; pero en el limonero he logrado una victoria, tras diez años de cuidar éste árbol, que a duras penas ha ido creciendo soportando los calores y fríos del lugar, que ya digo
desde placas de hielo en la piscina, a esos casi cuarenta grados, ha habido de todo en esos años. Lo adquirí pequeño y plantado en un tiesto; y lo pasé a tierra en un lugar, que creí resguardado de los vientos del norte; y ahí ha estado aguantando, quemándose las ramas tiernas en invierno, soportando el verano; (bien regado y abonado) y el calor; incluso abrigándolo con alguna sábana u otro tipo de abrigo, de esas ropas de cama, que se eliminan del uso de la casa. Y así, hace tres años, ya dio flores e incluso, intentó cuajar escasos limones; fueron pequeños; y que llegaron al tamaño de las semillas de este fruto; pero se caían
el año pasado, los logró mayores y llegaron al tamaño de aceitunas, fueron también escasos, pero cayeron al suelo
y por fin, este año ha logrado cuajar y regalarme, treinta y tres limones; que si bien, en un mercado hubiesen hecho el ridículo, por su tamaño (la mitad de los que venden en la tienda) pero yo los he disfrutado, y he visto con enorme satisfacción, como del verde intenso han ido pasando al amarillo brillante y lozano de los limones sanos y maduros
y con gran ilusión, esperé al máximo para coger el primero y partirlo
y ni se pueden imaginar, la gran ilusión satisfecha, al tomar mi primer zumo de mi primer limón; que a mí me ha parecido mucho más aromático y contenedor de vitamina C de todos los que he consumido
y así y hace sólo unos días, he consumido el último, puesto que la sabia naturaleza, los hace madurar paulatinamente, para beneficio del hombre. Ya está abrigado para que pase bien el invierno, mi limonero
espero con ilusión, verlo en primavera, cuajado de flores de azahar, oler su exquisito aroma, ver las abejas revolotear polinizándolo y espero igualmente que cuando llegue el final del próximo otoño
recoger, por lo menos
¡¡Otros 33 limones!!... y como estoy escribiendo el día antes de
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más temas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario