20.7.07

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

"VIENDO LA PLAYA"

 

            Son las doce de la mañana, aproximadamente; me encuentro frente al mar Mediterráneo, es diez de Julio; estoy cercano a la orilla pero lejos del "mundanal barullo cotidiano, que observo cada día de cualquier verano"; estoy en la terracita de mi piso en la sexta planta de una de "las infinitas colmenas", que ya afean gran parte del litoral y pese a que la mía, está aislada de otras y salpicada de algunos jardines, bastante abandonados por los responsables de ese cuido, que sin embargo pagamos "religiosamente" ("una plaga más cual es el abandono de los irresponsables"). Bajo de mi  se encuentra una grande y muy limpia piscina, donde sólo una persona se está bañando; por lo visto a esta tampoco le atrae "los achuchaeros playeros" y las molestias consiguientes, pues hasta el olor corporal del vecino te llega muchas veces.

            Desde bastante temprano he visto a los madrugadores "conquistadores de sitio", llegar al borde del mar y donde mueren las olas, para "clavar allí sus picas" y tomar posesión diaria, de ese lugar público y por tanto no acotable, salvo con la presencia física del usuario de turno… seguro que estos hechos traerán discusiones y trifulcas en algunos lugares de los que estoy viendo, puesto que ya hace mucho tiempo que ocurre.

            Yo también y hace mucho tiempo que no frecuento la playa; no me agradan las masificaciones y el agobio que conllevan. Las playas se han convertido o las ha convertido la especulación humana, en lugares ya poco deseables, para los que de verdad fuimos siempre buscando al mar o a la mar, para comunicarnos con ella, para oír sus músicas, sus arrullos… incluso sus voces o gritos que causan terror, cuando "el padre mar se irrita y se agita furioso". Para los que incluso entrábamos en la mar orando un padrenuestro y al regresar a casa, el último día de los baños y antes de la puesta del sol y cuando ya el disco solar plácidamente se va a dormir… orábamos dentro de las aguas otro padrenuestro, dando gracias a Dios por aquellas vacaciones y pidiéndole igual período de descanso para el siguiente año… un mes. Salíamos de aquellas aguas con una felicidad, agradecimiento y fuerzas que nos hacían regresar con gran entusiasmo al duro trabajo de aquellos tiempos, en que aún joven y con varios hijos… marchamos toda la familia a la playa, cual "colonos americanos y hasta con los garbanzos en aquellos asombrosos equipajes, donde metíamos casi de todo". Hoy me da la risa cuando oigo comentar "lo de la depresión del que vuelve al trabajo".

            Hace de esto varias décadas y entonces si bien no había tanta comodidad como hoy dicen que hay… pero había playas, campos cercanos a las mismas, cañaverales incluso; leñas a mano y con ellas, encendíamos una pequeña fogata y nos asábamos nuestras propias sardinas y alguna cosa más. Había también modestos chiringuitos, algunos de algún pescador que pescaba de madrugada alguno del pescado que luego te servía en su barraca… también contábamos con aquellas neveras portátiles y en fin; eran días de mucho trabajo para todos, puesto que el primero de ellos era analizar el sitio de la playa a ocupar y limpiarlo de restos de lo que "los gamberros de siempre" dejaban allí; pero efectuado ello disfrutábamos todos de lo lindo y en familia, o a lo sumo con la cercana compañía de otra familia conocida… pero eso sí… "juntos pero no revueltos", salvo convenio de un compartir algún condumio circunstancial; efectuado ello "cada mochuelo a su olivo" o cada bañista a su sombrilla, que generalmente se situaba a cuarenta o cincuenta metros… mucho huíamos ya de "aquellos centros playeros donde la multitud parecía gozar de la masificación". Nosotros y cuando la gran avalancha de los sábados, domingos y festivos llegaba… cogíamos nuestro pequeño utilitario y nos marchábamos a otras playas bastante cercanas y que siempre había solitarias o poco concurridas… aquello se ha perdido totalmente.

            Fueron creciendo los municipios, cegados sus habitantes o mejor dicho sus dirigentes, por la acumulación de dinero rápido y en cantidades enormes y así… mi tierra y al igual que otras de mi España, ya son una especie "de muralla china", pero que en vez de ser una obra defensiva para evitar invasiones extrañas; aquí se ha convertido en una muralla de colmenas "en vertical u horizontal" y que provocan esas masas de bañistas que abarrotan muchos lugares costeros y que por ello, ya resultan insoportables. Y no sólo por las masas humanas, sino mucho más por los detritus que hay en esas aguas, las que se han contaminado tanto y esquilmado tanto de su fauna natural, que incluso hoy, prolifera una plaga de medusas que al no tener depredadores crecen desordenadamente… y los bañistas para poder bañarse, tienen primero que limpiar, cosa imposible de hacer en el amplísimo y siempre moviente… mar.

            Siempre que me asomo y veo tales multitudes, me vienen a la mente las escenas de esos documentales magníficos, donde y en playas similares, se hacinan los animales mamíferos, tales como focas, morsas, lobos o leones marinos… que por su forma de vida, se ven forzados a vivir así… pero esos pobres animales lo hacen precisamente por necesidad imperiosa de la supervivencia de los mismos como especie.

            El ser humano actual y en mayoría… parece gozar en esas masas; para convencerse de ello no sólo ver la playa, sino todas las innumerables masificaciones que hay donde hoy se reúne el hombre. Los hábiles negociantes le han metido en los genes que "como las hormigas o termitas"… "sólo se goza en hormigueros o termiteros". Yo y cuando llevo cuatro días aquí estoy harto y me marcho, no puedo aguantar ello y todo lo que se deriva de los mismo, de altos precios, desatenciones, abandonos y… Amén.    

 

Antonio García Fuentes

Escritor y filósofo

www.jaen.ciudad.org (allí más)

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