En el mundo actual, se imprime mucho papel... montañas de papel que incluso hacen peligrar algunos bosques del planeta (según afirman los ecologistas)... igualmente se inserta mucho en el moderno Internet... y todo ello acompañado por un sin fin de medios hablados o gravados, que todos conocemos... pero: ¿Dónde se encuentran los verdaderos libros, los verdaderos escritos, las verdaderas charlas que nos enseñen a verdaderamente progresar, cultivando el intelecto?... de éstos que yo digo, hay muchos menos... apenas si encuentras libros dignos de ser leídos, puesto que debido a la ya absurda sociedad de consumo, hasta los libros han sido colocados como cualquier detergente u otro cualquier artículo de uso diario; y es claro; arropados por propagandas que lavan el cerebro a cualquiera; se venden inmensas cantidades de libros que en realidad... ¿Qué contienen?. Escasean igualmente las críticas a los libros y los verdaderos críticos de los mismos, pues todo está controlado por esa fuerza conocida y desconocida al propio tiempo... que es la que mediante el dinero y el poder, decide lo que puede ser impreso, lo que puede ser leído, o mejor dicho... lo que conviene lanzar a las masas, puesto que todo va hacia ese curioso y aberrante destino... masificar, envolver a las masas en lo que interesa en cada momento, al poder establecido. Indudablemente que habrá buenos libros, buenos pensadores... pero en mayoría no encuentran ni la editorial ni la distribuidora y menos la propaganda que necesitarían para ser expuestos en verdaderas librerías... hoy convertidas la mayoría en simples papelerías y... juguetes y objetos de escritorio; y poco más. En realidad es que igualmente, escasean los verdaderos maestros, que enseñen a sus discípulos a leer, entender lo leído y luego a pensar y deducir por ellos mismos. A la vista están las estadísticas de la enseñanza en Europa recientemente publicadas y en las que los tres países de Cola son España, Portugal y Malta... pero tampoco los otros y en esta materia, andan en situación medianamente óptima... que digamos. Y en España vemos a los niños ir cargados de libros a la escuela con enormes mochilas a la espalda o llevados en carritos de ruedas... ¿Para qué les servirán?, lógicamente nos preguntamos.
Yo, que no he ido a la escuela oficial, he tenido en mi infancia varios y buenos maestros, de aquellos que enseñaban a leer y escribir y luego a pensar y deducir, con pocos con muy pocos libros... y curiosamente la mayoría de aquellos, pocos de los que recibí las primeras enseñanzas; no eran ni titulados como maestros; pero lo fueron, indudablemente que sí... destacaré uno sólo, aquel magnífico bibliotecario en una biblioteca de provincias... D. Esteban Espinilla... el que viendo mis ansias de leer y saber... supo encauzar a aquel analfabeto de casi once años... a comprender las palabras primero y luego supo irle facilitando lecturas apropiadas, para que no se le indigestaran... y me enseñó el camino de la lectura y la comprensión de lo que leía... lo he nombrado siempre que ha surgido la ocasión y tal como hago hoy... puesto que sus enseñanzas no pueden ser pagadas de otra forma... lamentablemente cuando supe esa realidad, él ya había muerto... me consolé, transmitiéndoselo a varios de sus hijos; tuvo prolífica y buena descendencia y que a su vez se ha multiplicado en verdaderas familias útiles a la sociedad... sí, fue un buen maestro en muchas otras cosas vitales... Dios, se lo habrá compensado y ello me consuela, como creyente que soy.
Pidiendo disculpas por tan largo preámbulo, entro en el motivo de mi artículo de hoy, que dedico a dos libros... mejor dicho a dos magníficos libros, que indudablemente recomiendo y que considero, son, de los que hay que tener siempre a mano y sobre todo al lado de la cama... por aquello de algunas largas noches y el insomnio... pueden ser los dos, como una suave medicina que te hace encontrar el reposo, en el sueño reparador. Uno es un extracto de la grandiosa obra de tres sabios antiguos, que vivieron en el esplendor del Imperio Romano; Séneca, Epicteto y Marco Aurelio (ver sus dispares biografías, pues van de esclavo, a riquísimo senador y culminando en emperador): el título es Los estoicos y está editado en Madrid en 1997: traducido o recopilado por José Ramón Naranjo; y el otro, es obra de una mujer; una brillante mujer actual y actualizada en la vida, lo que se desprende de ese libro, cuyo título es: El valor de los valores, editado también en Madrid en 1998 (7 ediciones) y su autora es Covadonga OShea... y no, no son libros de alto precio ni de gran tocho de papel; son libros de los que yo denomino... de todos los tiempos; y para aquellos hombres y mujeres que de verdad, de verdad; quieran aprender del gran legado que otros nos dejaron y a los que sinceramente debemos agradecimiento eterno.
Por ello y ahora que estamos en época de grandes regalos y derroches mil... No olvide regalar y regalarse, buenos libros...¡¡ FELIZ NAVIDAD!!
Yo, que no he ido a la escuela oficial, he tenido en mi infancia varios y buenos maestros, de aquellos que enseñaban a leer y escribir y luego a pensar y deducir, con pocos con muy pocos libros... y curiosamente la mayoría de aquellos, pocos de los que recibí las primeras enseñanzas; no eran ni titulados como maestros; pero lo fueron, indudablemente que sí... destacaré uno sólo, aquel magnífico bibliotecario en una biblioteca de provincias... D. Esteban Espinilla... el que viendo mis ansias de leer y saber... supo encauzar a aquel analfabeto de casi once años... a comprender las palabras primero y luego supo irle facilitando lecturas apropiadas, para que no se le indigestaran... y me enseñó el camino de la lectura y la comprensión de lo que leía... lo he nombrado siempre que ha surgido la ocasión y tal como hago hoy... puesto que sus enseñanzas no pueden ser pagadas de otra forma... lamentablemente cuando supe esa realidad, él ya había muerto... me consolé, transmitiéndoselo a varios de sus hijos; tuvo prolífica y buena descendencia y que a su vez se ha multiplicado en verdaderas familias útiles a la sociedad... sí, fue un buen maestro en muchas otras cosas vitales... Dios, se lo habrá compensado y ello me consuela, como creyente que soy.
Pidiendo disculpas por tan largo preámbulo, entro en el motivo de mi artículo de hoy, que dedico a dos libros... mejor dicho a dos magníficos libros, que indudablemente recomiendo y que considero, son, de los que hay que tener siempre a mano y sobre todo al lado de la cama... por aquello de algunas largas noches y el insomnio... pueden ser los dos, como una suave medicina que te hace encontrar el reposo, en el sueño reparador. Uno es un extracto de la grandiosa obra de tres sabios antiguos, que vivieron en el esplendor del Imperio Romano; Séneca, Epicteto y Marco Aurelio (ver sus dispares biografías, pues van de esclavo, a riquísimo senador y culminando en emperador): el título es Los estoicos y está editado en Madrid en 1997: traducido o recopilado por José Ramón Naranjo; y el otro, es obra de una mujer; una brillante mujer actual y actualizada en la vida, lo que se desprende de ese libro, cuyo título es: El valor de los valores, editado también en Madrid en 1998 (7 ediciones) y su autora es Covadonga OShea... y no, no son libros de alto precio ni de gran tocho de papel; son libros de los que yo denomino... de todos los tiempos; y para aquellos hombres y mujeres que de verdad, de verdad; quieran aprender del gran legado que otros nos dejaron y a los que sinceramente debemos agradecimiento eterno.
Por ello y ahora que estamos en época de grandes regalos y derroches mil... No olvide regalar y regalarse, buenos libros...¡¡ FELIZ NAVIDAD!!