1.8.07

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

EL SENSACIONALIMOS IDIOTA Y EL CALOR

 

            Me inspiran este artículo dos noticias sensacionalistas; las he visto en la televisión hoy 28/7/07 y una tras otra en el mismo espacio; una en EE.UU. que es la cuna de esa aberración denominada "sensacionalismo" y en la que dos helicópteros, desde los que se está filmando, la persecución de un coche policía a un delincuente que huye en otro automóvil, por una calle de una populosa ciudad… ambos helicópteros se estrellan en el aire (ambos compiten para coger imágenes para diferentes cadenas televisivas) bajan ardiendo al suelo (menos mal que caen en unos jardines y no matan a vete a saber cuantos inocentes); veo los planos de la caída, que recoge otro "sensacionalista"; veo la infernal hoguera y la gran columna de humo, mientras "la voz del empleado televisivo", nos dice con el tono igual al que emplearía si se estuviera comiendo un melocotón… que los cuatro ocupantes de estos "pájaros metálicos", han muerto, o sea que "las han espichado miserable y tontamente"… sin poder evitarlo me echo a reír… y pienso, idiotas, cuatro muertes idiotas, para sorprendernos a los televidentes… ¿de qué a estas alturas? Pobrecitos desgraciados; cuatro víctimas más del idiota sensacionalismo que para poco sirve.

            Ese sensacionalismo que ya no se preocupa del automóvil de la policía que persigue al del delincuente y que pasa al olvido, puesto que ya no interesa; y no interesa por cuanto ya hay muertos y sangre abundante y además, inesperada con los otros.

            La segunda noticia sensacionalista y ya cotidiana en esta España insulsa, es la del calor, "la calor asfixiante que dicen pasa media España" (yo vivo en el Sur y hasta ahora no he notado nada que no notase en otros veranos peores que este). Y debo decir que padezco angina de pecho y tensión bastante alta (9 comprimidos diarios y un parche de nitroglicerina).

            En todos los noticieros aparecen "fogosos" informantes, que pegados a un termómetro en medio de la calle y a pleno sol, nos gritan cuasi "el fin del mundo", señalando lo que marcan esos artilugios electrónicos; artilugios que no me merecen la confianza que "la varilla de mercurio" y que considero es mucho más precisa y fiable que "las tripas" de esos mamotretos publicitarios que nos han colocado como algo considerado necesario y de servicio público, por cuanto marcan la hora y la temperatura. El (o la) informador de turno, se excita y señala los cuarenta y tantos grados que el artilugio marca en Sevilla, Córdoba o algún otro lugar de Extremadura o Castilla, puesto que en esta época, más de media España arde (y como siempre) en el habitual y por tanto normal calor de los meses de julio y agosto, hispanos. Recuerdo el tener en mi primer coche, instalado un termómetro de alcohol y que creo llegaba a los 50/55 grados… pues bien, cerrado el vehículo y quedando al sol… aquel termómetro saltó y estalló… eran las delicias "de un viajante en verano", que tenía que abrir el coche, esperar diez minutos a que se enfriara un poco y luego subir "a la sauna", puesto que entonces no existía el aire acondicionado… "y le echábamos güe y aguantamos".

            Pero lo que estos "capullos informantes", no nos dicen es que la temperatura se mide siempre a la sombra y no al sol, puesto que el ser humano y en este tiempo, vivimos a la sombra todo lo que podemos y ello es natural, puesto que hasta los animales buscan la misma y tan pronto se inicia el calor, se resguardan donde pueden y ni salen ni a comer ni a beber; esperan "las horas frescas" para desarrollar su vida activa… son mucho más inteligentes que nosotros "los sapiens sapiens".

            Esos informantes ignoran o lo omiten, que si al sol hay 45 grados, a la sombra habrá diez o quince menos y que para llegar a los 43 a la sombra (yo los he visto en mis tiempos jóvenes en la calle Gondomar en Córdoba y en termómetro de mercurio) hace una calor horrible, que acrecientan lo estrecho de una calle, la altura de los edificios, el ardiente asfalto del piso y la carencia de aire que refrigere algo el ambiente; coincidencias éstas que concurrían aquel inolvidable 19 de Julio en la Córdoba de "los sesenta, del siglo pasado"; y en la que yo como viajante, soporté muchos años esos calores del centro de Andalucía, que reitero, era lo normal "y nadie se moría en la calle por esa temperatura natural". Hoy esos informantes, no dejan de transmitir idioteces como la de que hay que llevar "una cantimplora" con agua, y como si estuviésemos en el desierto; que hemos de hincharnos de agua por que dicen es lo sano y bueno y en fin otra serie de memeces, por cuanto y me reitero a esos tiempos que relato, bebíamos cuando de verdad teníamos sed y muchas veces aguantando, por no romper a sudar, puesto que según en que casos, es mejor esperar "a refrescarse naturalmente", antes de ingerir agua y que no esté fría (a un sediento perdido en el desierto, si se le ocurre darle agua fría y bebe, puede incluso morir de la reacción que sufre su organismo: nos lo decían en el Ejército de África, donde me obligaron a estar). Así pues, vigílese usted, haga si puede, lo que pueda e imitando "a los animales", beba agua cuando tenga sed, descanse cuando esté cansado y olvídese de estos capullos informantes… "es su propio organismo el que mejor lo orientará… si es que sabe escucharlo"; y si tiene que tomar algo muy frío… mejor espere a que llegue "el fresco de la noche", sabe y sienta mucho mejor y se paladea mucho más. No nos dejemos llevar, "por los tontos de la información salvo en lo que analicemos es conveniente".

            Una perla final; me sorprendió ver a mi gato, en plena canícula, salir a beber en un charco del porche, intrigado fui a tocar el agua… "estaba muy caliente y mi gato sabía mejor que yo que esa era la mejor agua para beber en ese momento", puesto que teniendo su bebedero… salió fuera a beber.

 

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más temas)

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