17.10.08

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

TUMBAS Y MAUSOLEOS

 

            Desde muy joven o casi niño, nunca entendí esa parafernalia que se dedica a los muertos. A medida que me hice mayor y luego viejo, lo he entendido cada vez menos; puesto que entiendo y estoy plenamente convencido de ello, que lo que se tenga que hacer por un ser es cuando éste está vivo… hace mucho tiempo que se lo digo a los míos… "las flores las quiero mientras esté vivo, las oraciones y en solitario, que me las dedique después aquél que de verdad me recuerde"; todo lo demás es absurdo. Es más, después de muerto quiero ser incinerado y mis cenizas al campo y el recipiente de las mismas, al contenedor de basuras más próximo.

            Las tumbas de los poderosos políticos son entendibles, puesto que no son otra cosa que reflejar el poder de la dinastía que pretende seguir gobernando y ello ya lo marcaron los faraones egipcios; los demás simplemente les han seguido y siguen; "puesto que las paga el pueblo". Por ello siempre que visito uno de estos "monstruos", me río de muy buena gana.

            Pero ello sigue y aunque se va perdiendo poco a poco en Occidente, por el auge de la cremación; aún surgen cosas como la que cuento.

           En la actual Rusia y en la nueva clase de "ricos y bandidos", resurge la ostentación tan denostada en la época zarista y así, los nuevos jefes de las bandas o mafias, que se han enriquecido enormemente debido a la cantidad de delitos cometidos; al ser muertos o matados; se erigen un nuevo tipo de sepulturas de muy alto coste y donde y en grandes lápidas de costoso granito negro, y en tamaño natural, quedan reflejadas en "fotografías petrificadas", las estampas de estos bandidos, en posturas naturales e incluso en pose dominante y con su lujoso automóvil al lado; reseñando sus proezas carcelarias, con cúpulas de iglesia ortodoxa y en actitud chulesca o matona, para que la posteridad no olvide lo que fueron y lo que protagonizaron. Vamos, como para mondarse de risa, simplemente acordándome de aquel chiste del Oeste americano y donde el pistolero pregunta el nombre a uno y después de pegarle varios tiros, dice lapidariamente… "te llamabas".

            En uno de mis viajes por Italia, estaba programado visitar el famoso cementerio de Génova, por lo ostentoso del mismo. Yo tenía interés en ver el que se dice mejor de sus mausoleos, que costeado por una famosa prostituta, dedicó todo su capital a dejar constancia de su paso por el mundo, en forma de aquel absurdo monumento, logrado sobre la base de… "imagínense la cantidad de servicios sexuales practicados a todo aquel que los pagase".

            En la ciudad donde nací y vivo, edificaron un nuevo cementerio en épocas de abundancias económicas, de la dictadura franquista. Cuatro de mis viejos amigos, ya muertos; el primero alcalde, el segundo recaudador de contribuciones, el tercero coronel del ejército y el cuarto dueño de importante gestoría administrativa y como amigos del alcalde constructor (el que personalmente me dijo que el cementerio era el negocio más rentable del municipio); se compraron junto a él, "solares", para sus mausoleos familiares, donde yacen ya los cuatro disfrutando de su postrera mansión. Me insinuaron que les imitara, yo sonreí y supongo les diría que yo no necesito sepultura… "mejor que la obra para mi cadáver la realicen para vivienda y servicios de los que quedan vivos, que lo necesitarán más que yo".

            En ese mismo cementerio yacen los restos de los dos seres a los que yo he querido más en este mundo, sencillamente por cuanto a ellos debo lo que soy. Fueron mi abuela y mi madre; fueron "ennichadas" y en sus nichos están… yo asistí al sepelio; después no he vuelto más y ya han transcurrido más de treinta años… sencillamente entiendo que allí no hay nada de ellas; sin embargo en mi corazón viven y vivirán mientras yo viva… y las recuerdo con ese sentimiento pleno de agradecimiento que les debo y que es impagable; "se lo digo en mis muchas oraciones y recuerdos". Dos de mis otros seres queridos, están en tumbas de circunstancias; mi padre en una fosa común y mi tío o segundo padre, en otra desconocida… son las consecuencias de aquella horrible guerra civil española, que en ésta época y cuando ya estaba enterrado casi todo… el nefasto Zapatero y presidiendo por casualidad un Gobierno español, ha desenterrado; para que toda la mierda, fango, ignominia, y todos los hedores de aquello… afloren de nuevo… merece por tanto, el más despreciable de los sentimientos humanos… puesto que no dejar en paz a los muertos, debiera ser delito penado por leyes.

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

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