17.10.06

“LA ÚLTIMA PIEDRA” (O la vanidad del gobernante)


No, no es que “la cosa sea de tiempos modernos”… es posible, que cuando se colocase “la primera piedra” en la gran pirámide egipcia, el faraón (rey o tirano) de turno (“ni se sabe ciertamente quién y por qué fue construida” y menos los medios de que se valieron para esta descomunal e incomprensible obra, puesto que el misterio sigue latente)… y “una nube” de aduladores y adheridos al erario público, acudirían a ver in situ, la “colocación” de aquella primera piedra y posiblemente los planos de la inconmensurable obra y que reitero, no se sabe ni cómo pudo ser construida, ya que los japoneses (metódicos ellos) estudiaron todas las técnicas conocidas y se rindieron a la evidencia, diciendo simplemente… “ya sabemos al menos… cómo no fue construida”.

El hecho ha seguido repitiéndose y se da el caso muy reciente, de que en el “descomunal” nuevo aeropuerto de Madrid, tuvo, aparte de su celebración de “la primera piedra”, luego dos celebraciones de “la última”, una (se ha dicho) dos años antes del final de la gran obra y otra, cuando ésta se creía ultimada… puesto que tras de ello, los “líos y demás trastornos” que han sufrido miles y miles de usuarios, han confirmado que la obra, no sólo no estaba terminada, sino que puede que incluso hoy, aún estén terminando obras de cualquier tipo de tan complicada termina aeronaval, la que se dice es algo así, como “una babel aeronáutica, donde se pierden aviones, equipajes y viajeros”… que terminan desesperados en aquellos laberintos.

Igualmente se celebra con todo boato y “todos los medios de información que pueden acaparar los mandamases”. La denominada “corta de la cinta”; o sea esa cinta que con los colores nacionales (“si los permite el gobierno menor o autonómico”) si es obra de la red nacional, o bien con los colores “comunitarios” si es regional, o incluso con los colores provinciales o municipales… se tiende “una cinta”, que luego corta el que manda y de más alto rango, guardándose un trocito “como trofeo particular” e incluso (lo hemos visto) cortando otros trocitos, que va entregando a los más destacados mandamases y subalternos, que junto al primero… “se agarran a la cinta como algo valioso por demás”.

También vemos con cierta hilaridad, la clásica ceremonia de “las primeras piedras”, colocadas en obras que, unas llegan a terminarse y no en las fechas previstas, la mayoría de ellas, sino que nunca llegaron a acabarse, como luego puntualizaré algunas.

Y es que da risa, el ver con la “unción” con que ya todo preparado y depositados en “el hoyo los testigos para la posteridad”; el mandamás de turno, se agacha… coge con sumo cuidado una o dos paletadas de hormigón y las echa en el mentado hoyo y lo que es seguido por varios de los subalternos y todos contentos y felices, mientras esos medios informativos antes mentados… “inmortalizan el hecho”, que simplemente es una de las muchas obligaciones del que se atreve a ir a “gobernar hombres” y dice estar “a su servicio”… por tanto, nada de extraordinario hay en lo que es un trabajo normal y además innecesario, puesto que lo que hacen en esos momentos, es precisamente eso… entorpecer la buena marcha de una obra pública.

No digamos lo que ocurre en las terminaciones, cuando se ha colocado la consabida “placa conmemorativa”, la que instalada igualmente con una barra a riel para cortinas, cubren la citada con la “decorativa cortinita” y el mandamás, tira del cordón y queda a la vista, la placa con su nombre y para la posteridad… “hasta que y como ocurría en el Imperio Egipcio… llegaba el posterior mandamás (faraón) y si no le había sido grato el anterior o simplemente lo había derrocado… ordenaba con todo el orgullo “imperial”, la siguiente y lapidaria orden… “¡Que sean borrados sus nombres!” y lo que ponía en marcha, un ejército de picapedreros o canteros, que cincel en mano, borraban los nombres ordenados y colocaban en su lugar el del nuevo mandamás.

Y si antes me he referido a “primeras piedras que nunca llegaron a la última”, puedo nombrar una gran cantidad y que he conocido a lo largo de mi vida y que van, desde una “gran diagonal” ferroviaria, ideada por un estadista y estratega, que en vida se llamó D. Miguel Primo de Rivera (“General y dictador, en aquella denominada “dicta blanda” española) y que se denominó, Ferrocarril Baeza Utiel (con la clara intención de conectar Europa y Algeciras con posteriores ampliaciones) y el que dotaría de movimiento y riqueza a grandes áreas de España que siguieron empobrecidas. Hoy aquellos tendidos y túneles, unos sirven para calzada de paseantes y ciclistas y los otros, puede que ni para “cultivar champiñones”… todo quedó en una gran “obra muerta y pese a que la continuara Franco”. Obras menores, pero grandes para la localidad donde se iniciaron; sería inacabable el relacionarlas, puesto que en mi provincia solamente; quizá lleguen a “una o dos docenas” y cuyos nombres no quiero recordar… sí diré que algunas incluso, fueron en la época de Franco, al que sin embargo y nacionalmente hablando; España debe mucha gran obra; entre ella, los innumerables pantanos que hoy permiten disponer de agua a gran parte de España. “Pero igualmente, el dictador participó en la gran parafernalia de las primeras y últimas piedras… cortinitas incluidas”. Y es que el “mandamás” en el fondo es…?

Antonio García Fuentes
(Escritor y Filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más temas)

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