28.6.13

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Trabajo y ordenadores

 

                                La máquina se inventó y se sigue inventando para (dicen) "ayudar al hombre"; pero y por lo que sea, esa máquina empieza por perjudicarlo y si bien hasta "el motor de explosión y derivados", le ha ayudado, pero no parece ser que tras ya los muchos años que llevamos de "ordenadores y sus derivados", el hombre se sienta muy ayudado en muchos de sus trabajos; no entro en los "especializados en grado imprescindible", pero sí en lo cotidiano, en lo que pudiéramos llamar… "el jornal diario para obtener el pan suyo de cada día y lo suficiente como para vivir decentemente, aquel que sólo cuenta con sus manos y poco más". Veamos.

                                Comentando el reciente libro de Román Cendoya; "rEvolución"; un acreditado comentarista (Carlos Herrera) dice… "Cendoya sostiene y con razón, que lo que cambia el mundo, además de la facilidad de acceder a toda la información y a todas las posibilidades de entretenimiento, es que la "rVolución" produce millones de parados, a diferencia de otras anteriores que, a pesar de haber destruido empleo, crearon muchos más. Dentro de poco tiempo, la mayoría de procesos industriales estarán totalmente robotizados y entonces el problema será del de ciudadanos".[i]

                                El problema yo lo detecté hace muchos años (soy viejo) y cuándo vi que en los autobuses desapareció el cobrador (también en los camiones, desapareció "el ayudante del conductor") y el conductor lo suplió cobrando al viajero y luego, las máquinas automáticas "redondearon" el proceso… me di cuenta que "algo venía de nuevo a crear problemas".

                                Problemas que fueron aumentando con el autoservicio (desaparición de ejércitos de dependientes de comercio y de camareros en los restaurantes) el establecimiento de máquinas expendedoras, de múltiples productos; luego los "cajeros automáticos", éstos últimos han eliminado a ejércitos de empleados bancarios, que antes te atendían personalmente y con una sonrisa… "hoy te mandan como autómatas (en que ya los han convertido) al ordenador que te suministra billetes, bajo normas establecidas, por lo que no puedes pedir cambio o moneda fraccionaria"; y así y hasta que vi algo insospechado por mí, en un documental que informaba sobre la huerta murciana; y dónde un huertano llega a la oficina de su cooperativa y es atendido por un empleado sentado en su ordenador, el que le pregunta y obtenido lo que el hortelano le pide; teclea en el "aparato" y más o menos le dice confirmándole… "te he puesto el riego a la hora que has pedido, los abonos, fertilizantes e insecticidas"… ¿algo más? No gracias, le responde el agricultor y se marcha.

                                O sea y para el que no lo entendiera; que en no más de cinco minutos y a través de "la ordenadomanía" (palabra que me inventé para denominar la invasión de estos aparatos) aquel hombre había dado instrucciones, a "un empleado automático y que ni come ni caga", para que le riegue la finca, se la abone y trate contra las plagas que pueden afectar sus cultivos… algo que no hace mucho, pudiera ser impensable, o de "brujería"… lo había visto yo con mis ignorantes ojos.

                                Después de aquello… la progresión ha sido tan brutal, que "los puestos de trabajo que destruye la ordenadomanía es imposible el que los pueda generar la sociedad indefensa, con los medios que les dejan libres estos aparatos"; y de ahí esa plaga, que en España llega a más de seis millones de parados (en mi provincia ya son el cuarenta por ciento los parados) y en general es el gran problema mundial; o más concreto, en el mundo que se dice desarrollado.

                                En un reciente artículo ya desarrollé, "mi vieja idea" sobre el tema y es que, como las máquinas cada vez trabajan más; hay que cargarlas con los correspondientes impuestos, que hasta hoy, sólo paga "el hombre como consumidor" y a éste buscarle nuevos trabajos estatales o los que sean menester para, al menos "entretenerlo sin que degenere mucho, pues  ya se sabe que la pereza es la madre de todos los vicios"; y el dicho es muy viejo y bastante verídico.

                               

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)



[i] Revista XLSEMANAL 16-06-2013

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