EL TELÉFONO MÓVIL
Ya ocurría con frecuencia en España o sea que mantienes una conversación con otra persona y un tercero entra, te interrumpe e impone el giro que cree oportuno; demostrando con ello la carencia total de vergüenza y ética cívica. No hablemos de ceder la acera, el asiento, a señoras y sobre todo a mayores, viejos, o ancianos hoy "el viejo y la vieja"; sirven de rechifla "entre en los foros de Internet y compruébelo".
Pero cuando hablábamos y nos comunicábamos de verdad como seres humanos y no había tanto teléfono y tanta modernidad; había más y mejor estilo hoy se han perdido todos o casi todos los modales y predominan, los acerreos o coces del burro (con perdón para este animal, que obra según leyes naturales que le obligan a ello).
El colmo de la mala educación, hoy es simplemente "el sonido del telefonín" o como yo lo denomino "la nueva argolla del esclavo moderno"; de la que y afortunadamente, me he librado hasta llegar a pisar los "setenta agostos". Y no, no es que discuta su utilidad, que la tiene ¿pero esa invasión y malgasto masivo de dinero para en mayoría de casos transmitir chuminadas o cosas innecesarias? Yo no la entiendo y muchas veces, viendo el panorama, simplemente me da la risa al oír lo que se dice, lo que se habla, qué se cuentan esos "esclavos" tirando su dinero de tal forma. No hablemos de reuniones en templos, conciertos y otros, lo que ocurre, cuando en el mayor silencio "suenan uno o más telefonines".
Leo lo siguiente: "Está en un restaurante, acompañado. A la otra persona le suena el móvil que previamente ha dejado sobre la mesa. No lo piensa dos veces, contesta. Habla durante 5 minutos sin preocuparse de que el de enfrente sigue comiendo solo. ¿Haría usted lo mismo?, ¿sabe comportarse en la nueva era? La tecnología ha irrumpido en la sociedad y ha quebrado normas que antes eran sagradas. El viejo concepto de buena educación se ha revolucionado ante unas herramientas nuevas que facilitan la comunicación pero que, también, trastocan la convivencia. Pero el correo electrónico y el teléfono móvil también tienen sus propias reglas de cortesía". Sólo es una muestra más de la degradación educacional que vemos en cualquier lugar de España; donde los valores que a los viejos nos enseñaron, para circular por el mundo con cierto grado de civismo, se han olvidado... y hace muchas décadas, que ni se enseñan en la familia; y menos en las escuelas. Una prueba más, digo y afirmo... de la decadencia y retroceso en todos los sentidos (menos en el tecnológico, que al final es algo que explotan siempre los grandes capitales) de la vida... por ello, cuando un político hable de progreso... "habría que apedrearlo, sin más contemplaciones". Y como también se habla del modernísimo (y muy útil) correo electrónico; sorprende con la familiaridad en que se dirige a ti, quién ni te conoce ni tú a él, el cómo te tutea, el que ni tiene la frase de cortesía de la iniciación de un escrito ("Muy Sr. mío, Señor/Señora, etc.") y te tira las palabras como si las tirara con una honda, muchas veces mal escritas; luego no hay despedida cortés, como solía o suele hacer en la correspondencia de papel; en fin
las normas de civismo, que se han perdido
y si hablo de los foros en Internet; es de bochorno lo que allí está ocurriendo y sin que los dueños de los mismos intervengan, ocurre como en las televisiones, lo que quieren es visitantes para la publicidad
lo demás, les importa un rábano.
¿Fruto de todo ello?... como dijera Cristo
"El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga"
¿progreso
quien se cree ya esa gran mentira?
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo www.jaen.ciudad.org )
No hay comentarios:
Publicar un comentario