19.10.15

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EL TERRIBLE SIGLO XIX EN ESPAÑA

 

                                Desde que muere Carlos III, único rey Borbón[i], digno de ser recordado por los españoles y a los que quiso hacer avanzar ostensiblemente, aunque de ellos llegase a afirmar lo siguiente… "son como niños; lloran cuando los lavan". Es claro que "la mugre" a que tan avanzado monarca se refería, era a todo el atraso ancestral que acumulaban aquellos españoles de su tiempo y debido a su embrutecimiento que tristemente "aún hoy colea". Y es que muerto este gran rey, le van a suceder una serie de "descendientes", tan degenerados que culminan con la calificación papal de la impuesta Isabel II, a la que "cariñosamente el papa Pio nono, la califica así… "Es puta, pero piadosa[ii]". Y he dicho impuesta por cuanto el canalla de su padre ("el rey felón") saltándose la ley Sálica, la impuso como heredera, para que rigiera el reino y sus colonias (aún muy abundantes) durante nada menos que 35 años, lo que dio lugar a que murieran gran cantidad de españoles, en guerras fratricidas o guerras "carlistas", que se desencadenaron para apoderarse del trono y sus riquezas.

                                El "gran drama" de ese siglo, empieza a fraguarse con la entrega de España al hasta entonces invicto Napoleón, cosa que hace el también "degenerado" abuelo de la citada reina (Carlos IV). Napoleón termina por imponer a su propio hermano (José I o José Bonaparte) como rey de España y con el que posiblemente, España y los españoles, hubiesen podido avanzar mucho más que con los inútiles y degenerados Borbones ya citados; puesto que no olvidemos que Napoleón regeneró hasta a su propia Francia, imponiendo normas y leyes, que aún hoy han de estudiar los profesionales de la Justicia y los que aspiran a dirigir a los pueblos, o políticos que son o aspiran a ser estadistas de verdad.

                                Pero aquí siempre se tuercen las cosas y se termina por enardecer a un pueblo bastante idiota, al que le presentan "al francés", como el peor de sus enemigos y lo lanzan contra esa invencible máquina de guerra cual fue la napoleónica; a la que e inexplicablemente, la someten a un jaque constante ("guerra de guerrillas, que son otro invento español") e incluso llegan a vencerlos por primera vez en batalla regular y militar, en los campos de Bailén; que es donde se demuestra que Napoleón es "vencible".

                                Consecuencia de ello, es que los que al final van a seguir gobernando, son los mismos de antes y que se inventan aquello de "guerra de la independencia"; cuando la realidad es que al pueblo lo vuelven a encadenar, en una dependencia terrible y de la que no va a salir (si es que aún hoy ha salido) en los siglos venideros, puesto que sigue dominando una clase o castas que no les interesa que el pueblo, "piense, deduzca y progrese por su propio impulso o inteligencia"; vuelve pues el oscurantismo más atroz.

                                Los recursos que genera España, siguen siendo consumidos en su mayor parte, por los tres estamentos de siempre… "realeza, nobleza e iglesia católica"; únicos dueños y señores del conjunto nacional, que simplemente va vegetando y sucumbiendo de guerra en guerra, hasta llegar a la peor de todas que ya tiene lugar de 1936 a 1939; si es que aquí acabaron las guerras alguna vez; puesto que aún después de muerto Franco y cuarenta años después; siguen catalanes, vascos y algunos otros, queriendo "partir o repartirse" parte de España; lo que demuestra… "la mala leche o cosa peor de una parte de los que nacidos en España, se niegan a reconocerse como españoles", pero robando todo lo que pueden y más.

                                Isabel II, que se afirma fue ninfómana; siguiendo sus apetitos, se buscaba "consuelo" en todo aquel que le gustaba, fruto de ello fueron una docena de partos de hijos bastardos ("el marido tendía a todo lo contrario") entre los que le nace, el que luego van a imponer como nuevo rey (Alfonso XII).

                                Seguirá habiendo guerras, hasta que se pierden las colonias. Habrá amortizaciones de bienes y "tierras que poseen los denominados manos muertas"; pero en vez de todo ello revertir en el pueblo para que tenga algunos bienes, al final recaen en los que ya son ricos o apostados en los lugares idóneos de la política; por lo que las masas muertas de hambre y llenas de todo tipo de miserias, siguen "inalterables".

                                Surge una república que es un desastre; tras ella un nuevo monarca de "otra familia real"; el que tras corto espacio de tiempo, se marcha voluntariamente echando pestes de España y los españoles, dejando un discurso de bochorno; se trata de Amadeo I de Saboya y ese discurso lo pueden leer puesto que está en la red.

                                A trancas y barrancas se llega al siglo XX; un rey que en un momento crucial huye cobardemente (Alfonso XIII) y deja a los españoles, en la peor de las tragedias, de las muchas que hemos padecido (guerra civil 1936-1939); antes de ello una segunda república que igualmente es un rotundo fracaso.

                                Antes y después de ella, dos dictaduras militares, que curiosamente va a ser cuando el trabajador que sólo tiene sus manos "como riqueza"… va a poder comer todos los días e incluso prosperar muchos de ellos y reunir riqueza considerable.

                                Y tras los casi cuarenta años de la última dictadura y otros cuarenta más de un nuevo sistema que nos dicen es democrático; terminamos en "este potaje" hediondo, donde y de nuevo, se cuecen a fuego lento, "los siempre durísimos garbanzos españoles"… que nos sitúa de nuevo en un volver a empezar de nuevo… "Lo que sea".

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)



[i] Carlos III fue un gobernante inusual e irrepetible. Siempre intentó legislar de cara a mejorar la vida de sus súbditos en vez de añadir sufrimiento al respetable. Poco dado a medrar por palacio y a la pompa cortesana, se escapaba con bastante frecuencia a cazar perdices, gamos y piezas varias en los alrededores de Madrid, eso sí, con su cuaderno de campo en el que tomaba buena nota de sus reflexiones para construir un reino mejor. Era un rey vocacional, que no ornamental. Es posiblemente la mejor encarnación o representación del despotismo ilustrado.

 

[ii] Arturo Pérez Reverte (Escritor y Académico) en la revista XLSEMANAL del 30-08-2015.

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