30.11.05

EL PUEBLO ESPAÑOL TRAS LA MUERTE DE FRANCO

En los días anteriores y posteriores, al 30 aniversario de la muerte de Franco y de la proclamación del rey Juan Carlos I; ha habido multitud de comentarios y propagandas a favor y no tan a favor, puesto que hubo discrepantes, que es claro que no trascendieron, puesto que “lo cuerdo” y lo interesante para todos, era resaltar todo lo bueno y positivo que hubo tras ello y obviar o silenciar, las cosas que no evolucionaron como esperábamos algunos ilusos; pero lo incomprensible es que apenas si se habló del pueblo español, o al menos no se habló del protagonismo esencial que tuvo y su postura hacia el incierto futuro que se nos presentaba a los que vivíamos entonces; puesto que hay que no olvidar desde “la voladura del coche de Carrero Blanco, hasta la del monumento al Ejército en un cerro de Valdepeñas; pasando por todos cuantos atentados sangrientos hubo y que están en la hemerotecas” “supongo que todos”, para la consulta de curiosos; puesto que Franco, al mantener el poder hasta la muerte, dejó al pueblo español en una orfandad, de la que aún, pienso, no se ha recuperado” “la orfandad política”, puesto que al sólo haber un partido y todos los demás proscritos, nos dejó en ese estado amorfo y del que surgieron como gran confusión, creo recordar que, hasta casi trescientos partidos políticos” milagrosamente pasaron aquellas terribles tormentas y empezamos a caminar” ¿pero cómo?.
Se consiguió en plebiscito el cambio de régimen tras la renuncia de los parlamentarios de Franco y luego en aquel junio histórico, se consiguió en aquellas primeras elecciones generales, el elegir a un partido y a un dirigente” aquel que hizo famoso el eslogan de “puedo prometer y prometo” (Adolfo Suárez)” pero lo que no se dijo, fue algo importantísimo, o sea, que en aquellas primera elecciones, el pueblo instintivamente, rechazó a las denominadas izquierdas y a las derechas” inconsciente o conscientemente, repudió a ambas opciones y optó por las promesas de aquella “Unión de Centro Democrático”, que pronto terminó como “unión de centro descompuesto” y del que salió, huyendo aquel líder, que nos ilusionó, pero el que no pudo controlar las eternas luchas intestinas e hispanas, por el poder; lo que dio lugar al “golpe de Tejero, cuyos responsables están perdidos en los secretos que nunca conoceremos”. Lamentablemente no se quiso entender a ese pueblo, que sin saber lo que era democracia, parlamento, representantes del pueblo; puesto que “estuvieron casi cuarenta años tutelados y dirigidos sólo por unos”” que al final; y menos mal, dejaron la casa bien amueblada y las arcas llenas de dinero contante y sonante, que es lo que permitió ese denominado milagro de la transición, aún no consolidada por cuanto ocurre hoy treinta años después”; donde los insensatos, quieren recrudecer, lo que la sabiduría de aquel pueblo, demostró querer “enterrar”, en sólo seis meses en que le dejaron opinar, dos veces.
Y opinó de la siguiente forma y manera, aunque no con una voz que se entendiera, pero dijo” “no más izquierdas, no más derechas, bastante sangre sudor y lágrimas nos han costado ya” váyanse ambas a hacer puñetas”; y veamos que nos trae este hombre especial (que lo fue) y el que enfrentándose a innumerables tormentas e incluso “galernas”, supo crear una ilusión a un pueblo, analfabeto en política y que confiamos en él; no ciegamente, sino por cuanto, supo enfrentarse hasta con su propio origen y pasado y romper moldes, para dar paso a una España nueva o nación más consolidada y que enterrase los fantasmas del pasado; que reitero, supo enterrarlos el pueblo con aquellas dos históricas votaciones generales; consolidándolo todo después con las de aceptación del rey y la Constitución; que hoy muchos insensatos se quieren “cargar”.
Entonces, pregunto y me pregunto” ¿Por qué se ha llegado a este estado de violencia y descomposición, que puede llevarnos a otros enfrentamientos repudiados por aquel pueblo viviente y que en gran medida, había sufrido estoicamente todo lo que en realidad fue debido, a cantidades innumerables de sucesivos y malos gobernantes, que lo llevaron al terrible hecho de aquella maldita guerra, que ganó Franco a sangre y fuego? ¿Qué piensa hacer desde el rey al último de los políticos, que se supone, tienen el poder “y las llaves” para cortar tanto desacierto como se ha acumulado al día de hoy?.
El pueblo español, el sufrido y siempre engañado pueblo español, que es el artífice (no se olvide esto nunca) de la prosperidad que dejó Franco y de la que podamos disfrutar hoy” espera, y lo hace dócilmente, pues no queremos más enfrentamientos absurdos; esperamos lo sepan, comprendan y eviten, los políticos actuales y el rey “a la cabeza, como le corresponde”” sencillamente, es su ineludible obligación.

(Escritor y Filósofo)
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