19.4.22

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

Quizá la felicidad sea…

 

                                "El no desear nada que no depende de ti y pensar sólo en disfrutar, de lo más próximo que tienes a mano y depende sólo de ti". Y esto no supone el renunciar a nada que nos traiga o aporte el porvenir; ya que este siempre es un misterio que no se revela hasta que no surge como realidad palpable. Ya lo dijo el clásico español en su obra, "Los sueños, sueños son"; por tanto hay que no amargarse con ellos y menos con los que en realidad son imposibles.

                                Por otra parte, "la vida es como un cirio que lo encienden al nacer y que se va consumiendo, a un ritmo que no sabemos quién marca, y el que se puede apagar en cualquier momento; y con él se apaga la vida". Frase esta última, que me hace recordar la sentencia de Lutero, "aquel que trató de que el Cristianismo volviese a sus orígenes"; y el que afirmó; "somos los humanos, como marionetas, cuyos hilos mueve Dios". Y lo que si fuese así, nuestra vida, nuestro destino, nuestras victorias y fracasos, los marca "algo" que no podemos controlar, nosotros, como simples "títeres" de un teatro inmenso cuál es la sociedad humana.

                                Por todo ello, hay que saber emplear la indiferencia o mejor la aceptación, a lo que tenga que venir, puesto que como se dice en Italia, "lo que tenga que ser será"; y ello abarca no sólo a lo individual, sino a todo lo que ocurra en este perro mundo; cuyo mejor ejemplo es el pasaje bíblico de "Job" y su sumisión a todo lo que él entendió como "divino".

                                Y es que en la realidad, "la vida no nos pertenece en absoluto"; "algo nos la dá y ese algo nos la quita cuando lo estima y generalmente sin aviso alguno de ese postrer hecho"; que como misterioso que es, el punto exacto del inicio y de su término, ni lo saben los médicos, hasta que éste llega.

                                De ahí que los sabios que ha dado nuestra civilización occidental y entre ellos Epicteto; en sus máximas o consejos sentenciara… "No te preocupes del ayer, éste ya no volverá; no te preocupes del mañana… ¿sabes si lo vas a vivir? Preocúpate sólo del hoy o momento en que vives; no te preocupe o altere, lo que no depende de ti; preocúpate sólo de lo que de ti depende y lo que tengas que hacer, hazlo bien, de forma que cuando vayas a acostarte esta noche, tu alma no te remuerda la conciencia y duermas tranquilo; y al despertar mañana continua así, seguro que vivirás mucho mejor; por ello continua así mientras vivas". Cito de memoria, pero es lo que con quizá otras palabras, dijo este sabio estoico y alguno otro más.

                                De ahí el que hace mucho tiempo, yo dedujese que; "la felicidad no existe en este mundo, sí que un estado de conformismo y como mejor sucedáneo de esa quimera (cuyo estado nadie ha definido ni puede definir como tantas otras cosas que nos pasan en la vida) sea el estado máximo de bienestar a que podemos llegar.

                                Y a él se llega, no deseando cosas, sino muy al contrario, deseando cada vez menos de lo mucho que en realidad, sobra para vivir al inteligente, que si no ha llegado a la sabiduría de Epicteto, pero al menos, ya está cerca, en la puerta o el portal del templo de la sabiduría humana y en el grado que aquí se puede llegar.

                                ¡Lo otro, lo de después de la muerte! Eso ya es o debe ser relativo, puesto que si has llegado a aceptar tu vida tal y como la puedes vivir y disfrutar; no te importará nada en absoluto, lo que después de ella te venga, puesto que ello, supones o intuyes que también está escrito en "algún lugar"; y como antes afirmé, "lo que tenga que ser será"; ¿reencarnar o no reencarnar? ¿De verdad será agradable volver a esta vida tal y como llegamos a ella y de ella salimos; envueltos en sangre y dolores, con miedos desde que naces hasta que mueres y todo lo demás; que es la odisea particular de cada uno de los seres humanos y de todas las clases sociales que existieron y existen? Sí; hay que pensárselo pero con tranquilidad y valorando ya la realidad de lo que sabemos, pero que bien "administrado", nos ayuda a ser mucho más felices, que quienes, atormentados siempre por pasiones, envidias y deseos de "lo que no tienen"; ansían llegar a tener lo que en realidad, si lo logran, les traerá nuevos padecimientos más que goces… esa es la vida, o al menos la que yo he visto hasta el día de hoy.

            NOTAS: Epicteto nació en el año 55 en Hierápolis de Frigia (actualmente Pamukkale, en el sudoeste de Turquía), a unos 6 km al norte de Laodicea. En su infancia llegó a Roma como esclavo del liberto Epafrodito, que a su vez había servido como secretario del emperador Nerón;  a instancias de Epafrodito, estudió con el filósofo estoico Musonio Rufo. La fecha de la manumisión de Epicteto es incierta; se sabe que alrededor del año 93 fue exiliado, junto con los restantes filósofos residentes en Roma, por el emperador Domiciano. Se trasladó a Nicópolis, en el noroeste griego, donde abrió su propia escuela, adonde concurrieron numerosos patricios romanos. Entre ellos se contaba Flavio Arriano, que llegaría a ser un respetado historiador bajo Adriano y conservaría el texto de las enseñanzas de su maestro. La fama de Epicteto fue grande, mereciendo —según Orígenes— más respeto en vida del que había gozado Platón.

 

Antonio García Fuentes

                                                       (Escritor y filósofo)              

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