SOBRE MEDICINAS MÉDICOS Y EL GRAN NEGOCIO
(Pero también la gran entrega de algunos)
Participo de un debate en Internet sobre este "complicado tema"; el que arranca sobre un libro reciente y sobre el texto siguiente, que copio:
"Un día cualquiera estaba leyendo un artículo que llamó poderosamente su atención. Pacientes que se morían por los adversos efectos de los medicamentos que consumían. De ahí empezó a tirar del hilo y tras siete años de investigación llegó a las librerías Traficantes de salud: Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad, (Icaria Editorial, 2007). Miguel Jara arroja luz en el tradicional oscurantismo que ha rodeado a la industria farmacéutica que, para empezar, goza de importantes privilegios como el de que el Estado es su principal cliente. "La industria farmacéutica es un sector con muchas irregularidades que le llevan a moverse en el oscurantismo. Además, actúa de espaldas a la ciudadanía." El autor de Traficantes de salud denuncia que de esta relación entre médicos y laboratorios, aunque esté explícitamente prohibido, deriva en la compra de médicos con dinero de los laboratorios para que receten sus medicinas".
El tema es inacabable, puesto que de un extremo al otro hay tema para escribir varias enciclopedias. Que todo ello es un gran negocio; indudablemente que sí... ¿que en el mismo entran gentes de todo tipo y condición moral?... pues qué duda cabe; pero lo que nadie puede negar es que gracias a esa medicina, muchos hoy vivos estarían muertos, muchos recuperados de estados de invalidez o de carencia, estarían mucho peor que hoy están, etc. etc. etc.; por tanto y aún pensando lo que dice el viejo dicho que... "del médico y del mulo cuanto más lejos más seguro"... pero hay que ir al médico cuando es necesario ello; tener fe en ese médico, puesto que como ser humano tiene su conciencia y confiar en que ella prevalezca sobre todos los demás intereses o pasiones... yo particularmente y a todo lo largo de mi vida, que ya roza los setenta años y en lo que a mi respecta y a todos y cada uno de mis seres queridos, amigos y demás personas cercanas... no recuerdo ningún caso deplorable o de índole peor aún... entiendo que el médico es más vocacional que profesional y todo el que elige una profesión como vocación, merece respeto y confianza... ¿que hay "garbanzos negros"? ¿Y dónde no?; por tanto mi mayor respeto por esos profesionales vocacionales y pienso seguir confiando en ellos como hasta aquí. Lo que si he venido observando en la mayoría de médicos que he conocido, es que ellos, suelen medicarse poco y parece que como conocedores de lo que tocan
"no se fían mucho de tanta química", que duda cabe que sus motivos tendrán, pero insisto; soy viejo y en mi niñez, recuerdo que se vivía alrededor de "la mitad del tiempo que hoy tenemos de vida"; "que aquellos dolores horribles que yo presencié en enfermos, hoy han desaparecido o están mitigados al máximo"
está claro que en gran parte, ello se debe a la medicina, con todos los defectos que se le quieran buscar, pero esa realidad es incuestionable.
Termino recordando aun gran médico que conocí; se llamó D. Federico del Castillo, nacido y muerto en mi ciudad (Jaén) represaliado por la dictadura de Franco, por sus ideas políticas; pero lograda la libertad y el ejercicio de la medicina (que le fue prohibido); aquel hombre estaba de servicio las veinticuatro horas del día (Lo decía a su esposa: "a la hora que llamen, que siempre estoy"), haciendo visitas domiciliarias y pasando consulta en su casa; cobraba "nada y menos" (fue el médico de los pobres) e incluso en muchos casos, pasada la visita y extendida la receta
dejaba el importe para que aquellos desheredados de la terrible pos guerra civil española, pudiesen comprar las medicinas; siempre fue andando o en una bicicleta a la que se le añadió un motor
sus detractores le pusieron un denigrante mote, que no reproduzco aunque sé. Muchos años ha que ya murió, pero todos los que le conocimos recordamos su enorme grandeza como ser humano y médico. Imagino que similares a este hombre, habrá muchos más, que en el anonimato y a lo largo y ancho de todo el mundo, cumplen con esa vocación que es algo así como un sacerdocio
"sin ritos ni santos, pero que es algo sublime en la humanidad y que espero y confío lo seguirá siendo y en aumento constante". Hoy una calle de la ciudad recuerda su nombre, que espero lo sea por muchos siglos, para escuela o ejemplo de los médicos y la medicina.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo) www.jaen.ciudad.org (allí más temas)
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