La deuda pública y la inutilidad política
La denominada "deuda pública" y que no sólo alcanza al Estado, sino a todos los estamentos estatales, incluidos ayuntamientos o municipios; yo la entiendo como un medio a emplear transitoriamente; y sólo en casos, desesperados o imprescindibles por las causas que sean; pero nunca como se viene empleando en España (y otros países) que lo viene haciendo de forma ya "descontrolada" y por tanto nociva por demás.
Un país o cualquiera de sus entidades menores y públicas, no son otra cosa que "empresas o a lo sumo familias agrupadas"; las que como tales, deben atenerse a sus propios recursos; incluso ahorrando en vez de malgastar fondos que no tienen, puesto que el resultado si esos derroches se mantienen, es la quiebra o el desastre en que muchos "entes o entidades", ya están.
La familia o el individuo "aislados", no se pueden permitir, "esos lujos irresponsables que sí que mantienen y sostienen los aparatos estatales u oficiales"; puesto que de hacerlo, el individuo, la familia, o empresa privada; irían a la ruina, a la quiebra total, al embargo de bienes, subasta de los mismos; y los promotores de todo ello (los antes propietarios) terminarían en la penuria, muchas veces incluso como, parias, "en la cuneta" y como mendigos, de los que ya hay abundancia "en las cunetas de las denominadas sociedades desarrolladas", las que también producen su lumpen de mendigos y expulsados de la sociedad.
El Estado y sus organismos ya citados, no caen en esas penurias, puesto que al ser como tales; lo que ocurre es que sus deudas, pasan a los habitantes de los mismos, los que "sin comerlo ni beberlo"; tienen que cargar con los estropicios de los malos gobiernos oficiales, que han tenido que soportar; por ello y en lo relativo a mi país (España) la deuda pública que mantiene en la actualidad y la que globalmente da unas cifras atroces; ello ya está endeudando, no sólo a los habitantes que hoy vivimos, sino a los incalculables ("hijos, nietos, biznietos") aún por nacer, incluidos niños y jóvenes que aún no se han enfrentado a la vida como adultos.
Todo ello se puede considerar como un crimen social; pero que no se considera así, ni se arbitran leyes para que esos derroches no se produzcan; puesto que como antes digo refiriéndome a las familias, empresas privadas, o al simple individuo; estos deben gastar no incluso lo que disponen; sino que sabiamente han de ahorrar lo que puedan cada día, para ir reuniendo reservas para tiempos peores, o incluso desastres que pudieran venir. O sea, ni más ni menos que lo que hace la propia Madre Naturaleza, con todas sus manifestaciones de vida; donde y no sólo los animales de sangre caliente, obran de esa forma natural, donde "gastan lo mínimo y guardan reservas para épocas más duras y donde saben, por instinto, que les van a faltar recursos en épocas posteriores".
La deuda pública hoy se emplea para tapar la inutilidad de los políticos que no saben administrar los recursos de la nación y la emplean; puesto que tras saquear al contribuyente, necesitan más dinero, para costear sus desaciertos; y poco les importa la carga que dejan tras de ellos; por ello debieran estar en la cárcel y no donde están. La deuda pública sólo es justificable, tras unas catástrofes sufridas y que son de tal envergadura, que los recursos propios no lo pueden paliar.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes
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