15.4.06

¿Añorar aquella República…?


UN TESTIGO FIABLE DE AQUELLOS DESASTRES ESCRIBE EN EL 75º ANIVERSARIO DE AQUELLA DESASTROSA REPÚBLICA

¿Añorar aquella República…?


“Ya vamos siendo pocos los que podemos evocar, por vividos, los días de la República, desde sus jubilosos inicios -cuando se presentaba, sin mancha original, como sugestivo horizonte de bienandanza- hasta su desastroso fin, tras la caída en picado del Frente Popular.

Todavía hay jóvenes historiadores que se extasían refiriéndose a los días brillantes de la generación del 27, que identifican con la libertad republicana, olvidando que, efectivamente, se trataba de la generación del 27, y no del 31, y que sus mejores frutos los habían dado ya, sin tropiezo alguno con una censura inexistente (Romancero gitano, de Lorca, se publicó en 1928; Marinero en Tierra, de Alberti, en 1924; Cántico de Guillén, en 1928… por no hacer más que tres citas). No digamos la obra de los grandes ensayistas _la generación del 14-, empezando por Ortega…

Yo viví aquel ilusionado advenimiento de la República en una remota localidad del Protectorado marroquí, en la que mi padre ejercía la función del gobierno –como interventor civil local- junto a un Abd-el-Krim – primo del célebre caudillo rifeño- que a su vez en calidad de “bajá”, asumía esa misma función al frente de la población musulmana. Recuerdo con precisión el palacete de la Intervención Civil rodeado por unas “masas” –funcionarios y comerciantes de medio pelo- que el 14 de abril exigían se izase la bandera tricolor, gritando consignas extrañas -¡Viva la comuna! era la más repetida.

Atento a su estricto deber –en cuanto representante del Poder legítimamente constituido-, mi padre se negó al requerimiento hasta tanto no recibiese órdenes del Ministerio de la Gobernación; y cumplió estrictamente su palabra: cuando algunos exaltados pretendieron luego que se le procesara, por su resistencia a las exigencias del pueblo soberano, el Gobierno reconoció que se había limitado a cumplir con su deber, y le confirmó en su puesto (en 1936, idéntica actitud le valdría en cambio la pena de muerte).

Los comienzos del nuevo Régimen fueron sin duda, ilusionados y felices. Incluso se pudo contar con dos “mártires” de la democracia, los oficiales Fermín Galán y García Hernández, fusilados – contra la voluntad del Rey, no lo olvidemos- por su insensata intentona republicana en Jaca (1930).

Las cosas empezaron a cambiar en mayo, cuando la República desveló su faceta negativa: empezando por la bárbara ofensiva anticlerical, que implicó la destrucción de monumentos y joyas de arte irrepetibles - ¡aquella maravillosa Virgen de Belén, de Pedro MENA, convertida en pasto de las llamas…!-. Fue por entonces cuando Ortega, que había escrito cosas inconcebibles contra la presunta “barbarie” de la “dictablanda”, en su famoso artículo El error Berenguer, hubo de cantar la palinodia: “No es esto…, no es esto”. Pero el mal ya estaba hecho.

Y a partir de aquí comenzaron a dibujarse las dos posiciones igualmente incompatibles con el normal funcionamiento de una auténtica democracia: las de unas derechas vinculadas al golpismo –la penosa “intentona” de Sanjurjo, en 1932-, y la “atención al disco rojo”, que pronto sería el lema del “Lenin español” –Largo Caballero- Había dado la pauta Azaña con su insensata voluntad de radical ruptura, a la que su incondicional admirador Álvaro Albornoz haría eco con aquella desdichada frase: “No más abrazos de Vergara, no más pactos del Pardo: si quieren hacer la guerra civil, que la hagan…” (y por desgracia, la hicieron).

Lo evidente, una vez aprobada la Constitución de 1932, fue la negativa fanática del centro-derecha (Lerroux-Gil Robles), y de la izquierda, orientada, desgraciadamente, por un Largo Caballero obsesionado por el maximalismo de la revolución proletaria (frente al sentido de la realidad de Prieto), a convivir alternándose en el Poder según la voluntad del voto ciudadano. ¿Cómo no recordar lo que supuso la réplica de la izquierda al normal acceso al Poder -dada la composición de las Cortes elegidas en 1933- de tres ministros de CEDA? ¡Nada menos que la apelación revolucionaria, con dolorosa incidencia en Asturias, y el pronunciamiento decididamente secesionista de Cataluña! ¿Hay alguna ejemplaridad en ello, para añorarla ahora?.

Pero después de las elecciones de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular, la situación en el país –en la calle-, convertida en ámbito para el insulto y la amenaza –yo estaba entonces en Melilla-, fue inenarrable. La ofensiva contra la Iglesia –era un riesgo para los sacerdotes hacer acto de aparición en público- se hizo cada vez más violenta; de otra parte, se movilizó a los adolescentes de la izquierda anarquista y socialista –los “pioneros”- para atemorizar a los chicos “burgueses”, asaltando e insultando a los que simplemente, íbamos correctamente vestidos. En las jornadas de Semana Santa (abril del 36) se me quedó grabada la “amable” tonadilla con que se nos obsequiaba a los católicos que acudíamos a las iglesias el Jueves Santo: “¡Os cortaremos la cabeza / empezaremos por el clero / que es el ánimo más fiero / que domina la nación: ¡revolución , revolución social!”.

Pero recuerdo también las palabras de mi padre cuando se comentaba, en el seno familiar, la situación intolerable: “No os preocupéis. Si estos insensatos se lanzaran a la revolución, el Gobierno podrá contar con el Ejército para controlar la situación y asegurar la República”. Sino que fue el Ejército quien se lanzó a hacer su propia revolución; los militares leales, como mi padre, fueron eliminados; y el Gobierno no pudo superar el reto: tras tres años marcados por ríos de sangre, no sólo en las trincheras, sino en ambas retaguardias, la democracia –una auténtica democracia- hubo de aguantar cuarenta años a que la estableciera… un Rey.

¿Es esa República la que el señor Rodríguez Zapatero exalta y añora…?

CARLOS SECO SERRANO

(de la Real Academia de la Historia)

(En diario ABC del 14-04-2006 – “tercera página”)

******************************


COMENTARIO:

Lo que dice este académico de la Historia (que creo recordar, también es de la Lengua: “RAE”) con su autoridad intelectual, pero más aún, con su autoridad de anciano y haber vivido aquellos trágicos años; me confirma plenamente, lo que desde hace muchos años, me venían diciendo otros ancianos, sobre la realidad de aquella época turbulenta y que desembocó en la tragedia que la generación posterior vivimos y padecimos como víctimas “indirectas”, de todos aquellos odios y revanchas que hoy los insensatos que dicen gobernarnos, quieren reverdecer y en grado preocupante, para seguir manteniendo, las “dos malditas españas que ya reflejara Antonio Machado en sus trágicos versos”.

Seamos pues conscientes y “prediquemos y propugnemos”… ¡Un no va más… ya está bien de odios, de guerras, de luchas intestinas y de derramamientos de sangre inocente…! Queremos seguir siendo españoles, pero bajo unas leyes y unos gobiernos “medianamente justos” (la perfección es imposible en la triste política de hoy) y que nos encaminen a verdaderas cotas de progreso humano y no hacia los terribles enfrentamientos del pasado… recordemos una vez más, la sentencia terrible y archiconocida… “LOS PUEBLOS QUE NO CONOCEN SU HISTORIA, ESTÁN CONDENADOS A REPETIRLA”.

Pensemos igualmente, que… “El mundo está gobernado por la mentira” (Francois Revel (en su libro: El conocimiento inútil)… y que por tanto quienes ostenta el poder (“legítimo o no”) su principal obsesión, es mantenerse en el mismo y muchos lo hicieron, lo hacen y lo seguirán haciendo… incluso a riesgo de provocar, “nuevos montones de cadáveres”… ellos en sus ansias de poder, su avaricia y todas las pasiones que estas “enfermedades” conllevan… no verán otra cosa que el “eternizarse” en ese maldito poder, que no sabiendo ejercerlo, producirá, siempre, siempre, siempre… más mal que bien… puesto que los insensatos no han pensado nunca que ejercer un cargo, es llevar una carga… puesto que cargo viene de carga… “y que mientras más grande o alto es el cargo, mucho más pesada y por tanto responsable es la carga que han de llevar”… y como no lo saben (o lo quieren saber) de nosotros depende el recordárselo “cada día que amanece”… sin otro afán que el procurar que “entren” verdaderos políticos, gobernantes y estadistas, para que en verdad puedan ejercer noblemente lo que ello es… puesto que no olvidemos, que… LA POLÍTICA ES EL ARTE DE GOBERNAR BIEN A LOS PUEBLOS.

Antonio García Fuentes. Jaén 14 de Abril del 2006 (75” aniversario de aquella trágica República y de cuyo fracaso, nos vinieron “los 40 años de Franco”: lo que confirma mi afirmación, de que “Franco no fue causa… sino efecto de los malísimos Gobiernos anteriores, e incluso anteriores a “esa República”)