15.2.21

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

¿Importa algo eliminar a los ancianos? 

 

                                La cruda realidad de "la medicina" es que efectivamente, "alarga la vida", pero lo que no puede alargar más que lo que "la naturaleza permite", es la vitalidad del cuerpo humano, "que como cirio que arde, llega un momento que se paraliza o muere"; es por lo que cada vez estamos más ancianos en este mundo; y ello va creando unos problemas insolubles como tales, por lo que los que "dicen gobernarnos, simplemente los asumen y dejan el tiempo correr"; por lo que tal y como marcha este cruel asunto, el planeta (y más "en los países desarrollados") se va llenando de, algo así, como de "cadáveres vivientes", que la medicina sostiene  a costos enormes, puesto que, "los que fabrican medicinas aquí tienen el mayor negocio de todos los del gremio; y el negocio es el negocio"; el problema que ya es "problemón", se deja correr y al parecer "no se toca", como habrán de hacerlo antes o después y  por lógica que nos dice la envergadura del mismo.

                                Algún o algunos pueblos primitivos y de forma natural, lo resolvían por "las bravas"; y lo pudimos ver en una famosa película, También y ya hace muchos años, entendí aquel terrible mensaje que en aquella cinta de Anthony Quinn (Los dientes del diablo 1960) y que se desarrolla en el polo norte canadiense; aquellos esquimales dejan a la vieja madre fuera del iglú, en plena tormenta o ventisca de hielo, para que "la recoja el primer oso que por allí pasase y la condujera con rapidez hacia el otro mundo". Son dramas de la vida y que cada cual los entenderá según el apego que tenga de seguir en ésta, aunque más que un ser vivo, ya sea, "otra cosa irrecuperable".

                                No tienes más remedio que sonreír con amargura e imaginarte cada uno de esos dramas, como el que me contó una vecina, que dejaba atada a su propia madre en la residencia donde la tenía que mantener… "aquella pobre anciana, clamaba a la hija… ¡No te vayas no me dejes aquí! No eso ya no es vida, eso es un sobrevivir artificial y un tenerte "en conserva", sobre la base de "almorzadas de medicamentos". Por todo ello yo comprendo perfectamente a esos viejos y viejas, ya hartos de vivir, que incluso salen (el que tiene dinero y puede costearlo) en su último viaje con destino a esos lugares, donde les van a permitir morir cuando ellos quieran y no cuando lo marque "el destino".

                                A lo largo de mi vida de "articulista" he escrito varias veces sobre este durísimo tema; hoy me obliga a ello, el bastante largo trabajo periodístico, aparecido en la revista, "Selecciones Reader's Digest: Febrero 2021" (lo pueden buscar y leer en Internet) titulado: ¿Qué pasa en las residencias de nuestros mayores? "De todo, según un informe encargado por esta revista ("que es mundial") y relativo a las residencias de ancianos, de los principales países de Europa. Leyendo el mismo y con un poco de imaginación, se puede "ver" lo que nos espera, en esta sociedad, tan degenerada y donde cada cual "va a lo suyo"; y a muchos les importa un rábano, su propia madre o el padre; llegado el desenlace terrible que aquí en España ha ocurrido, donde "ni les dejaron" que "los enterrasen o cremasen siendo testigos del entierro"; luego las salidas, en mayoría (seguro), han sido "lágrimas de cocodrilo, o incluso ir a un abogado, para reclamarles dinero por daños y perjuicios a quien sea, y encontrar en ello, "el consuelo", de cobrar una buena indemnización". Piense cada cual lo que quiera, pero "analice a fondo".

                                En gran medida, todo ocurre por cuanto "la familia y sus responsabilidades", ha desaparecido y cada individuo, sólo piensa en "sus derechos y goces" (nos lo confirman todos esos jóvenes que mucho antes de llegar a una verdadera formación adulta, ya se van a un piso o vivienda, para gozar de todas sus libertades con toda tranquilidad; en un mundo donde todos se consideran con muchos derechos y ninguna obligación; lo que me hace recordar, mi niñez y bastantes años después, donde "el viejo o la vieja", morían en el seno familiar, atendidos por hijos, nietos, hermanos, yernos y nueras, dentro de las muchas menos posibilidades económicas, que hoy sobran a la mayoría, de "cocodrilos y sus lágrimas".

                                EN ESPAÑA HA OCURRIDO ESTO: "El número de víctimas mortales que el coronavirus ha dejado en las residencias españolas -ya sean públicas, concertadas o privadas- supera las 30.000 personas casi un año después del estallido de la pandemia en España. En concreto, se sitúa en 30.981 personas con COVID-19 o síntomas similares, según los datos procedentes de las comunidades autónomas recopilados por RTVE.es. Ello significa que casi el 49 % de las muertes notificadas oficialmente por el Ministerio de Sanidad de personas con coronavirus se ha producido entre personas que vivían en estos centros. La mayoría de las defunciones se han producido en Cataluña, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha". Se siguen produciendo con frecuencia estos casos en las residencias de ancianos y las noticias lo confirman. https://www.rtve.es/noticias/20210210/radiografia-del-coronavirus-residencias-ancianos-espana/2011609.shtml  Dejo la dirección por si mis lectores quieren comprobar el dato, que ("ojo") viene de nada menos que fuente oficial, como es la radiotelevisión oficial; que como tal y visto lo que nos mienten, "los del gobierno", las cifras pueden haber sido manipuladas y la realidad ser mucho más cantidad de muertes.

                                Quizá por todo ello y con el miedo lógico, pues soy "de carne y hueso como los demás monos humanos", cuando rezo la única oración que me ha convencido (el padrenuestro de Cristo y su, "pedid que se os dará o buscad que encontraréis"); yo cierro mi oración que la adapto a mi "ser personal" y que, como creyente que soy, creo en esa Creación de la que formo parte… termino, digo, diciéndole a la misma… "Ayúdame a vivir con la suficiente autonomía y a morir lo más rápido", espero me escuche y atienda… Amén.

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) 

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