LAS HOGUERAS - LAS FALLAS –
"LAS LUMBRES ACTUALES"
La costumbre de encender hogueras en señal de alegría ó en circunstancias solemnes o religiosas e incluso, para honrar con ellas al ilustre cadáver en su postrer despedida, son antiquísimas y deben arrancar prácticamente desde que el ser humano supo "dominar" al fuego, produciéndolo cuando le interesaba; y esa costumbre ancestral perdura hoy, es más, parece ser que tiende a aumentar por mor de "la magia del fuego".
En la antigüedad, todos los festejos públicos tenían carácter religioso y las iluminaciones y hogueras públicas, solían coincidir con aquellas otras celebraciones de misterios o solemnidades. En Grecia y en las fiestas subsiguientes a la vendimia, y dedicadas al dios Baco, se encendía una gran hoguera y se daba vino en abundancia a los transeúntes (igual que solemos hacer hoy en nuestras entrañables "lumbres").- En las fiestas de la diosa Ceres, instituidas por los romanos, se consumían una enorme cantidad de antorchas, en memoria de las que había gastado la diosa en ir a buscar a su hija Proserpina, y Servio Tulio dispuso que en la época de la siembra, cada una de las ciudades de la actual Italia, dedicase una jornada al descanso y durante ese día, se prendiese fuego en la plaza pública a grandes montones de paja: la fiesta tenía el nombre de Sementina ó Panganalia.- En la que se hacía en honor de Palas (Palas Atenea, diosa de
Entre todas las fiestas en que figuraban las hogueras como número del programa de festejos y esparcimientos, descollaba por su solemnidad la de los Juegos Seculares: en los sacrificios que se hacían a los dioses para la conservación de
El Cristianismo, al ir sucediendo al paganismo, conservó todas las prácticas del mismo que no contenían un espíritu manifiestamente supersticioso, y una de ellas fue la de las hogueras.
Entre las más célebres menciónanse las de las vísperas del día de San Pedro, que los clérigos de
Y es que nosotros mismos, el cuerpo humano, es en parte "fuego"… las otras y según los sabios, son aire, tierra y agua… y es claro que espíritu o alma, con la que nos unimos a Dios… o si se prefiere a la "Creación Universal de la que formamos parte incuestionable"… quizá (o sin quizá) y por ese ancestro cuasi infinito, en nuestras iglesias luce una llama divina, la que indica un recogimiento para orar… pues la llama recuerda a Dios a través del Sol (que siguen adorando los parsis; de la antigua religión persa)… y el Sol en nuestro sistema planetario… "es el padre de la vida… que procede de… mejor dejarlo aquí"… y festejemos nuestras entrañables lumbres y fiesta de San Antón; y que seguro que con mil nombres diferentes, se celebran en todos los lugares del mundo y en todos los días del año, puesto que en cada lugar tienen, "su San Antón particular".
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)
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