¡Pobres criaturas!
Sí… Pobres criaturas ucranianas; como pobres criaturas sirias anteriores, iraquíes más atrás; y así, hasta donde yo puedo llegar, como "pobre criatura", nacida y víctima de las más castigadas en una "guerra civil" (y qué sarcasmo lo de "civil" en la considerada como la peor de las guerras); puesto que como tal, puedo contar las atrocidades cometidas en la España de 1931 a 1936; y de 1936 hasta casi treinta años después, que es cuando aquí, "se fusila al considerado última víctima de aquella terrible guerra civil"; que reitero no es otra cosa que lo que ocasionaron las demás que conocemos; la última de ellas, en la "también católica", Ruanda Burundi o "África negra"; todo lo cual fue tapado como siempre, o sea, con la hipocresía de todos los responsables y… "aquí no pasó nada; y por tanto a seguir barajando y asesinando a esas pobres criaturas a las que hoy dedico este desamparado artículo, enviándolo a "cientos" de destinos y que muchos, no van a publicar, puesto que la cobarde hipocresía es el peor de los cómplices que se apoderó del planeta y por ello, aquí siempre ocurre lo mismo, ya que los que tienen que responder, nunca responden".
¡Pobres criaturas! Las de ahora mismo y las que "se dice", son poseedores de una patria que hoy se denomina Ucrania; cuando la realidad es que cuando ocurren estas tragedias, todas las masas que habitan el territorio que ocupan, dejan de tener patria, gobierno, amparo, justicia y todo lo que "con un barniz" siempre hipócrita, ahora cacarean, todas "las fuerzas", que dicen defender a esos nuevos millones de parias, que han puesto en movimiento, para que huyan por el mundo, cada cual como pueda y con lo que pueda llevarse consigo en su total soledad.
Y afirmo este extremo, puesto que los de su propio gobierno, ya los han advertido, que ni salgan a las calles, donde serán tiroteados por "las fuerzas propias", ya que serán considerados como "subversivos", y sin más aclaraciones; o sea que han sido expulsados de sus propios domicilios, para ser metidos, "bajo tierra" y sin posiblemente, ni siquiera con un mínimo de servicios sanitarios, donde puedan, "ciscar y mear tranquilos"; destacando con ello, que la realidad de la patria de "todas las pobres criaturas a las que hoy me refiero", sólo tenemos patria, mientras no exista la guerra y mientras paguemos a quienes nos manejan "más o menos abusivamente", imponiéndonos unos impuestos que inexorablemente nos llevan a la miseria, como hoy ocurre, en más de "medio mundo" del actual sistema de desgobiernos e injusticias, que padecemos.
Por tanto y reitero… ¡Pobres criaturas! Las que obligadas a huir, "con lo puesto", con la terrible incertidumbre y miedos, del que ni sabe lo que le espera y que se encontrará, en la soledad más terrible, en que hoy mismo se encuentran, millones y millones de "desplazados" (se dice hipócritamente en vez de expulsados a la fuerza de su verdadera patria, cual y como mucho, fue su casa, su huerto, su campo, su rebaño, o a lo sumo el negocio comercial del que vivía) y que más o menos, van muriendo en el camino, o llegando con sumos padecimientos, a otros países, que sí, "que les dan asilo y no todos", pero tengamos en cuenta los problemas de esos países y que son los primeros a tratar de resolver, no los problemas del desarrapado que les viene de fuera.
Pensemos en esas masas que junto "a lo puesto", pueden llevar más o menos dinero, que en realidad lo admitan allí donde vayan; también incluso joyas, que ya, se encargarán de comprárselas al más bajo precio posible, los usureros que siempre pululan como los buitres vuelan siempre, sobre donde saben hay "carnaza a consumir".
Pensemos en esas "pobres criaturas", que en grupo más o menos numeroso de familiares, llevan desde al niño o al viejo y vieja, que necesitan cuidos médicos, amén de los alimentarios y de salud o sanidad primordial, puesto que les va a faltar, hasta el agua para beber; y por descontado el aseo imprescindible, que en su propio hogar han dejado atrás. Pensemos en esas nuevas millonarias, "travesías de cada cual su desierto bíblico y que como aquel, lo fijaran en cuarenta años"; hasta que algunos o los pocos que puedan superarlo, puedan considerarse, "habitantes" de un nuevo lugar más o menos civilizado y similar al de su procedencia; y convengamos en que decirles hoy, "pobres criaturas", es quedarnos cortos, muy cortos.
Y pensemos finalmente, que todo esto ocurre, simplemente por las ambiciones, de unos pocos ambiciosos de poder y dinero, que simplemente por conservar lo mucho que ya consiguieron; o peor aún, queriendo aumentarlo aun sabiendo que lo van a conseguir, envuelto e sangre, sudor y lágrimas y como siempre; y que respaldados por su infinita soberbia e impiedad, desde sus puestos de mando, insisten y persisten, en que sus intereses son los primeros a defender, pese a quien pese y pase lo que pase… ellos se consideran superiores al superior de todos los dioses. Pobrecillos, no merecen ni ser nombrados, son despreciables en grado sumo.
Y mejor hoy no digo más, que lo diga y añada el que esto lea, puesto que el discurso sería interminable; por tanto y por mi parte: "amén de los amenses, bichos estos de los que no sé ni quienes son"… ¡¡¡Pobres criaturas!!!
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)
No hay comentarios:
Publicar un comentario