La Justicia no es un cachondeo
No; en absoluto, y pese a lo que dijera en su momento Pedro Pacheco, alcalde de Jerez de la Frontera; el que sus motivos tendría para tal afirmación; la que armó "un enorme revuelo de togas y puñetas"; puesto que no lo pudieron procesar y la frase ha quedado grabada para la historia de este país.
La Justicia (con mayúsculas) debe ser el principal sostén de una sociedad civilizada y por tanto debe ser dotada suficientemente y respetada, haciéndose uso de ella, cuando el caso lo requiera, pero no por la irritación de cualquiera y menos por caprichos absurdos, como se vienen dando en España. ¿Por qué ocurre todo ello? Veamos algunos hechos que han sido publicados, recientemente.
"Cada vez son más las denuncias insólitas que llegan a dependencias policiales y judiciales. La última la conocimos esta semana cuando leímos que una familia musulmana había denunciado al profesor de su hijo por hablar del jamón ante sus alumnos. No es la única. Recientemente, un ladrón se torció el pie durante uno de sus asaltos y denunció al propietario de la casa por no tenerla en condiciones (el propietario era la Guardia Civil). (El Confidencial 25-10-2010)
El citado periódico se extiende en otra gran cantidad de absurdos, que inexplicablemente han tenido entrada en las diferentes comisarías o cuarteles de la Guardia Civil y seguro que también en el resto de policías locales, provinciales o autonómicas; lo que ya es incalificable, salvo que recurramos al "cachondeo".
En España y donde es abundantísima esa pasión tan enormemente dañina y que conocemos con la palabra "soberbia"; se producen estos hechos que debieran ser corregidos, en el mismo mostrador policial y que jamás llegaran al de un juzgado; puesto que desde allí se debiera hacer desistir al denunciante, o enviarlo como mucho a un departamento oficial y burocrático, pero bastante lejano de los juzgados y jueces, que por lógica deben estar para asuntos mucho más importantes y necesarios.
Y es así y por pura necesidad nacional, ya que sabido es que los juzgados en España, están más que "atorados" (que se dice en Málaga cuando algo se atranca demasiado) y todas estas "chuminadas", debieran incluso que tener castigos, para que nadie las repitiera o se lo pensase mucho antes de hacerlo.
Ocurre también que algunos individuos, con tal de salir en los periódicos (no digamos en la radio o la televisión) son capaces de cualquier cosa y ello deben corregirlo las autoridades "de a pie" y dejar a los jueces para lo que deben estar.
Aquí en esta, efectivamente; "diferente España"; ocurren tantas cosas ya insólitas y que muchas de ellas o casi la totalidad, provienen de la falta de formación del individuo en el seno familiar y no digamos en las escuelas; y a la vista están estas cosas que no son sino reflejo de otras muchas más, que dejo imagine el lector.
Conviene recordar lo que un poeta español dijera sobre el español, puesto que éste (que no era reaccionario ni mucho menos: fue Antonio Machado) aseveró que, en España; "de cien cabezas, una piensa; el resto embisten". Lo que de otra manera lo dijo también una figura reconocida mundialmente el que refiriéndose al pensar, afirmó: "Pensar es el trabajo más arduo que existe, lo que explica que haya tan pocas personas que se dediquen a ello" (Hery Ford). Lo que yo suscribo en toda su integridad, ya que lo sé por propia experiencia; y mi metáfora para cuando llega ese cansancio que solo el que piensa lo sabe; es la siguiente... "estoy como si hubiera terminado de descargar un barco". Viendo el panorama que nos rodea, lógico pensar, que la mayoría siguen pensando sólo con la panza y el bolsillo y "con estas neuronas", no se puede llegar a ninguna parte positiva en cualquier campo del verdadero progreso humano; y en este de la ley a interpretar por cada cual... ¿qué esperar si la mayoría sólo piensa en sus derechos y ni se le ocurre pensar paralelamente en sus obligaciones?
De lo ocurrido con el "fallo" del Tribunal Supremo, el que ordena a los catalanes que el idioma común y español (no castellano) debe ser empleado en Cataluña, como idioma común que es (los catalanes son españoles lo quieran o no); y al que los nuevos "electos jerarcas", han dicho (como ya dijeran otros de otros lugares) "que bueno, que sí, pero que se lo pasan por el valle de Arán"; mejor no hablar, puesto que esto si que no es un cachondeo, esto es un asunto de tal seriedad, que es el gobierno central, si es que existe, el que ha de tomar medidas y acabar con esta "anarquía idiomática" que padecen las tierras de España y que ningún país civilizado practica, ni seguro comprenderían.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)
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