Se ha publicado mucho sobre la situación de “la pareja” que se une en la denominada “sociedad opulenta” (o de consumo) y la que tiende a dedicar sus esfuerzos, más a conseguir un alto nivel de consumo, que a la responsabilidad de crear familia y tener hijos. Motivo de ello es la decadencia poblacional de Occidente, la que en Europa y otros lugares, la suplen no ya la inmigración, sino la invasión de gentes de otros países, que vienen al señuelo (igualmente) de esa vida opulenta que atrae a todo el mundo “y de cualquier raza o religión” (“el dios moderno se llama consumo”), pero lo que está creando esos roces y enfrentamientos, de sociedades o culturas totalmente diferentes en su evolución y las que no se adaptan fácilmente, sobre todo africanos y asiáticos, destacando en ellos los creyentes en Mahoma y su libro. Por todo ello, se van creando y creciendo en grado preocupante… “las tribus urbanas que en realidad viven separadas totalmente entre sí y sin visos de que se puedan integrar en mucho tiempo, si es que llegan a integrarse”, puesto que en Europa, ya tenemos el ejemplo de los gitanos; que habiendo entrado nada menos que en 1417, aún y en mayoría, viven no ya “en tribus” (a las que según yo deduzco no han llegado aún”) sino, en clanes familiares, que se defienden con toda su fuerza; si bien, llegado el momento, también existen “guerras” sangrientas entre esos clanes, que mantienen “sus leyes” a toda costa; por lo que se deduce, que no hay, integración, principalmente por cuanto ellos no quieren integrarse en leyes y normas que rigen en los países en que viven hace ya casi seis siglos… “por lo que la palabra racismo, que tanto se emplea, habría que analizar a fondo a quién o quienes hay que asignarla… y sálvese el que pueda”; puesto que hablo generalizando y las excepciones pueden ser numerosas, pero y al parecer, persiste la parte contraria mucho más. Pero volvamos al tema central.
En el mundo, mal denominado desarrollado (“puesto que es sólo desarrollo material y en valores humanos está en franca decadencia); el egoísmo del individuo de las nuevas generaciones, llega a tal grado, que ya ni en pareja sin engendrar hijos, se contentan; sino que los que han iniciado la misma, sin intención de matrimonio; llegan a cansarse el uno del otro y se separan (“muchos con violencia e incluso con asesinato”) y empiezan una vida en solitario, que ya a algunos, les alcanza en la época de la vejez, por lo que esa soledad va a ser de por vida… puesto que a ciertas edades, es difícil, formar pareja y más aún familia; que se diga lo que se quiera, fue, es y será, la más firme base para unas sociedades o civilizaciones equilibradas. Y donde la familia es como una “sagrada rueda”, donde todos se asisten y unos y otros se cuidan, desde el nacimiento a la muerte. Ello hoy escasea bastante y desde… “recién nacidos tirados a la basura… a ancianos abandonados a su suerte”, tristemente hay abundancia de hechos, de algunos de los cuales nos enteramos por la prensa… lo que nos dice la cantidad oculta que debe existir.
Así, estos elementos jóvenes y potentes (“aunque cada vez se dan mas porcentajes de infertilidad para engendrar hijos, por los motivos que sean y que científicamente se van publicando”)… sólo les atrae, el tener y consumir y dedican sus ingresos; sólo a ello (reitero) pero incluso, endeudándose cada vez más para aparentar un estado de riqueza que no poseen; ya que el pensar en el ahorro y en lo que en generaciones anteriores se nos inculcó… o sea, “el ahorrar para el día de mañana”, ello es impensable en estos individuos “modernos”, que generalmente quieren todo, pero “aquí y ahora” , sin pensar ni importarles el futuro… “El que por otra parte” y debido a ese egoísmo internacionalmente extendido (“acaparamiento de poder y dinero en grados ya enfermizos”) es cada vez más precario. ¿Pero cuando fue fácil el porvenir para las masas que trabajan en cualquier oficio, salvo excepciones? De esto nadie quiere hablar y menos reflexionar; bien es cierto que al igual que la familia está en decadencia (“han malcriado a sus vástagos en gran profusión de familias”)… la enseñanza en todos sus niveles, está mucho peor, puesto que a lo sumo y si lo logran (que tampoco y ahí están las estadísticas internacionales) lo que enseñan, son sólo técnicas materiales y encaminadas todas a un solo fin… ganar “o conseguir” dinero cuanto más mejor y si se logra fácilmente mucho mejor que mejor”. Y así marchan las sociedades denominadas modernas, progresistas y avanzadas… “hacia su propia tumba, entiendo yo”; puesto que si se pierden los valores precisos y necesarios para un verdadero progreso… ¿cómo y de qué manera se va a progresar?
Pero lo terriblemente preocupante, es que no se ven verdaderos movimientos ciudadanos (“los que gobiernan y por cuanto hacen, les importa un bledo lo que está ocurriendo”) promoviendo un clamor continuo para que se vuelva a encauzar, este desbordamiento social y que tiene herida de muerte a la mal llamada civilización actual. La que se mantendrá, mientras exista esta forma actual, de vivir cómodamente, sin apenas trabajar y con todo tipo de “derechos”… pero donde las obligaciones escasean a grados ya tan preocupantes, que hay que estar totalmente ciego para no verlos o apreciarlos. ¿Pero y cuando vengan “las vacas flacas?
En el mundo, mal denominado desarrollado (“puesto que es sólo desarrollo material y en valores humanos está en franca decadencia); el egoísmo del individuo de las nuevas generaciones, llega a tal grado, que ya ni en pareja sin engendrar hijos, se contentan; sino que los que han iniciado la misma, sin intención de matrimonio; llegan a cansarse el uno del otro y se separan (“muchos con violencia e incluso con asesinato”) y empiezan una vida en solitario, que ya a algunos, les alcanza en la época de la vejez, por lo que esa soledad va a ser de por vida… puesto que a ciertas edades, es difícil, formar pareja y más aún familia; que se diga lo que se quiera, fue, es y será, la más firme base para unas sociedades o civilizaciones equilibradas. Y donde la familia es como una “sagrada rueda”, donde todos se asisten y unos y otros se cuidan, desde el nacimiento a la muerte. Ello hoy escasea bastante y desde… “recién nacidos tirados a la basura… a ancianos abandonados a su suerte”, tristemente hay abundancia de hechos, de algunos de los cuales nos enteramos por la prensa… lo que nos dice la cantidad oculta que debe existir.
Así, estos elementos jóvenes y potentes (“aunque cada vez se dan mas porcentajes de infertilidad para engendrar hijos, por los motivos que sean y que científicamente se van publicando”)… sólo les atrae, el tener y consumir y dedican sus ingresos; sólo a ello (reitero) pero incluso, endeudándose cada vez más para aparentar un estado de riqueza que no poseen; ya que el pensar en el ahorro y en lo que en generaciones anteriores se nos inculcó… o sea, “el ahorrar para el día de mañana”, ello es impensable en estos individuos “modernos”, que generalmente quieren todo, pero “aquí y ahora” , sin pensar ni importarles el futuro… “El que por otra parte” y debido a ese egoísmo internacionalmente extendido (“acaparamiento de poder y dinero en grados ya enfermizos”) es cada vez más precario. ¿Pero cuando fue fácil el porvenir para las masas que trabajan en cualquier oficio, salvo excepciones? De esto nadie quiere hablar y menos reflexionar; bien es cierto que al igual que la familia está en decadencia (“han malcriado a sus vástagos en gran profusión de familias”)… la enseñanza en todos sus niveles, está mucho peor, puesto que a lo sumo y si lo logran (que tampoco y ahí están las estadísticas internacionales) lo que enseñan, son sólo técnicas materiales y encaminadas todas a un solo fin… ganar “o conseguir” dinero cuanto más mejor y si se logra fácilmente mucho mejor que mejor”. Y así marchan las sociedades denominadas modernas, progresistas y avanzadas… “hacia su propia tumba, entiendo yo”; puesto que si se pierden los valores precisos y necesarios para un verdadero progreso… ¿cómo y de qué manera se va a progresar?
Pero lo terriblemente preocupante, es que no se ven verdaderos movimientos ciudadanos (“los que gobiernan y por cuanto hacen, les importa un bledo lo que está ocurriendo”) promoviendo un clamor continuo para que se vuelva a encauzar, este desbordamiento social y que tiene herida de muerte a la mal llamada civilización actual. La que se mantendrá, mientras exista esta forma actual, de vivir cómodamente, sin apenas trabajar y con todo tipo de “derechos”… pero donde las obligaciones escasean a grados ya tan preocupantes, que hay que estar totalmente ciego para no verlos o apreciarlos. ¿Pero y cuando vengan “las vacas flacas?