1.2.08

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

 

HAN FLORECIDO LAS VIOLETAS

 

            Sí, aquí en esta latitud, en esta mi tierra, situada al norte de Andalucía; donde vivo; entre grandes montañas que recrean mi vista cada mañana; entre inmensos olivares que llegan hasta unos cientos de metros de donde habito… en estas tierras  de inviernos fríos… en este mes de enero, más "caliente y seco" que lo habitual… han florecido ya las violetas… los lirios silvestres aún no, pero pronto lo harán; si llueve y se atreven a salir, puesto que estas primeras flores del año, son tímidas, misteriosas, pero eso sí… bellísimas, como en realidad son todas las flores de cualquier lugar, si se saben mirar con esa mirada interesada en percibir las maravillas de la Naturaleza.

            La pequeña historia de mis violetas… (pues son  mías); es así.

            Paseando por uno de los jardines de mi ciudad, venía observando que esta planta agarraba o prendía, entre las uniones de los bordes de piedra que separan los jardines del paseo… se trasplantan valientemente y van avanzando, con esa lentitud y constancia que admiran a quien como yo… "suele observar instintivamente"… cualquier movimiento de la vida en las múltiples formas que se nos presentan al simple paso cotidiano, deambulando por cualquier parte… pues por cualquier parte, en cualquier lugar por donde vas; si lo observas, verás infinitas maravillas que surgen espontáneas, misteriosas o de forma natural, puesto que la vida fluye en infinitos lugares y en infinitas formas.

            No las había visto florecer nunca (las violetas) y por ello no les prestaba más atención que esa de su lucha por enraizar, vivir y extenderse de forma incansable. Un día me decidí a recoger algunos esquejes que colgaban y los puse en un rincón de mi jardín… observé que al florecer, aquello del "color violeta" (clásico de esta flor) no era así en las que había plantado; puesto que aparecieron de color blanco, lo que me sorprendió grandemente. Las dejé vivir a "sus anchas" y fui observando que bien regadas y alimentadas, empezaron a crecer y extenderse y hubo que en un momento, empezar a cortarles las extensiones que con profusión brotaban en todas  direcciones; convirtiéndose estas humildes plantitas… en parásitos que ya atacaban a otras plantas "vecinas", más débiles… pero al cortar aquellos tallos, observé que debajo de los mismos aparecían unas cápsulas, que contenían varias decenas de semillas, cada una de ellas… el proceso de esos semilleros lo desconozco, pues confieso que no había visto nada que denotara aquellos ocultos depósitos con tan abundantes semillas. Recogidos algunos de ellos y secadas las mismas… introduje semillas en otros lugares y llegado su tiempo, pude observar que nacían nuevas matas de violetas… pero mis violetas no eran de color violeta y aquello no me "llenaba"… yo recordaba haber tenido en las manos violetas, con olor y color de violeta; incluso de niño haber tomado caramelos con sabor a violeta… y aquellas, mis violetas, eran blancas; no olían a violeta y por tanto… "para mí no eran violetas".

            Tiempo después y en esos paseos, entrando en un convento para ver las  obras artísticas de su iglesia; en el patio, observo plantadas abundantes violetas; pero no era época de floración. Discretamente y viendo la abundancia y espesor de estas plantas, me agaché y arranqué "unas tiras", que guardadas cuidadosamente, al llegar a casa metí en agua para que no perdieran lozanía. Al día siguiente estaban plantadas y junto a las otras ya descritas… y estos días de enero, han florecido espléndidamente unas y otras… y ya tengo violetas de color violeta,  que huelen a violeta y que todo ello en su pequeñez, me ha hecho sentir feliz… mientras, con mis propias manos, he estado limpiando mis jardines, de la infinidad de plantas parásitas que lo invaden cada año… sólo  he cortado una flor, simplemente para comprobar ese olor que yo recordaba desde niño… y sí… "no ha cambiado, sigue siendo el mismo".

            Y harto de escribir sobre los cambios sin cambio, de los hombres y los políticos; hoy desahogo mi alma, escribiendo sobre mis violetas, las que trataré de ver todos los días y seguirles el paso… hasta que den semillas… así al menos me distraigo y no pienso; lo que para mí es un gran alivio, ya… "a mis setenta siglos de existencia"… los que en absoluto dificultan en nada mi vitalidad intelectual… al contrario.

No hay comentarios: