De… ”vinci”… o de quién sea. El código del Galileo fue, es y será… permanecerá mientras se escriba, piense o se hable “en cualquier idioma”. Su Código, vivirá entre los hombres de buena voluntad y seguro que… “después de ellos”. No hay más que leer lo que dejó dicho y que es inmutable.
Aún y tras dos milenios, sus prédicas siguen vivas, frescas, “alimenticias” para el cuerpo y sobre todo… para el alma. Su Código lo concentró en el denominado… “Sermón del monte o de la montaña”; considerado el mejor de los discursos pronunciado; sobre la corteza de este pobre planeta y ahí está… ahí sigue… en cualquiera de las biblias del rito cristiano que sea.
Sus seguidores, han podido dividirse en “ramas”, más o menos frondosas o “poderosas”… pero en ninguna de ellas, han podido añadirle más. Tampoco quitarle nada… aunque algunos necios, traten de “velarlo”.
Él, lo dejó grabado en las mentes de quienes supieron escucharlo y empleó sólo la palabra (“ningún Grande nacido en éste mundo, necesitó escribir sus mensajes”). Sus discípulos (“sus buenos discípulos”) lo recogieron y “ahí está”, para leerlo (o leerlos) constantemente, puesto que son inagotables. Para tratar de asimilarlos y luego practicar lo que enseñaron. Cosa ésta, enormemente difícil… puesto que “ser cristiano” es cuasi imposible… mientras “la carne” predomine sobre el espíritu… pero indudablemente, los hubo, los hay y los habrá.
Que Cristo tuviera “debilidades humanas” (“el miedo lo confesó en una ocasión… Aparta de mi éste cáliz de amargura”)… ¿por qué, entonces, no otras “menores”?... puesto que si encarnó y aún siendo “puro”… tuvo que soportar “el peso de la carne”. Pero ello “no quita nada” a su Código. ¡Al contrario lo engrandece!
Otros (como ahora); escriben “sus códigos”, más pensando en el gran negocio material, que en nada espiritual y que forme a los hombres. Las “masas” irán con morbo a saber… ¿pero el qué?... ¿para qué?... sonriamos. De “esas masas”, pocos irán a “ver la película y el libro verdaderos”; que ya lo he dicho… están reflejados en el libro más traducido y extendido de todos los que se han escrito en este mundo (“El libro de libros”) y el que refleja su ya mentado código.
El otro, “el lanzado ahora para consumo de las masas” y como si de “un refresco, o nueva droga”, se tratara… no servirá para nada. Sonriamos y esperemos… la esperanza que Él “sembró” no ha muerto; sigue viva y muchos creemos firmemente en ella. Jesús: “Modelo de la razón y de la virtud”… y esto último no lo digo yo (aunque lo escriba para recordatorio)… lo dijo y ya en sus últimos años de vida, o postreros… “el rebelde Voltaire”… amén.
Aún y tras dos milenios, sus prédicas siguen vivas, frescas, “alimenticias” para el cuerpo y sobre todo… para el alma. Su Código lo concentró en el denominado… “Sermón del monte o de la montaña”; considerado el mejor de los discursos pronunciado; sobre la corteza de este pobre planeta y ahí está… ahí sigue… en cualquiera de las biblias del rito cristiano que sea.
Sus seguidores, han podido dividirse en “ramas”, más o menos frondosas o “poderosas”… pero en ninguna de ellas, han podido añadirle más. Tampoco quitarle nada… aunque algunos necios, traten de “velarlo”.
Él, lo dejó grabado en las mentes de quienes supieron escucharlo y empleó sólo la palabra (“ningún Grande nacido en éste mundo, necesitó escribir sus mensajes”). Sus discípulos (“sus buenos discípulos”) lo recogieron y “ahí está”, para leerlo (o leerlos) constantemente, puesto que son inagotables. Para tratar de asimilarlos y luego practicar lo que enseñaron. Cosa ésta, enormemente difícil… puesto que “ser cristiano” es cuasi imposible… mientras “la carne” predomine sobre el espíritu… pero indudablemente, los hubo, los hay y los habrá.
Que Cristo tuviera “debilidades humanas” (“el miedo lo confesó en una ocasión… Aparta de mi éste cáliz de amargura”)… ¿por qué, entonces, no otras “menores”?... puesto que si encarnó y aún siendo “puro”… tuvo que soportar “el peso de la carne”. Pero ello “no quita nada” a su Código. ¡Al contrario lo engrandece!
Otros (como ahora); escriben “sus códigos”, más pensando en el gran negocio material, que en nada espiritual y que forme a los hombres. Las “masas” irán con morbo a saber… ¿pero el qué?... ¿para qué?... sonriamos. De “esas masas”, pocos irán a “ver la película y el libro verdaderos”; que ya lo he dicho… están reflejados en el libro más traducido y extendido de todos los que se han escrito en este mundo (“El libro de libros”) y el que refleja su ya mentado código.
El otro, “el lanzado ahora para consumo de las masas” y como si de “un refresco, o nueva droga”, se tratara… no servirá para nada. Sonriamos y esperemos… la esperanza que Él “sembró” no ha muerto; sigue viva y muchos creemos firmemente en ella. Jesús: “Modelo de la razón y de la virtud”… y esto último no lo digo yo (aunque lo escriba para recordatorio)… lo dijo y ya en sus últimos años de vida, o postreros… “el rebelde Voltaire”… amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario