VIAJE A PAÍSES ALPINOS V
Hemos -por tanto- derivado en la dirección y tomamos ya la de Milán, para lo que vamos subiendo cotas de nivel con toda facilidad y gracias a la ya mentada red viaria, hasta llegar a esa gran llanura italiana, la que enormemente rica en agricultura y ganadería, cubre casi todo el extenso norte de la península.- Norte italiano, igualmente rico en industria y en historia, cuyos hechos jalonan grandes eventos de la Historia de Europa y por tanto, del mundo; baste recordar las batallas de "Pavía", dirimida entre "nuestro" Carlos I y V de Alemania (apenas vivió en España, como emperador) y Francisco I de Francia; y la posterior batalla "de Marengo", donde era Francia "al mando de Napoleón", la que derrotaba al imperio austriaco... Amén de otros muchos hechos históricos, de mayor o menor importancia, acaecidos sobre estas tierras que atravesaremos hoy; las que codiciadas siempre por su riqueza y estrategia, fueron muchas veces cruento campo de batalla, donde se masacraron los hombres al mando de, "los ambiciosos de todos los siglos".
Atravesamos el caudaloso río Po, el que atravesando todo este territorio del norte italiano, riega el Piamonte y Lombardía yendo a desembocar en el mar Adriático, tras 675 km. de curso. Como el día sigue claro y el cielo sigue de un color azul "limpísimo" y el sol brilla en toda su plenitud, se domina un amplísimo horizonte, por lo que fácilmente diviso en la lejanía las cumbres nevadas de los Alpes. Sin poder fijar "que Alpes pueden ser" (Carlos indica que son los "Dolomitas")... en el exterior hace una temperatura de trece grados centígrados, al menos esta temperatura marca un gigantesco termómetro electrónico, el que veo instalado en una gran industria, de las muchas que hay instaladas en esta enorme campiña, la que en parte, "cede sus ubérrimas tierras a la moderna factoría industrial".
Sobre el medio día, nos detenemos a comer en una de las áreas de servicios de esta autopista, donde comemos frugalmente "comida de circunstancias", efectuando ello de pie y disfrutando de ese pleno sol que nos alumbra y calienta, de forma inusual en esta llanura, que, por la influencia de las cordilleras alpinas, debe ser enormemente fría en esta época en que ya nos encontramos, pero hoy no lo es así, puesto que (repito)... "nos hace un día primaveral". Tomo con "filosofía" esta comida "de campaña" y después enciendo mi primer puro, el que en parte lo fumo con sumo gusto y a pleno sol... y el resto del mismo lo fumo en el ya mentado "salón del fumador" y donde me acompañan varias "fumadoras"... dentro del autocar ya en marcha y en la última etapa hacia "Milano", capital de Lombardía.
Cuando entramos en Milán son las tres de la tarde, "hora europea" y digo ello, por cuanto ya y afortunadamente, los actuales doce países de la "CEE" (Comunidad de Estados Europeos) ó "U.E. (Unión Europea) han unificado el horario, debido a la gran ventaja que ello significa para el intercambio comercial y de negocios que hoy existe. También en la ciudad observo que la temperatura es la misma y que antes referí (13 º).
De inmediato nos dirigimos al centro ciudadano, donde nos deja el autocar para realizar a pie la visita turística que hay prevista y la que será breve.
Hemos bajado en una plaza muy cercana al "Duomo" o Catedral, obra maestra del gótico florido italiano y la que encontramos a pleno sol y "como nueva"; ya que la han restaurado totalmente en su exterior; y por tanto, la "negrura" que mantenía la piedra desde siglos, ha desaparecido; por tanto luce su belleza en total plenitud y la que yo no sería capaz de describir, puesto que se trata de "una monstruosa maravilla", que asombra a cualquiera que piense y medite en esta asombrosa realización y recuerde, "en la época en que la misma se hizo". En su interior igualmente han restaurado gran parte de las enormes vidrieras, por lo que podemos admirar la luminosidad de las mismas, e igualmente asombrarnos una vez más de la ostentación y riqueza, de lo que al fin y al cabo es (no sé si lo representa)... "un templo más de una religión que se preconizó como humilde y pobre...?".
Cae la tarde (empieza a bajar sensiblemente la temperatura) cuando visitamos la fortaleza y palacio de "los Sforza", señores "de horca y cuchillo"; y los que ejercieran el poder absoluto que indica la frase, en los tiempos en que se edificara esta enorme defensa, construida para resguardar en ella, ese poder de la fuerza, que dominaba este gran ducado medieval y renacentista.- Lo primero que me sorprende de esta mole, es que fue construida de ladrillo y pese a la gran altura y envergadura de la misma, lo que dice bien a las claras, la dureza "vidriada" de estos ladrillos, que aguantaron no solo el enorme peso que soportan entre sí, sino, los "mil asaltos y combates", que debieron soportar a lo largo del tiempo, amén de los siglos que han transcurrido desde que fuera construida; sin que estos ladrillos muestren, desgaste casi perceptible, puesto que adquirieron más dureza que la piedra. Existen igualmente enormes rejas, durísimos pavimentos, grandes fosos y en conjunto, es algo que en su tiempo debió considerarse como inexpugnable; y es curioso... "resulta todo el conjunto, de una belleza extraña", pues qué duda cabe que, se conjuntó lo fuerte con lo bello y aquellos señores, no regatearon gasto en obra muerta ni en la artística, que hoy se aprecia desde fuera.
Desafortunadamente no pudimos entrar en sus dependencias, salvo en los enormes patios y recintos interiores, de los que salimos cuando ya se ponía el sol y caía la tarde, regresando andando hacia la plaza del Duomo, desde la que vinimos de igual forma, puesto que de la catedral a esta fortaleza, se llega en un agradable paseo, encontrándose la misma en lugar céntrico de esta populosa y dinámica ciudad industrial.
Posteriormente se nos da tiempo libre y lo dedicamos a visitar el centro ciudadano y en especial las famosas, "Galerías de Víctor Manuel II", las que aún dedicadas al comercio, son un monumento digno de su tiempo y del cometido al que fueron dedicadas; lo que dista una enormidad de la "funcionalidad" que hoy impera, incluso en los denominados "grandes comercios".
No pudimos ver ni el famoso teatro de la Scala, ni tantos otros monumentos o lugares dignos de ser visitados, en esta famosa, histórica y hoy eminentemente ciudad industrial y comercial, cuya población actual ronda o pasa de los dos millones de habitantes.
Pese a que es de noche y ha bajado bastante la temperatura, en las calles proliferan los puestos en que asan y venden castañas... hay gran animación ciudadana y abundan las cafeterías, comercios, e incluso, las heladerías tienen abundante clientela; por ello mi esposa y yo, hemos tomado primero un café y luego más tarde y en otro establecimiento, un rico helado italiano; ya que los italianos son, "los reyes del helado y de las técnicas de la refrigeración o del hielo artificial"; y por ello, es imperdonable no tomar helado en cualquier lugar de Italia.
Volvemos al autocar y marchamos en dirección al hotel que tenemos reservado y el que se encuentra en uno de los barrios periféricos de Milán; se trata del "Hotel Sporting", el que resulta ser un establecimiento moderno, acogedor y bastante confortable. Cargados con nuestros equipajes, "tomamos posesión de nuestros aposentos", reposamos un poco y luego cenamos "a la italiana", (pastas y poco más) y después y tras una corta sobremesa; en mayoría nos retiramos a dormir, puesto que casi nadie tiene ganas de salir, máxime por cuanto estamos bastante retirados del centro de la ciudad y por otra parte, mañana habremos de continuar madrugando y aunque hoy el cansancio es menor que el de ayer, pero hay que prevenirse.
A las once treinta ya estoy en el dormitorio y antes de dormirme, puedo continuar con mi costumbre de leer un poco, lo que me relaja siempre y me ayuda a "llamar al sueño".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí más temas)
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