1.3.14

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

Discurso al viajar humano

 

            Quién no ha viajado, no ha leído y “no ha vivido”… poco ha obtenido de este mundo, donde la formación del individuo, principalmente se logra con estos tres ingredientes y las experiencias que aportan al ser humano.

            En el libro que hoy presento figura el siguiente extracto:

LO QUE ENSEÑA E ILUSTRA EL VIAJE: “Viajar es ir leyendo un libro irrepetible y que tú vas escribiendo con tus propios ojos, ayudados por tu propio cerebro. Aprovecha pues, cualquier viaje que hagas y por corto que éste sea; si vas atento a “esa escritura original”, seguro que aprenderás siempre algo valioso y que te será de utilidad… “no cierres ni los ojos ni los oídos y está siempre atento; en el momento menos inesperado puede surgir la lección que no olvidarás mientras vivas”. 

            Grandes intelectuales del mundo, se formaron y conformaron en los viajes que realizaron. Entre los españoles citaré dos; Miguel de Cerbantes Sa avedra (firmaba así) y Vicente Blasco Ibáñez. La principal obra del primero, el famoso “Quijote”… ¿qué es sino un libro de viajes? Múltiples viajes que el autor realizó por la ancha España de su tiempo, en la que como empleado del rey y como avituallador de su ejército, anduvo por muchas partes de “sus reinos” (en Jaén estuvo y en el archivo de la catedral hay documentos firmados por él) y en esos viajes vivió múltiples experiencias que nos cuenta en dicho libro (que es la obra más traducida de todas las escritas en idioma español)… viajes físicos a los que el autor, aumenta, esos otros viajes que el escritor realiza mentalmente y según su estado de ánimo, los que llenan de fantasía a los otros y así, viajando con los pies y con la mente, se logró esa gran obra y todas las obras que de viajes se escribieron y escribirán… al autor no le basta con lo que ve y tiene que imaginar más cosas que le surgen al propio tiempo o después de haber visto lo que luego escribirá, en el momento de descanso y en el que le apetece escribir. 

            Vicente Blasco Ibáñez es “otro monstruo” de la literatura española y por ello debiera ser de lectura obligada en todos los centros de enseñanza; pero “como rebelde y opuesto al sistema establecido”; aún hoy se le tiene ese miedo idiota a quién se atrevió a escribir la realidad de su tiempo, con toda la crudeza que contenía la misma; pero como la verdad duele y en esta cainita España mucho más, es por lo que se le tiene olvidado y si bien sus obras fueron traducidas a todos los idiomas importantes, e igualmente algunas de ellas llevadas al cine; pero como siguen teniendo actualidad y “duelen a los de siempre”; silencio y no removerlo por si hubiese “contagios”.

            Citaré a otro autor famoso, éste francés y si bien se afirma que no viajó mucho, pero si que leyó muchísimo y era un erudito en geografía y otras materias, lo que… unido todo ello a su enorme imaginación, nos legó una cantidad de libros que se siguen leyendo con gran interés y satisfacción. Imagino que ya saben que me estoy refiriendo a Julio Verne y de cuyas obras por lo conocidas, no necesito hablar.

            Pero sin irse a las celebridades mundiales… ¿qué es la vida de cualquier ser humano?... un viaje; un viaje en el que irá viviendo todo lo bueno y malo que irá encontrando en el mismo y cuyo relato daría para muchos libros, siempre que el tal individuo supiese describirlo escribiéndolo en un idioma entendible.

            Y digo lo de idioma entendible por cuanto “cada persona” y más cada escritor; tenemos nuestro propio idioma y la forma de desarrollarlo, por lo que a unos se les entiende mucho mejor que a otros; ya que el que logra un idioma popular (no populachero que es otra cosa) y tiene un cierto grado de cultura, logrará lo que muy pocos logran; o sea que de cien que lean sus obras o escuchen sus discursos, al menos ochenta entiendan y se enteren de lo que les quiere decir o relatar; las palabras rebuscadas o “exquisitas” no sirven para nada, salvo para tapar la incapacidad de comunicación que tiene el autor… o los miedos que le atan y que le impiden decir lo que piensa… “Puesto que las palabras una vez dichas no se pueden recoger y menos aún los escritos publicados”… y la palabra, es la mejor arma que tiene el ser humano que sabe emplearla y puede hacerlo; además ese arma es a la que más temen los políticos o el tipo de gobierno que sea, ya que generalmente se gobierna con la mentira y no con la verdad, que es lo que debiera ser siempre… “y duela al que duela y caiga quién caiga”.

            De ahí que  un premio Nóbel francés/argelino, en uno de sus discursos al recibir el citado premio, afirmara… “La misión del escritor, del intelectual, del artista; es escribir o hablar por aquellos que no saben o pueden hacerlo”… Lo dijo Albert Camus; sabiendo la verdadera responsabilidad del que se atreve a difundir “sus verdades” y exponerse a lo que le pueda venir a consecuencia de ello.

            Y… ¿Un libro… qué es y que significa un libro? Dudo que la inmensa mayoría de quienes tienen o han tenido un libro en las manos, se hiciese esa pregunta… “a lo sumo pensarán que fue escrito, metido en imprenta, encuadernado y luego vendido como una mercancía más”. Pero un libro en mucho más… “muchísimo más”; y para empezar a comprender ello, el que quiera, simplemente que agarre dos o tres folios, empiece a escribir en ellos lo que le venga a la mente, logre terminarlos, luego leerlos y que los encuentre aceptables para que otros los lean. Entonces, sólo entonces, empezará a comprender y valorar lo que es un libro, que generalmente hoy, como mínimo necesita unos trescientos folios o más (el que hoy presento necesitó más de cuatrocientos a dos espacios) para ser un libro de tamaño normal.

            Ese libro ya terminado y en manos de lector; ha necesitado múltiples lecturas de su autor; muchas correcciones, borrar párrafos y volverlos a escribir; y en fin y por no cansarles… es un trabajo tan agotador, que el escribir así, ha sido calificado como el mayor y más pesado trabajo a realizar por el ser humano; puesto que el que escribe, “ve en su mente imágenes, que ha de traducir a palabras”… y enlazando estas, tratar de llevar esas imágenes al lector, sabiendo de antemano que cada lector y según su capacidad, verá (o incluso puede no verlo) un tipo diferente de esa imágenes que el escritor vio en su momento”; de ahí que luego cada cual valore al libro según su individual criterio; puesto que en esto como en todo… “somos individuos y como tal nos mostramos”; o sea que somos subjetivos y no objetivos.

            Pero… y no se olvide lo que diré a continuación… “Un libro es como un hijo, o incluso puede llegar a ser más que un hijo normal”; puesto que el hijo físico en realidad es “medio hijo”, puesto que para lograrlo se necesitan macho y hembra y normalmente… “cuesta poco trabajo el hacerlo”; otra cosa es el gestarlo, luego parirlo y mucho más el educarlo y prepararlo bien para su futuro. Pero en el libro, el autor es a la vez… “padre y madre” y además, el lograrlo y verlo convertido en libro, nadie sabe, salvo el que lo escribiera, lo que costó en tiempo y fatigas, amén del dinero necesario para que el escritor simplemente pueda vivir viéndolo “andar”; no hablemos de la otra aventura cual es, llevarlo a imprenta y verlo terminado; para eso se necesita un dinero que muchos no tuvieron y por ello, “esos libros no llegaron a nacer” y la mayoría se perdieron en el olvido.

            Los libros que hoy entran en las redes de venta masiva, no quiere decir que sean de más contenido que los que salen en tiradas mínimas; al contrario; suelen ser libros “de ocasión” y que por ese “bluf” del momento, se pueden vender cientos de miles de ejemplares; pasada “esa bengala de fama”; esos libros desaparecerán y no dejarán rastro digno de mención… “pero esa es la vida y que marca el consumo brutal a que nos han obligado” y los libros, han llegado a ser eso… “un consumir y tirar”. Por ello libros hay muy pocos, lo que abundan es lo que yo denomino como “papel impreso”… “montañas de papel impreso”.

            No es como ocurriera al sabio Platón, del que leí hace mucho tiempo, que deseando tener un libro, y por lo costoso del mismo, tuvo que vender una propiedad agrícola, para poder adquirirlo… “claro que entonces todo se hacía a mano, pero aún así, aquel sabio valoró lo que le enseñaría aquel libro y lo compró”. Hoy el libro, el verdadero libro de enseñanza o pensamiento, se vende tan poco, tan poco… “que no hay nada más que ver el comportamiento de las masas y pese a que desde niños, los cargan de libros y los llevan a la escuela”; claro que maestros tampoco hay… “a lo sumo profesores”, pero han fracasado y a la vista están los resultados actuales y pese a tantos “planes de enseñanza”, como han impuesto y abolido, en la España actual.

            El libro es también, la obra más duradera que ha realizado el hombre y a las escrituras egipcias, mesopotámicas, hindúes, mayas y tantas otras, me remito… “el hombre escribió libros mucho antes de haber inventado el papel o haberlo hecho en la piel (curtida) de los animales; su primeros escritos están en piedra, incluso antes de conocer un abecedario; las pruebas las tenemos en todos esos escritos en forma de figuras “rupestres” y donde aquellos hombres nos dejaron “sus escritos”.

            También las antiquísimas enseñanzas chinas, nos legaron aquella hermosa reflexión, la que recomienda… “tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro”; como culmen de la vida de un ser humano y como símbolo de una realización positiva de toda su vida, habiendo dejado tras de sí valores eternos y que beneficiarían a las generaciones posteriores.

            Y de la aún más vieja civilización hindú, sirva para terminar, estos hermosísimos versos: Un libro abierto, es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora. (Proverbio Hindú).

            Por todo ello a mí me da mucha lástima cuando oigo… “a mí no me gusta leer; yo no tengo tiempo para leer; yo no sé leer, etc. etc.”; y me da lástima, por cuanto ni ellos saben lo que se pierden y lo que disfrutarían si lo emprendiesen y cultivasen… pero… ¿quién los convence? Hoy es fácil conseguir lo que antes era casi imposible. A pesar de ello, hay mucha gente que en su vida leyó un libro y morirá así.

            Mi libro: “Viajando por España y Portugal”; es por tanto un libro de viajes, pero donde se relatan muchas cosas más, aparte de lo que mi vista pudo ver en esa veintena de viajes por… “la piel de toro ibérica, cual es nuestra Península”.

            VER EN MI WEB: ¿QUE ES Y QUE REPRESENTA EL TURISMO COMO UNA OPORTUNIDAD PARA LA FAMILIA...O EL INDIVIDUO... EN SU FORMACION Y PROGRESO? (Escrito en 1994)

Antonio García Fuentes

Escritor y filósofo

www.jaen-ciudad.es (aquí más: cuando la desbloqueen)

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