5.1.07

EN LAS ÚLTIMAS HORAS DEL AÑO 2006 (“Un poco de oxígeno para el 2007”)


Son las dieciocho horas treinta minutos del día treinta de diciembre: abro la pantalla y el correo electrónico… me llegan comunicados, felicitaciones y en fin todo “eso” que en estas fechas prodigan muchos… yo no, yo respondo simplemente.

Bueno... pues gracias... igualmente a mis amigos y enemigos... estamos en tiempos de paz... "vaya mentira tan repetida"... pero "prosigüamos con las etiquetas"... aunque la vida me ha enseñado entre tantas cosas... que... "la paz y la felicidad se las gana uno como tantas otras cosas"... que la felicidad no existe, si acaso el conformismo inteligente sí... que la felicidad si es que llega, es como un espejismo o flash fotográfico, que "se enciende y se apaga"... etc. etc. etc. Pero dicho ello... "comamos y bebamos que mañana moriremos"; y si os coge un momento de felicidad... "agarrarlo fuerte y disfrutarlo... que se va".

Mientras… ejercitemos el caletre en "estas pequeñas guerras intelectuales, que al menos fortalecen el ser y saber"... aunque uno tampoco sepa para qué sirve todo ello.

Si quiero decir que hoy al medio día, he comido con "vino de cueva... o dicho más fino... de cava"... solos mi mujer y yo; y lo hemos pasado divinamente... testigo de ello, mi mejor amigo... mi perro "Aníbal"... un precioso e inteligente Yorkshire... que me ha acompañado toda la mañana, mientras preparaba un pequeño terrenito y he sembrado zanahorias para la primavera y el verano... también he sacado de la tierra... un diminuto pino, dos arbustos, un diminuto olmo... ayer cuatro palmeras... en fin; "chuminadas de filósofo", que cuando ve nacer espontáneamente en su terreno, un arbolito... lo saca con cuidado, lo mete en un tiesto, lo cuida y luego lo regala a cualquier vecino, para que lo meta en la tierra y crezca y llegue a viejo (en mi terreno ya no caben más árboles)... en fin... ya digo... chuminadas que me hacen feliz (o conforme)... mi perro me mira, se apega a mí, lo acaricio; me ladra... no lo entiendo, supongo que él a mí tampoco... sencillo... ni el habla ni yo ladro... pero bueno, a pesar de todo nos queremos "a rabiar"... ahora está aquí está a mi lado, calentándose en la estufa, a mis pies y mientras escribo, lo miro... levanta su diminuta cabeza... "no dice nada"... pero el brillo de sus ojos me dice que... "amo vaya unas chuminadas que estás escribiendo, no las vas a entender ni tú"... sonrío, dejo el teclado, le rasco tras la orejas que le encanta... luego le doy un pequeño masaje en un hueco óseo que tiene entre la nariz y los ojos... lo dejo, me mira... el brillo de su mirada ha cambiado, vuelve la cabeza mira el rojo de la barra de cuarzo de la estufa... lo veo y observo que suspira feliz... y es claro esa felicidad me llega al alma... vuelvo al teclado, pienso en los cientos o miles que leen mis artículos... que me responden amigablemente... o incluso algunos, sueltan coces como algunas pobres bestias... sigo sonriendo y me siento feliz, ahora muy feliz... quedan horas para el 2007, que será un tiempo igual o parecido al que se acaba... aunque esta mañana y antes de lo de las zanahorias y en mi paseo matutino; he ido a llevar las sobras de pan a mis amigos los gorriones de La Alameda y depositado el mismo en un lugar determinado: vienen a comerlo hambrientos... el invierno es duro para ellos; lucía un sol de Andalucía, o sea pleno... donde me encuentro es un mirador que da al campo hípico... algunos caballos veo... y en la lejanía las sierras hoy nevadas, de Valedepeñas, Puerto Alto, Jabalcuz, Sierra Mágina... cerca los cerros más cercanos y que no enumero; son bellísimos... todos con un manto inmenso de olivos centenarios... que se pierden como inmenso mar, en la lejanía… observo en los árboles más cercanos; que apuntan una floración que debiera producirse dentro de dos meses... quizá como los plátanos o plataneras que describí no hace mucho... es fruto de ese cambio climático, que a lo mejor no es tan malo como dicen... de cualquier forma y manera... cenaré esta noche, me comeré las uvas a las diez... yo no aguanto a las doce... lo haré con mi esposa y terminaremos la botella de "cueva"... el perro de testigo; y luego vendrá a dormir a mis pies en su cama y pendiente de mí toda la noche... ¿Se puede pedir más felicidad?... bueno pues que sean felices todos ustedes que han leído ésto…. Y los que no, pues también… cuesta tan poco desear la felicidad… facilitarla sí, pero ese es otro cantar más difícil de explicar y que yo y por descontado, no sabría hacerlo. Yo me encuentro”… "perdido en el tiempo y el espacio… y sin nombre convincente"… aún así firmo.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (para aburridos o inquietos: es igual)

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