Nos siguen llevando deprisa pero a ninguna parte
Es la síntesis de lo que ha ocurrido siempre y que hoy se acelera mucho más; el avance en las técnicas que sean, al final "caen en manos" de los avariciosos, los sedientos de poder, los que consigan lo que consigan, siempre quieren más; los que en definitiva, son siempre los que mandan y que inexorablemente, terminan por obligar a las masas, a ir directamente a "ese ninguna parte", cuál es la realidad siempre. Tras un conflicto de cualquier guerra, no hay otro motivo, que es el que provoca el avaricioso, que quiere obtener más poder, más dinero, más fama; "actual" (aunque luego esa fama la machaque la historia y el famoso resulte simplemente una piltrafa que en su momento ejerció un poder que no supo emplear); pero el gozo del "tirano", siempre es lucir todo su poder en el hoy, o momento actual; lo demás no le importa nada; y aún menos, el daño que ocasione a la humanidad.
Tenía preparado para hoy; un largo artículo, sobre reflexiones de algunos de mis viajes, allá por el 1979, 1997; épocas en que fracasado el comunismo soviético, que mediante hábil y bien pagada propaganda; encontró suficientes y bien situados "intelectuales" (de pacotilla) para difundir que aquel nuevo invento (que de nuevo no tenía nada, ya que casi dos milenios antes, lo instauraron, "las comunidades cristianas", capitaneadas por aquel hábil administrador, conocido en la historia mundial como San Pablo) y que también fracasó, por cuanto se estableció la jerarquía, los nuevos príncipes, hasta llegar al "papado"; los que como tales, supieron "unir y acumular bienes y riquezas", para disfrutarlas como tales, pues aquello que afirmara "el Galileo, de que su reino no era de este mundo"; consideraron que muy bien, pero que ellos tenían "del Galileo"; más o menos lo que el traidor de sus discípulos y al que se conoce como Judas; y es que en este mundo el único Dios que de verdad ha brillado siempre es el "del becerro", que aquellos otros judíos fundieron en oro puro y pese a todas las prédicas de sus profetas o santones de su época.
Y en ese artículo, que publicaré mañana, considero está una o la principal base, para contener, asentar, pacificar y contentar a la mayor parte de "la res pública o masa humana", la que afortunadamente no padece en inmensa mayoría, esa enfermedad de la avaricia y sed de poder y dinero, que son los que dislocan al planeta.
Esa masa, lo que quiere es y sintetizando, lo que ya publiqué hace tiempo y dirigido a unos políticos determinados: "TLT": Techo, Lecho y Trabajo útil para la sociedad… Si la parte razonable del dinero público se aplicara a esta solución, creo firmemente que la mayor parte de problemas, no existirían en este pobre planeta". Lo que me confirmaría una guía húngara, en aquel viaje, en que pese "a los miedos", se manifestó y nos dijo, que las preocupaciones del pueblo, eran "los precios del pan y la leche"; o sea y ampliando, "todo lo necesario para un vivir digno, como un trabajador de cualquier oficio; lo demás les importaba bastante menos".
Pero qué es lo que nos encontramos en prácticamente cualquier época de la que hemos vivido nosotros mismo; "guerras, conflictos de alturas insospechadas, latrocinios entre los grandes, para dominarse entre ellos o destruirse si pueden; consumir el dinero público en armamentos ya inútiles para los pueblos, conquistas de nuevos territorios para ser sometidos al poder del tirano que lo pretende, provocar situaciones de destrucciones o arrasamiento de territorios, donde sufren y mueren, millones de esos indefensos, a los que les destruyen no sólo la vida, sino sus viviendas y bienes conseguidos vete a saber cómo y con cuanto esfuerzo, tierras que las asolan, incluso obligándoles a emigrar infinitamente peor que lo hace por mandato natural, infinidad de aves cada año"…¡Y no pasa nada, los denominado grandes (que es un decir) lo justifican todo y se reúnen en grandes palacios, disfrutando igualmente grandes ágapes y luego salen todos tan contentos y preconizando las bondades de algo que no existe, ni es democrático y menos justo en grado insignificante!
Por todo ello, he improvisado este artículo hoy, cuyo titular es el que veo más apropiado, puesto que es una verdad, que dudo el que alguien me la discuta. Convencido igualmente, que este artículo no tendrá ningún eco compensatorio, sencillamente, "la verdad no interesa, ni ha interesado nunca al poder que sea y del signo que sea, puesto que el poder es ciego y vive y se nutre de sí mismo".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)
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