16.2.22

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                     La mujer según Hesíodo

 

                                Leyendo uno de los libros muy documentados y que nos habla de los mitos y leyendas; sonrío leyendo un texto, que nada menos, es de las fuentes en que se basa, nuestra cultura occidental (los griegos) y de ello, lo cuenta el que se considera como el primero de sus grandes poetas (1); veamos lo que dice ese mito o leyenda.

 

                                "Los dioses decidieron entonces hacer pagar a los hombres los fraudulentos privilegios adquiridos. Decidieron enviar a los humanos la peor de las plagas, la propia fuente de sus desgracias posteriores: ¡La mujer!

                                Así la historia de la primera mujer, a la que los griegos llaman Pandora, se encuentra estrechamente ligada a la historia de Prometeo. Esta curiosa leyenda no es recogida más que por Hesíodo. Se trata, sin duda, de una tradición local, muy modificada por Hesíodo, y en la que ha podido expresar su incorregible misoginia.

                                Así provista de triunfos divinos, Zeus envió a Pandora sobre la tierra a la mansión de Epimeteo. Prometeo había hecho jurar a su hermano que no aceptara ningún presente de Zeus –tenía buenas razones para desconfiar-, pero el otro, subyugado por la belleza y la gracia de Pandora, la recibió y la desposó con presteza. Pandora  se instaló, pues, en su casa y, como era curiosa y astuta, se empeñó en abrir la tapa de una jarra guardada en la casa. Prometeo había escondido todos los males en ella para mantenerlos apartados de los hombres. Los males escaparon, pues, por la abertura y se dispersaron sobre la tierra. Desde este día, por la falta de la mujer, los hombres sufren todas las desgracias.

                                Una variante más tardía de este mito pretende que la vasija fatal contenía no los males, sino los bienes. Estos se escaparon por la abertura y volvieron al cielo de donde procedían. Sólo la esperanza, que estaba al fondo, no tuvo tiempo de escapar. Esta es la razón por la que, a pesar de sus desgracias, los hombres continúan esperando que sus desgracias acabarán un día.

                                Sea lo que sea –se trate de males extendidos sobre la tierra o de bienes que se escaparon hacia el cielo-, la humanidad no ha conocido desde aquel día más que sufrimientos y calamidades. Y entre estas últimas, la más terrible sin ninguna duda que se le asemeje es… el trabajo. Es lo que Esíodo expresa en palabras claras. Antiguamente, escribe en "Los trabajos y los días", es decir antes de la llegada de Pandora, "la raza humana vivía sobre la tierra protegida de las penas; no conocía la fatiga ni las lamentables enfermedades que traen la muerte a los hombres. Pero que la mujer, levantando la gran tapadera, las dispersó a través del mundo…". (Del libro "En busca de los dioses", de Jacques Lacarrière).

                                Pero dejémonos de "cuentos, mitos y leyendas"; la realidad es que cómo se dice con el acertijo insoluble, de, ¿qué fue primero el huevo o la gallina? Lo mismo podemos aseverar del hombre y la mujer; cual fuera el primero de los dos, es también insoluble, a pesar de lo que nos dijeron de "Adán y Eva"; pero la realidad es que ambos se necesitan; aparte que sin "el aporte de ambos", no habría existido descendencia posible. Lo que es más cierto es, que "lo de iguales", indudablemente que no lo somos, sí que "semejantes", pero cada uno con diferentes obligaciones, como estamos hartos de ver, en el resto de mamíferos que pueblan este "misterioso" planeta; lo que en el "mono humano", no se llega a un entendimiento y de ahí, las peleas continuas y el "tú más que yo" o "yo más que tú"; y es que eso de la igualdad, es imposible, lo digan como lo digan y de la forma que quieran, "las hembristas".

                                Y venga a cuento lo del chiste del mejicano que entra borracho en una taberna, dando gritos y disparando igualmente sus dos pistolas; al grito de… ¡¡En Méjico todos somos machos. Viva Méjico!! Y al pasar por un rincón, donde un andaluz sin inmutarse bebía su tequila tranquilamente; este le agarra por un trozo saliente de su vestimenta, y al notar ello el mejicano vuelve al atrevido y con furia le die, ¡¡Qué quieres gringo!! Y a lo que el andaluz le responde tranquilamente; yo nada, pero oyendo lo que dices, yo no lo entiendo; pues "mano", en mi tierra la mitad, "semos" machos y la mitad hembras, y lo pasamos muy bien… ¿Cómo os apañáis vosotros?

            Veamos algo de la cultura hindú sobre la mujer: "Cuenta una leyenda indostánica, que cuando Dios decidió crear a la mujer tomó la redondez de la Luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del rayo del sol, las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento, la timidez de la tórtola, la vanidad del pavo real, la suavidad de la pluma del cisne, la dureza del diamante, la dulzura de la paloma, la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve. Tras mezclar esos ingredientes, Dios le dio la mujer al hombre.  Transcurrido algún tiempo el hombre le dijo a Dios: Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, se divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella.  Cuando pasó otra semana, el hombre le dijo a Dios: Señor, me encuentro muy solo, desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, me cuidaba y cocinaba para mí, era hermosa a la vista y suave al tacto, me dio hijos y yo era feliz a su lado. Devuélvemela porque no puedo vivir sin ella".

(1) Hesíodo fue un poeta de la Antigua Grecia. Su datación en torno al año 700 a. C. es discutida. Algunos autores lo han considerado también como el primer filósofo griego.

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)

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