24.4.20

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

"La carne de niño, la de mayor y la de los viejos"

 

                        He sido un privilegiado… o "un castigado en demasía"; por haber nacido en donde y como fue mi nacimiento; en el devenir de mi vida desde muy niño, en que la Naturaleza o Dios, me dotó con "los sentidos" que dota "a todo mono humano"; pero en los que en mí, se desarrollaron demasiado pronto; y desde aquella tristísima y obscura niñez, empecé a vivir en una terrible soledad, pero la que por otra parte, agudizó toda mi inteligencia; y sin rendirme nunca, empecé a caminar; y afortunadamente hoy casi ochenta y dos años después, "sigo caminando, rebelde como siempre" y enfrentándome sin miedo (he superado muchísimos miedos a lo largo del tiempo) al presente y al futuro, asumiendo el pasado, en toda su amplitud, puesto que "es mi pasado" y como mi propio, ser me pertenece; no deseándolo para nadie, pero para mí, "ha sido el mejor bien de este mundo y a través del cual he llegado a ser (quizá) "menos mono" que lo que siempre he visto a mi alrededor; puesto que nunca entendí y sigo sin entender, la sociedad del mono humano en todas sus manifestaciones; considerándome uno más, pero como todos, "con huellas dactilares y jeta diferente, puesto que pese a los idiotas políticos que preconizan una igualdad, lo que está muy claro, es que somos diferentes y no hay "dos monos iguales", como tampoco, "dos hojas iguales en cualquier árbol o mata vegetal, de la clase que sean".

                                   Escribo hoy así (quizá) por cuanto los políticos que nos manejan aquí en España, han acordado, "por mayoría parlamentaria" (eso sí) que a partir del domingo veintiséis de abril, dejarán "salir de las cárceles domiciliarias", para que puedan pasear "por una hora de tiempo" (no sé cómo van a controlar ello) a los menores de edad, que vayan acompañados de su padre o madre ("o sustituto") para que puedan pasear por las áreas urbanas, donde pisen sólo asfalto o cemento, puesto que los parques y jardines públicos, siguen cerrados, como lo están desde el pasado quince de marzo; lo que ya consideran, como un don cuasi divino, puesto que se consideran "dioses".

                                   Estos "dioses monos"; sin embargo, no dejan salir al resto de mayores, a los que sin decir fecha, les consuelan, con que los dejarán salir dentro de ni se sabe cuántas semanas, o meses; y que a nosotros los viejos… "nos dejarán salir los últimos, por cuanto los imbéciles (dicen), que con ello cuidarán o salvarán nuestras vidas, del maldito virus chino, que en realidad y por cuanto está ocurriendo, va totalmente descontrolado y entrando en las víctimas que quiere, puesto que a mi entender, no es la medicina actual la que lo limita, sino simplemente las defensas naturales de cada cual; y que son la mejor farmacia con que contamos, "los monos humanos"; o sea, que los viejos, que, "ya pasamos más que las de Caín y que debemos tener virus y microbios que ni saben y sabemos y que por tanto, estamos mejor preparados para estas invasiones víricas; globalmente, nos condenan, "compasivamente a que sigamos encarcelados sin que se les caiga la cara de vergüenza por todo ello"; puesto que se basan (dicen), en que somos los más proclives a morir, sin sopesar que los  mayor muertos hasta hoy, son, "los viejos que ingresados en centros que vete a saber cómo se encontraban", ha sido allí donde murieron, pero "no los muchos millones que en su propia casa, vivían o vivimos cada cual como creemos conveniente". Y por lo que se ha publicado, "muchos murieron por que había que atender antes a los jóvenes".

                                   Yo lo que puedo decir, es que ni me he puesto "bozal", ni me he examinado médicamente, ni me he privado de lo que normalmente hago, que "siempre lo hice bastante ordenadamente"; y que como viudo, tengo que ir a surtirme de lo que necesito, en los comercios en que me han dejado libres, paseando a mi mejor amigo, o sea mi perro; por el tiempo limitado que también me han marcado, etc. etc.; yo no he sentido hasta hoy, ninguna molestia de invasión alguna, y duermo y vivo con la misma comodidad o situación, que antes que apareciera el maldito virus chino.

                                   Una sociedad, un pueblo, una tribu, un grupo, una simple familia, que no sabe valorar y cuidar como indudablemente merecen, los viejos que les viven a su lado, o entorno; no merecen otra cosa que el desprecio más profundo y el vaticinio de que esos ingratos, pagarán con creces tales abandonos, que hasta muchos animales, no lo hacen, incluso jugándose su propia vida para defender, a los débiles de su grupo. Por tanto estas sociedades de hoy, que se nos dice, son adelantadas, progresistas y avanzadas en extremo; yo digo (y sálvese el que pueda) que son las más degeneradas que ha "parido" la civilización de "monos humanos"; que con ello, llega a su máxima degeneración; y que reitero, va a pagar con creces, sus excesivos egoísmos y su impiedad, que ni las fieras más feroces practican, con sus propias familias. Es triste el presente, pero auguro que el futuro va a ser muchísimo peor para aquellos que lo van a vivir… "los viejos y afortunadamente, ya habremos muerto todos; y sólo va a quedar el recuerdo, de aquellos que de verdad, sepan valorarnos".

            La sociedad y mucho más aún los terribles gobiernos que padecemos, ni se les ocurre pensar y valorar, que todo lo que ellos manejan, disfrutan, derrochan y mal emplean; en general, nos lo deben, a los viejos y viejas, que de verdad trabajamos, ahorramos, nos sacrificamos y cuidamos de esos que ahora nos desprecian y nos infravaloran o no dan valor a lo que indudablemente nos deben; y no tengo inconveniente en meterme en ese grupo selecto, puesto que partiendo de cero y con todos los vientos sociales y económicos en contra; moriré feliz por cuanto dejo tras de mí y que espero que otros (en especial los míos y mi entorno) al menos lo reconozcan; y si es verdad que hay otra vida y desde allí me dejan asomarme a lo que atrás dejo; seguro que me voy a reír muchísimo; indudablemente sintiendo compasión por aquellos que de verdad lo merezcan… Amén.

 

Antonio García Fuentes

                                                       (Escritor y filósofo)                   

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