Partamos de la base cruda y real, de que el político, la política, el gobernante; generalmente ve al pueblo como “la res pública” (“vaca lechera”) a la que se tiene y gobierna, para eso mismo, para cuidarla en lo mínimo y sacarle el máximo; y eso, el pueblo lo sabe o lo intuye de forma natural; por tanto la reacción en Cataluña ha sido la real y cruda, de… “para qué votar, si éstos van a seguir haciendo lo que les venga en gana; nosotros somos impotentes y sólo nos quieren para pagar… por tanto comamos y bebamos que mañana moriremos”. Esa es “la molicie” en que terminan los pueblos con los que no se cuenta para nada en absoluto. Puesto que es cierto; si en España se refrenda (por el pueblo en masa) una Constitución, hace ya treinta años y sin casi desarrollar ni la letra ni el espíritu de la misma (han hecho lo que les ha dado la gana los cacareadores de la misma: lo que han aprobado es ilegal) ahora, nos quieren colocar nada menos que diecinueve, constituciones (Ceuta y Melilla incluidas) y convertir lo que sigue siendo una nación, en una “olla de grillos locos”… ¿qué va a hacer el pueblo que piensa y el que no?... pues lo que ha hecho, comer beber, irse a la playa o quedarse durmiendo en casa y a los políticos, pues que les vayan dando… “muchas más prebendas y sinecuras de las que ya se han asignado y que son infinitas”. Toda una lección al fracasado sistema político español, que ha terminado con todas las ilusiones de un pueblo.
¿Qué ha votado menos del cincuenta por ciento y de ellos un treinta por ciento no ha dado el si?... Hagamos lo que los políticos y “juguemos con las cifras”. ¿Si a los que han votado el si, pudiéramos deducir la infinidad de “enchufados o beneficiarios” de lo que esperan recoger… cuantos ciudadanos libres en verdad, han dado el si? ¿Entonces que democracia es ésta que “se lo traga todo”? Recordemos que recientemente e internacionalmente, se fijó en que unas elecciones serían válidas, si el 55 % votaba sí (Montenegro)… ¿Entonces que es esto… una democracia? ¡No se lo creen ni ellos! Lo que ocurre es que viven y viven bien, a costa de tanta mentira y ante la impotencia de un pueblo que sólo lo requieren para pagar y votar.
Significo en este caso, que tengo al pueblo catalán, cómo de los “más avanzados” de los de toda España y por ello mismo, han estado siempre a la cabeza en lo económico, oficios y carreras universitarias, etc. Bueno “pues se han ido a la playa”. ¿Por inútiles?, no, ya lo he dicho antes… “por cuanto en mayoría se sienten impotentes”.
Los pueblos los forman o deforman sus gobernantes y a la vista está lo que cada día nos muestra ese pueblo, que en realidad es “una masa” dócil (ya lo calificó bien el Imperio Romano con la palabra “res”, que como sabemos designa a cantidad de animales). Por ello somos pocos los que pensamos y sabemos, que… “La política es el arte de gobernar bien a los pueblos y que por tanto, es algo tan importante y tan delicado, que es temerario dejarla sólo en manos de los políticos. De ahí la imprescindible necesidad de que existan organizaciones cívicas y fuera de la política, que conformen una fuerza que no deje actuar impunemente a los políticos, puesto que si no es así, se corrompen y a la vista está ello en todo el mundo actual”.
Por ello ocurren las aberraciones que vemos constantemente y ahora mismo se repiten, con esas absurdas manifestaciones por cuanto “el equipo barcelonés” ha ganado una copa, o el “sevillano” otra; o también y lo oigo mientras escribo… “veinte mil españoles se van a desplazar a Alemania, para ver no se qué encuentro entre un par de docenas de individuos que le dan patadas a una pelota”… ¿qué va a reportar esto a la res pública?... nada en absoluto, pero están deformados por unas enseñanzas dirigidas exclusivamente por la política imperante del hoy “pan y deportes”.
Todas las masificaciones son deformantes y enmascaran unas realidades subyacentes muy preocupantes; y ello se demuestra en la verdadera responsabilidad masiva de “la res pública”, o sea las votaciones en las urnas, que afortunadamente hoy tenemos; pero idiótamente (“la res”) y en lo más importante de su misión “de control”, declina su máxima responsabilidad y lo hace en mayoría con la terrible frase de… “la política para los políticos”… ¡No… absolutamente no! Ya lo digo arriba el por qué de ello. Si la mayoría del pueblo no asume sus responsabilidades, esto acabará mal… y en España, tenemos la década de 1930 a 1940 como la mayor tragedia de su historia y que no debiera repetirse, pues si se repitiera… ¡¡Lo mereceremos!! Tomen nota los políticos actuales, puesto que, “tal y como están las cosas”… ¡¡Es su responsabilidad!! ¿Sabrán en realidad lo que tienen sobre sus espaldas hoy?
¿Qué ha votado menos del cincuenta por ciento y de ellos un treinta por ciento no ha dado el si?... Hagamos lo que los políticos y “juguemos con las cifras”. ¿Si a los que han votado el si, pudiéramos deducir la infinidad de “enchufados o beneficiarios” de lo que esperan recoger… cuantos ciudadanos libres en verdad, han dado el si? ¿Entonces que democracia es ésta que “se lo traga todo”? Recordemos que recientemente e internacionalmente, se fijó en que unas elecciones serían válidas, si el 55 % votaba sí (Montenegro)… ¿Entonces que es esto… una democracia? ¡No se lo creen ni ellos! Lo que ocurre es que viven y viven bien, a costa de tanta mentira y ante la impotencia de un pueblo que sólo lo requieren para pagar y votar.
Significo en este caso, que tengo al pueblo catalán, cómo de los “más avanzados” de los de toda España y por ello mismo, han estado siempre a la cabeza en lo económico, oficios y carreras universitarias, etc. Bueno “pues se han ido a la playa”. ¿Por inútiles?, no, ya lo he dicho antes… “por cuanto en mayoría se sienten impotentes”.
Los pueblos los forman o deforman sus gobernantes y a la vista está lo que cada día nos muestra ese pueblo, que en realidad es “una masa” dócil (ya lo calificó bien el Imperio Romano con la palabra “res”, que como sabemos designa a cantidad de animales). Por ello somos pocos los que pensamos y sabemos, que… “La política es el arte de gobernar bien a los pueblos y que por tanto, es algo tan importante y tan delicado, que es temerario dejarla sólo en manos de los políticos. De ahí la imprescindible necesidad de que existan organizaciones cívicas y fuera de la política, que conformen una fuerza que no deje actuar impunemente a los políticos, puesto que si no es así, se corrompen y a la vista está ello en todo el mundo actual”.
Por ello ocurren las aberraciones que vemos constantemente y ahora mismo se repiten, con esas absurdas manifestaciones por cuanto “el equipo barcelonés” ha ganado una copa, o el “sevillano” otra; o también y lo oigo mientras escribo… “veinte mil españoles se van a desplazar a Alemania, para ver no se qué encuentro entre un par de docenas de individuos que le dan patadas a una pelota”… ¿qué va a reportar esto a la res pública?... nada en absoluto, pero están deformados por unas enseñanzas dirigidas exclusivamente por la política imperante del hoy “pan y deportes”.
Todas las masificaciones son deformantes y enmascaran unas realidades subyacentes muy preocupantes; y ello se demuestra en la verdadera responsabilidad masiva de “la res pública”, o sea las votaciones en las urnas, que afortunadamente hoy tenemos; pero idiótamente (“la res”) y en lo más importante de su misión “de control”, declina su máxima responsabilidad y lo hace en mayoría con la terrible frase de… “la política para los políticos”… ¡No… absolutamente no! Ya lo digo arriba el por qué de ello. Si la mayoría del pueblo no asume sus responsabilidades, esto acabará mal… y en España, tenemos la década de 1930 a 1940 como la mayor tragedia de su historia y que no debiera repetirse, pues si se repitiera… ¡¡Lo mereceremos!! Tomen nota los políticos actuales, puesto que, “tal y como están las cosas”… ¡¡Es su responsabilidad!! ¿Sabrán en realidad lo que tienen sobre sus espaldas hoy?
1 comentario:
¡Ay, amigo! Pero resulta que la única oportunidad de ver a un montón de españoles enarbolando banderas por la calle sin responder a ninguna consigna política es el Mundial de fumbo... Algo bueno tendrá después de todo, aunque sólo sea eso.
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