27.4.18

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Mis encuentros con el mar

 

                     Tendría yo sobre unos dieciséis años cuando por primera vez viera el mar; Mar Mediterráneo. Y lo vi desde lo alto de la cumbre, de lo que entonces era la famosa "Cuesta de la Reina"; el lugar es lo que se consideraba como "un límite de la comarca de los montes de Málaga" (1). Fuimos la familia con un taxi alquilado y a pasar dos días en la playa de Málaga; y realizada una parada en aquella altura, recibí una impresión y experiencia inolvidable, al ver, "tanta agua y tan azul en un brillante día de avanzada primavera en aquellas costas". Desde allí bajaba la infernal citada cuesta, la que con unas 120 curvas de serpenteante carretera asfaltada, terminaba a la entrada de "la Málaga de entonces", malísimamente comunicada por carretera en aquel tiempo, cual fue "la década de los cincuenta del siglo veinte", cuándo y por carretera, desde Jaén, eran necesarias cuatro horas o más, de malas carreteras cruzando por la ciudad de Granada. Desde el día que esto ocurriera, han transcurrido algo así como "trece lustros o sesenta y cinco años". Ir a la luego famosa Costa del Sol, era una aventura, muchas veces peligrosa y era igual, fueses a las costas de Almería, Granada, Málaga o Cádiz.

                                Luego los tiempos cambiaron y vinieron los de mucha abundancia de la segunda época de los gobiernos de Franco y donde se produjo un cambio que nadie esperaba, pero donde nació "la España rica", hoy desaparecida de nuevo, pero que dejó su inmensa "obra pública", que se puede sintetizar en el tiempo por carretera el que de las más de cuatro horas citadas arriba, hoy Jaén-Málaga se realizan en menos de dos horas y sin mucho peligro de que te estrelles o mueras en carretera por exceso de velocidad; también "hoy disfrutamos de muchísimos más ladrones y bandidos que entonces y pese a lo numerosa de la Guardia Civil y los juzgados oportunos; son otros tiempos, que tampoco esperábamos los españoles una vez desaparecido Franco".

                                Debido a todo ello, hace ya más de cincuenta años, que casi todos los meses, yo voy "a confesarme con el padre mar y lo hago en la pedanía de Torre del Mar", donde incluso y hace muchos años, le dediqué un largo poema, al "Mare Nostrum", que pueden leer en mi libro "Pensando en… Andalucía" (1986) y titulado; "A ti… uno de los pequeños"; ya que en mis encuentros con el mar, un día "recibí de este un gran susto que pudo costarme la vida". Desde entonces supe que con el mar no se puede jugar y menos ser imprudente… y sí, son muchas mis conversaciones con ese, "padre físico de la tierra madre a la que embaraza con sus lluvias y humedades, ya que sin ello, no habría la vida que hay en este desgraciado planeta".

                                Por lo que sea, siempre que me encontraba frente o al lado de ese mar, "mis pilas" se cargaban de energías y fuerzas desconocidas y allí tengo escrito mucho y mucho más pensado. Pero ello ha sido hasta septiembre del pasado año, fecha en que allí estuve por última vez; puesto que a  mi vuelta hace solo unos días, ya no he tenido "comunicación" con él; o lo he encontrado mucho más gris y plomizo que en general lo he encontrado siempre, con sus aguas agitadas en extremo, expulsados de sus dominios, tanto a bañistas como pescadores incluidos sus barcos de pesca y en fin, "ni nos hemos saludado y menos preguntado por el tiempo o los tiempos que corren"; quizá el "padre mar", también se ha contagiado de… "la mucha mala leche que inunda toda la tierra en todas las latitudes, los infinitos males que nos asolan, y en general las situaciones de malos o peores gobiernos que sufrimos toda la humanidad actual, donde si siempre fueron muchos sus parásitos, hoy son plagas que dudo se puedan curar en tiempos aceptables, la pudrición ya hiede y las curas que necesitan, son ya que ni las que se dicen "de caballo".

                                Así pues y aunque me llevé el ordenador, nada he escrito junto "al padre mar", cuando siempre me he traído "cosecha provechosa y algunas veces muy abundante"; y lo que hoy he escrito, lo hago cuatro días después de haberme "visto" con el viejo mar en las circunstancias que digo y que dejo reflejadas, para mis propios recuerdos, puesto que como he dicho más de una vez…  "yo no puedo escribir cuando quiero, sino muy al contrario… cuando me dejan"… ¿Quién? "El padre mar… o su padre", puesto que yo no lo sé. Puede ser que yo ya estoy siendo muy viejo y bastante enfermo y por ello… "mis tiempos se van acabando".

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(1)

Los Montes de Málaga son una cadena montañosa situada a unos cinco kilómetros al norte de la ciudad de MálagaEspaña.

Es una cadena de colinas bajas y altas que discurre paralela a la costa mediterránea, extendiéndose a partir de 80 msnm. hasta el pico de la Cresta de la Reina que tiene una altitud de 1.032 metros. Además del Mediterráneo, por el sur colinda con la Hoya de Málaga. Al oeste bordea el Valle del Guadalhorce y por el este, la Axarquía. En el norte, el Corredor de Periana los separa de la Cordillera Antequerana.

Entre los Montes de Málaga fluye el río Guadalmedina, el cual a lo largo de los siglos, se solía desbordar. Existen cinco cuencas bien definidas de arroyos afluentes del Guadalmedina: el arroyo de las Vacas, el arroyo Chaperas, el Humaina, el Hondo y el de Los Frailes. Estos se encuentran secos la mayor parte del año.

El Parque natural Montes de Málaga fue declarado como tal por Ley del Parlamento Andaluz en julio de 1989. Con una superficie próxima a las 5.000 hectáreas, el Parque se extiende básicamente dentro del término municipal de Málaga y en parte del de Casabermeja y Colmenar. El acceso se realiza a través de la carretera A-7000 también llamada de los Montes.

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

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