10.4.13

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

Cuándo la tensión… "rompe la cuerda"

Conozco a un hombre más viejo que yo y desde hace muchos años. Es un
individuo educado, comedido, calculador en todo y jamás discute; es en
definitiva, lo que podríamos denominar como "un hombre tranquilo".
Pero por mi "desgracia de observador nato"; yo notaba en aquel hombre,
algunos movimientos en sus ojos, piel, manos; que en momentos de
discusiones gremiales, aquel hombre tenía que tener una fuerza
especial e importante que sabía contener, pero yo intuía que aquella
fuerza alguna vez se habría soltado o soltaría.

Como llegamos a tener una buena amistad, en un momento propicio, y
estando a solas, supe llevar la conversación hasta el grado que yo
quería y alabándole su forma de ser en público, más o menos le dije…
"yo noto en ti una gran fuerza interior y un cierto sufrimiento para
no soltar lo que piensas cuando ello era menester… tú te sabes
contener en cualquier situación… pero yo no quisiera estar frente a
ti, cuando esa fuerza no la puedas controlar y salga fuera".

Aquel hombre noté como enrojeció de pronto, sus ojos tomaron una
viveza inusitada y agarrándome por el brazo y con fuerza, me dijo… ¡¿Y
tú como has podido ver eso en mí!?... Es simple; el pacífico o no
conflictivo, no puede desahogarse cuando quiere y ello le va
acumulando fuerzas negativas; las que cuando les da rienda suelta,
nadie sabe hasta donde puede llegar… aflojó mi amigo su apretón a mi
brazo y sonriendo y sosegándose; simplemente me dijo… "llevas razón"…
no me dijo más, ni yo le pregunté, pero aquel hombre con aquella
respuesta, me confirmó plenamente lo que yo intuí… "Dios sabe las
situaciones límite que habría vivido y con quién".

En una taberna de mi ciudad y hace muchos años; entre los habituales
a la misma, estaban un bravucón, gigantesco y que cuando tomaba un
poco más de la cuenta, se agigantaba aún más y solía tomarla con un
"bajito", que allí entraba como él a tomar vino… "lo comprometía, le
hacía ver su poca estatura y su poco peso, e incluso algunas veces,
con una sola mano, lo agarraba de las ropa del pecho y lo subía a
pulso, para demostrar su poderío y provocar la rechifla de algunos de
la concurrencia. El bajito, aguantaba todo lo aguantable y cuando no
podía mas, se iba y punto.

Pero un día, al ser levantado de tal guisa… "no notó al principio lo
que le iba ocurriendo a medida que levantaba al bajito… y lo que le
iba ocurriendo es que una muy afilada navaja, le iba rasgando la
tripa, desde el bajo vientre y el corte le llegó hasta el pecho"…
murió desangrado y destripado.

Son cosas que ocurren cuando "el abuso las provoca" y sé por mis
muchas observaciones y trato de gentes, de toda clase y condición… que
hay que tener mucho cuidado con el pacífico y por cuanto, cuándo el
pacifico que siempre retrocede… al llegar al punto de que a sí mismo
se dirá… "hasta aquí hemos llegado"; cuando dice de… "tirar para
adelante"… mejor no estar en su línea de ataque… por ello yo suelo
decir en estos casos… "Dios nos libre de la fuerza de un pacífico".

En la actualidad ya se van dando conatos de actos violentos y
producidos por gentes, incapaces de "pisar una hormiga"; los que
acorralados, indefensos y muchos considerando que "ya lo tienen todo o
casi todo perdido"; están empezando a… "tirar para alante"; y es que
"la cuerda ya la han tensado tanto, que se está deshilachando y puede
romperse en más de una ocasión" y después… una vez rota, ya será
bastante peliagudo el recomponerla… "y los pescadores a río revuelto,
seguro que ya tienen las redes preparadas, lanzadas… e incluso
recogiendo alguno que otro pescado"… ¿Se dan cuenta de todo ello los
que dicen gobernar? Yo creo que no. Por ello aporto dos hechos
históricos.

Cuando la famosa "Revolución Francesa" se inició, no la iniciaron los
hombres en principio, sino las mujeres y madres de París... agobiadas
por las altas subidas del precio del pan, llegaron a no tener dinero
ni para el pan de sus hijos... entonces salieron a la calle y llamando
"maricones" a sus maridos y demás hombres, se unieron a ellos y
empezaron las algaradas... llegaron noticias a la corte y por tanto al
rey... un "alto ministro", al oír que "no tenían ni para pan"...
soberbiamente gritó... ¡¡¡QUE COMAN YERBA!!! Aquello llegó a oídos del
pueblo... cuando empezaron a cortar cabezas, guillotinadas por la
guillotina... la del tal ministro... "FUE TIRADA A LOS ADOQUINES DE
LAS CALLES DE PARÍS Y LA EMPLEARON COMO PELOTA DE JUEGO, DÁNDOLE
PATADAS MIENTRAS AGUANTÓ"... lo cito como un hecho histórico y por
descontado, como aviso a navegantes... puesto que un pueblo aguanta
hasta un grado en que cuando se lanza... ya no hay fuerza que lo
detenga y aunque luego al final, "caerá en manos de otros
sinvergüenzas o incluso amorales", pero las atrocidades que puede
hacer mientras tanto, son temibles y terribles.

La otra ocurrió muchísimo tiempo antes… "un gobernador de provincia
del Imperio romano o persa (no recuerdo) fue destinado a aquella, con
la obligación de recaudar los impuestos, mantener controlado el
territorio y de paso hacerse rico… pero fue tal su voracidad, que se
le sublevaron lo súbditos… y curiosamente pudieron ganarle la partida…
lo juzgaron públicamente y como tenía tanta sed de oro… "atado a su
silla de gobierno y en aquella explanada donde fue jugado, fundieron
varias monedas de oro… y se las echaron por la garganta… con lo que
indudablemente le aplacaron su sed de riquezas".

Esperemos que cosas tan horribles no vuelvan a pasar, menos en
España, que tenemos el terrible recuerdo de la última y sangrienta
guerra civil… y menos en Europa, donde después de esta… "los
latrocinios cometidos tienen larga y terrible historia"… Pero no
olvidemos la maldición que dice que… "los que olvidan la historia,
suelen tener que repetirla". Amén.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

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