La denominada Fundación Santa María, se supone es una entidad de cierto prestigio y quizá por ello se hace eco un periódico nacional[i]; y si bien ya dejara escrito, Mark Twain, que… “Hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas”. Y las encuestas, aparte del ejemplo "del pollo" (uno se lo come y la encuesta dará que se han comido medio cada uno)... son mentiras disfrazadas y tendentes a desorientar al personal; pero aún así hay que buscar “algo en ellas” y que siempre se encuentra, si las dan con cierto detalle. A la que me refiero, contiene “cosas” para analizarlas cada cual con su propia inteligencia y ver de sacar algo útil.
“Es un estudio sociológico desarrollado por una institución de máxima solvencia y producto de un amplio trabajo de campo (se nos asegura y afirma). La política y las instituciones obtienen índices muy bajos de valoración. Sería exagerado afirmar que se trata de una generación apolítica, pero las cifras reflejan una preocupante tendencia hacia la pasividad o la indiferencia”. (Sin embargo y según el estudio, los que opinan, se manifiestan más inclinados “a las izquierdas que a las derechas”, si bien la mayoría se deciden por “el centro”). Yo me pregunto… con el tipo de demagogia que hay y la manipulación constante que sufrimos… ¿Los jóvenes saben lo que es “ser de izquierdas, derechas o centro”?... yo lo dudo, pues visto “la inmensa sopa política en la que aparte de lo espesa y turbia todos los garbanzos parecen iguales”… y que incluso a los ya baqueteados por la vida, ni sabemos apenas nada de nada… “salvo que todos luchan por derribar al oponente y lo suficiente para que uno diga blanco, para que el otro le oponga negro… salvo a la hora de repartirse sueldos y prebendas, que sin discusión alguna todos se apuntan al chollo y cuanto más grande mejor y más silencio común”… ¿Cómo es posible que esos jóvenes tengan suficiente claridad “política” para saber lo que conviene a ellos y a la sociedad en que viven… que por otra parte los tiene apartados de cualquier acción que no sea la ya impuesta o establecida como “conveniente para todos”… y que solo los requieren para que los voten… dejándolos abandonados o almacenados en universidades y con un futuro del que dudan al máximo?. Hay que sonreír, pues, sobre esta afirmación que para mi no tiene base alguna. Pero continuemos con otras afirmaciones.
“Llama la atención negativamente el localismo creciente de nuestros jóvenes, que se identifican cada vez más con su pueblo, ciudad o región y cada vez menos con España en su conjunto”. Esto para mi está claro, muy claro, puesto que desde que han empezado a hablar y luego han ido a la escuela… se les viene ocultando miserablemente que pertenecen a una Nación (la primera en constituirse como tal, de las de toda Europa) cuyo nombre es España. Y aparte de ello y mediante unas enseñanzas sesgadas o deformantes, se les ha inculcado que como máximo, su región (“el veneno separatista”) es lo más importante del mundo (que aún cuando egoístamente no sólo la región, sino la propia casa de uno, es “la verdadera patria… pero el sentimiento nacional, de ser perteneciente a una nación y un idioma principal, de los hablados hoy en el mundo, son su verdadera patria y “la que los socorrerá” en caso de necesidad vital… “aunque sólo sea con comida y cama en un hospital”, que como mínimo, hasta los inmigrantes disfrutan en España.
Continuemos: “Los jóvenes creen, por encima de todo, en la familia, no sólo con un sentido egoísta y utilitario, sino como fuente sólida de efectividad y muy por encima de la ambición de ganar dinero y aunque la política les atrae muy poco, aflora un valioso espíritu cívico que lleva a rechazar sin paliativos los sobornos, los destrozos en la calle y, por supuesto, el terrorismo. Por fortuna, es notable el rechazo hacia las drogas (un 80 % estima que no son necesarias para divertirse). La primera parte es positiva por demás, la segunda sobre las drogas, cuesta creer que sólo un veinte por ciento “las frecuenten”, puesto que se consumen “barcos de drogas y ríos de alcohol” y da la sensación que la realidad, pudiera ser al contrario, o sea no un 20/80 sino un 80/20.
Prosigamos: “Aumenta el número de los que se alejan de la Iglesia (“suponemos que de todas las iglesias o religiones, no de una en concreto”) afirman creer en Dios y alrededor de un cincuenta por ciento asegura ser católico, con un grado mayor o menor de implantación. A primera vista parece claro que cualquier percepción de exigencia moral o social resulta incómoda para una generación acostumbrada a pautas de bienestar personal y familiar”. Para mí eso del bienestar, está claro, “no han dado golpe en su vida” y los padres los han criado entre algodones, por ello se quieren eternizar en casa y son incapaces de correr la aventura; que en otras épocas, tuvimos que correr los jóvenes, para buscarnos la vida y formar dignamente una familia.
Finalmente se afirma: “Los jóvenes no son felices, baja autoestima y mala opinión de si mismos, egoístas, consumistas, poco sacrificados, etc”.
Para qué seguir, el interesado que busque el texto completo y “se empape”; para mí, es un signo preocupante de una sociedad en continua decadencia y que falta… “del aire y viento purificador y que la Naturaleza emplea hasta para redondear las aristas de las montañas”… se consume en sus miedos y de los que la mayoría no saben salir, pero que no nos quepa la menor duda… “que esa Naturaleza o vida… les pasará factura”. Por tanto tienen que vencer sus miedos (que todos tuvimos) y… “salir del cascarón en que viven… o mejor dicho… vegetan”.
Mientras, nuestros “cortos políticos en el poder”… aprueban una ley de enseñanza el 06-04-2006 que lleva “todos los requisitos parlamentarios” (pues no faltaba más) pero que no va a servir para nada, puesto que es la cuarta o quinta ley de “desenseñanza” que se aprueba en el “nuevo régimen”; y lo ha sido… “por bemoles” y sin escuchar y atender a tanto y tanto ser humano, como ha venido criticando y opinando por una regeneración o educación integral, que forme bien a las nuevas generaciones… “incluidos a los profesores (que no maestros) que haya disponibles y que puedan ser reciclables”.
“Es un estudio sociológico desarrollado por una institución de máxima solvencia y producto de un amplio trabajo de campo (se nos asegura y afirma). La política y las instituciones obtienen índices muy bajos de valoración. Sería exagerado afirmar que se trata de una generación apolítica, pero las cifras reflejan una preocupante tendencia hacia la pasividad o la indiferencia”. (Sin embargo y según el estudio, los que opinan, se manifiestan más inclinados “a las izquierdas que a las derechas”, si bien la mayoría se deciden por “el centro”). Yo me pregunto… con el tipo de demagogia que hay y la manipulación constante que sufrimos… ¿Los jóvenes saben lo que es “ser de izquierdas, derechas o centro”?... yo lo dudo, pues visto “la inmensa sopa política en la que aparte de lo espesa y turbia todos los garbanzos parecen iguales”… y que incluso a los ya baqueteados por la vida, ni sabemos apenas nada de nada… “salvo que todos luchan por derribar al oponente y lo suficiente para que uno diga blanco, para que el otro le oponga negro… salvo a la hora de repartirse sueldos y prebendas, que sin discusión alguna todos se apuntan al chollo y cuanto más grande mejor y más silencio común”… ¿Cómo es posible que esos jóvenes tengan suficiente claridad “política” para saber lo que conviene a ellos y a la sociedad en que viven… que por otra parte los tiene apartados de cualquier acción que no sea la ya impuesta o establecida como “conveniente para todos”… y que solo los requieren para que los voten… dejándolos abandonados o almacenados en universidades y con un futuro del que dudan al máximo?. Hay que sonreír, pues, sobre esta afirmación que para mi no tiene base alguna. Pero continuemos con otras afirmaciones.
“Llama la atención negativamente el localismo creciente de nuestros jóvenes, que se identifican cada vez más con su pueblo, ciudad o región y cada vez menos con España en su conjunto”. Esto para mi está claro, muy claro, puesto que desde que han empezado a hablar y luego han ido a la escuela… se les viene ocultando miserablemente que pertenecen a una Nación (la primera en constituirse como tal, de las de toda Europa) cuyo nombre es España. Y aparte de ello y mediante unas enseñanzas sesgadas o deformantes, se les ha inculcado que como máximo, su región (“el veneno separatista”) es lo más importante del mundo (que aún cuando egoístamente no sólo la región, sino la propia casa de uno, es “la verdadera patria… pero el sentimiento nacional, de ser perteneciente a una nación y un idioma principal, de los hablados hoy en el mundo, son su verdadera patria y “la que los socorrerá” en caso de necesidad vital… “aunque sólo sea con comida y cama en un hospital”, que como mínimo, hasta los inmigrantes disfrutan en España.
Continuemos: “Los jóvenes creen, por encima de todo, en la familia, no sólo con un sentido egoísta y utilitario, sino como fuente sólida de efectividad y muy por encima de la ambición de ganar dinero y aunque la política les atrae muy poco, aflora un valioso espíritu cívico que lleva a rechazar sin paliativos los sobornos, los destrozos en la calle y, por supuesto, el terrorismo. Por fortuna, es notable el rechazo hacia las drogas (un 80 % estima que no son necesarias para divertirse). La primera parte es positiva por demás, la segunda sobre las drogas, cuesta creer que sólo un veinte por ciento “las frecuenten”, puesto que se consumen “barcos de drogas y ríos de alcohol” y da la sensación que la realidad, pudiera ser al contrario, o sea no un 20/80 sino un 80/20.
Prosigamos: “Aumenta el número de los que se alejan de la Iglesia (“suponemos que de todas las iglesias o religiones, no de una en concreto”) afirman creer en Dios y alrededor de un cincuenta por ciento asegura ser católico, con un grado mayor o menor de implantación. A primera vista parece claro que cualquier percepción de exigencia moral o social resulta incómoda para una generación acostumbrada a pautas de bienestar personal y familiar”. Para mí eso del bienestar, está claro, “no han dado golpe en su vida” y los padres los han criado entre algodones, por ello se quieren eternizar en casa y son incapaces de correr la aventura; que en otras épocas, tuvimos que correr los jóvenes, para buscarnos la vida y formar dignamente una familia.
Finalmente se afirma: “Los jóvenes no son felices, baja autoestima y mala opinión de si mismos, egoístas, consumistas, poco sacrificados, etc”.
Para qué seguir, el interesado que busque el texto completo y “se empape”; para mí, es un signo preocupante de una sociedad en continua decadencia y que falta… “del aire y viento purificador y que la Naturaleza emplea hasta para redondear las aristas de las montañas”… se consume en sus miedos y de los que la mayoría no saben salir, pero que no nos quepa la menor duda… “que esa Naturaleza o vida… les pasará factura”. Por tanto tienen que vencer sus miedos (que todos tuvimos) y… “salir del cascarón en que viven… o mejor dicho… vegetan”.
Mientras, nuestros “cortos políticos en el poder”… aprueban una ley de enseñanza el 06-04-2006 que lleva “todos los requisitos parlamentarios” (pues no faltaba más) pero que no va a servir para nada, puesto que es la cuarta o quinta ley de “desenseñanza” que se aprueba en el “nuevo régimen”; y lo ha sido… “por bemoles” y sin escuchar y atender a tanto y tanto ser humano, como ha venido criticando y opinando por una regeneración o educación integral, que forme bien a las nuevas generaciones… “incluidos a los profesores (que no maestros) que haya disponibles y que puedan ser reciclables”.
[i] Editorial en ABC del 06-04-2006.
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