13.8.21

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

Cuerpo-Alma… "Limpieza de" 

 

                                La inteligencia que "creara al mono humano", considero que no nos creó, para ser "un simple juguete en el Universo y sujeto a tanto padecimiento como sufrimos todos; sí, repito todos, puesto que "todos en este planeta, hemos sufrido desde los infiernos inconfesables; hasta, las molestias de no poder dormir cuando hemos querido o más lo hemos necesitado"; ello me hace creer firmemente en que principalmente somos "dos partes", una que se quedará aquí y por aquello tan sabio de que… "polvo eres y en polvo te convertirás". Y otra a la que denominamos alma, y que seguirá viviendo "donde sea". Puedo decir que, "yo estuve "muerto" durante algo más de una hora… y la verdad, dónde fuese ese lugar estuve muy agusto y si hubiese podido no hubiese vuelto aquí". Por ello hoy empleo las palabras de uno de los que considero más sabios de los que yo tenga noticias. El que siendo esclavo, en la época de Nerón, supo vivir con una entereza envidiable y nos dejó tesoros invalorables, como éste.

                                "Si logro resistir a una mujer hermosa que está dispuesta a concederme sus favores, me digo: -¡Bravo!, Epicteto, esto vale más que haber refutado el sofisma más sutil. Porque ciertamente, resistir sus provocaciones y rechazar sus caricias es victoria de la que puedo vanagloriarme con más justo título que si hubiese triunfado de los silogismos más peligrosos. Pero ¿cómo resistir a tentación tan seductora? Un medio hay muy eficaz: tratando a toda costa de agradarse a sí mismo y de parecer hermoso a los ojos de los dioses; queriendo a toda costa también, conservar la pureza del cuerpo y del alma.

                                Anfiarao vivió largo tiempo en paz con su mujer; tuvieron muchos hijos y jamás se vio un matrimonio mejor avenido. Pero sobrevino el ofrecimiento de un collar, y ¡adiós mujer esposa y madre!

                                Sobre los cuidados del cuerpo: Señal evidente de un espíritu torpe es consagrar un tiempo excesivo al cuidado del cuerpo, al ejercicio, a la comida y a la bebida o a cualquier otra de las necesidades corporales. Todos estos cuidados no deben constituir lo principal, sino lo secundario de nuestra vida, y hay que tenerlos, por tanto, como de paso. Porque nuestra grande y activa e incesante preocupación debemos consagrarla al espíritu.

                                ¿Eres hombre o mujer? Si eres hombre, atavíate como un hombre y no pretendas pasar por un prodigio de indumento, por una cosa nunca vista. Cuando Sócrates encargaba a Alcibiades que se embelleciese, le aconsejaba precisamente descuidar un poco la belleza del cuerpo para ocuparse de la del alma. Mas no creas por esto que es preciso ser desaseado y sucio; no. Nada de eso; pero sí importa mucho que tu aseo sea serio y digno de un hombre.

                                La limpieza es para el cuerpo, lo que la pureza para el alma. La naturaleza misma enseña a ser limpio. Como cuando se ha comido suele quedar algo entre los dientes, ofrece agua e invita a lavarse la boca a fin de que en ningún momento dejemos de ser hombres y nos acerquemos a los cerdos. Ella nos proporciona, además, baño, aceite, esparto y vitriolo, para combatir el sudor y la grasa de nuestra piel. Pues bien, si no te sirves de todo esto que tan oportuna y generosamente te brinda, no eres un hombre. Y si cuidas de tu caballo y de tu perro, a los que haces bañar, limpiar y peinar como es debido, ¿vas a tratar tu propio cuerpo peor que el de tu caballo o el de tu perro? Lávalo, pues, y límpialo perfectamente; procura que a nadie dé asco y que nadie tenga que apartarse de ti con repugnancia; y ¿quién no se apartará asqueado de un hombre (o mujer) sucio y maloliente? Ahora bien: si prefieres esto, apártate de los demás y vive retirado, solazándote con tu propia porquería; pero lejos de la ciudad, en medio del desierto, a fin de no apestar a tus amigos y vecinos. Porque, ¿cómo siendo basura te atreves a frecuentar los templos, donde está prohibido el escupir y sonarse?

                                ¿Cómo podrían atraerme, por hermosas que fuesen, las sentencias de un filósofo si él se me presenta sucio, desaseado y tan horrible como un criminal que sale de la mazmorra? ¿Cómo podría hacerme amar una doctrina de la que él era tan desagradable representante? Por nada del mundo me resignaría a escucharle, y mucho menos a relacionarme con él. Cuidemos pues la limpieza y de la decencia exterior. Y lo que digo de los maestros, dicho queda de los discípulos. Por lo que a mí respecta, cuando un joven desea dedicarse a la filosofía, prefiero y deseo que acuda a mis lecciones limpio y decentemente vestido, y no sucio y desgreñado. Detalle es éste por el cual juzgo ya que posee alguna noción de la belleza y que se inclina a lo que es conveniente y honroso. Porque deduzco que puesto que cuida de la belleza que le es conocida, es de esperar que cuidará también de la que le daré a conocer, esto es, de la belleza interior, que consiste en el perfecto uso de la razón, al lado de la cual es solo fealdad la belleza del cuerpo. Pero al que se me acerca sucio, astroso, cubierto de pringue y porquería, despeinado el cabello y con barba hasta la cintura, ¿qué puedo decirle para darle a conocer la belleza, de la cual no tiene la menor idea, tratándose de un cerdo que preferirá siempre su muladar a la fuente más pura y cristalina?" (De las Máximas de Epicteto: Sabio filósofo estoico)

 

                               

            ¿Cuántos Maestros, quedan en todo tipo de enseñanzas, que hoy hablen de esta forma a sus alumnos, que no discípulos; aparte de que hoy, "los Maestros son muy escasos, como abundantísimos son, los profesores o catedráticos".

 

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y

http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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