3.1.09

Artículo de AGF para publicar y difundir: Gracias

EL HOMBRE Y SUS CREENCIAS RELIGIOSAS

(Esperanza para un nuevo año)

 

            Desde que empecé a pensar, que lo hice "muy temprano"… desde que me sentí filósofo, por cuanto muchos de mi ello decían; aunque hoy en mi vejez deduzco, que todo aquel que se preocupa por asuntos fuera "de la panza, el dinero, el poder y el aparato sexual"… los son o empiezan a serlo, aunque no reparen en ello… mis preocupaciones que más sufrimiento y pesar me produjeron, fueron la trascendencia del ser; o sea esas eternas preguntas del ser que piensa y deduce… "qué soy, por qué soy, de donde vengo, a donde boy"… a la que algunos añadieron o añadimos, ¿soy un juguete de la creación material… soy fruto del acaso o la casualidad?... o como dijera Martín Lutero… "somos marionetas cuyos hilos mueve Dios".

            Todo ello y en la soledad del alma (que es la más terrible de todas) crea inquietudes, miedos, terrores, e incluso "tormentas inexplicables"… hay que padecer todo ello, superarlo y una vez superado, atreverse a hablar o escribir como yo lo hago desde hace muchos años y con la tranquilidad y sosiego con que hoy escribo.

            Días atrás y tras las tres cotidianas partidas de dominó; salimos de la partida y esta vez me acompaña Bernabé; un buen hombre con siete años más que yo, a sus espaldas; con unas vivencias enormes y que aún hoy, jubilado; cuida su huerto, sus gallinas y por ello mismo, vive en contacto con la Madre Naturaleza, de la que sabe bastante, puesto que me da consejos útiles, para los problemas de mi minúsculo huerto y jardín. Marchamos hacia la cercana parada del autobús urbano y mientras andamos, le saco la conversación de la trascendencia del hombre y se la planteo con palabras sencillas y fáciles de entender, puesto que es hombre que como yo, ha trabajado desde niño y ha tenido que hacerlo "dónde y cómo se ha presentado, incluso en la emigración". Ya bajo la marquesina de la parada, me mira y señalando con la mano, al cielo y a la tierra, me dice escuetamente.

            "Eso es lo que hay… creo en lo que veo".

            Sonrío y como suelo decir en estos casos… ¿Bernabé… pierdes algo con creer, te reporta algún perjuicio, no es un consuelo el tener al menos, esperanza? Me mira, sonríe y apenas dice nada, o me hace entender que asiente, quizá por no seguir más; pues el asunto es de los que no tiene aclaración satisfactoria. No hablamos más.

            Pero y como yo hice tras "atravesar mis muchos desiertos anímicos" (los materiales los conquisté bastante joven)… decidí, envolverme en dos firmes convicciones; creer en ese Dios que yo; "veo a mi alrededor en infinitas manifestaciones de la vida o incluso en lo inerte"… tener fe y confianza en el futuro y sobre todo esperanza y tranquilidad para esperar la muerte, en la que todos los días pienso y sin que ello me altere lo más mínimo… al fin y al cabo yo… "soy efecto no causa".

            Y siento fe y esperanza, por cuanto una maravilla como lo es cada ser humano (como igualmente lo es cualquier otro ser vivo, vegetales incluidos)… no puede ser fruto del azar, de la casualidad (no hablemos del planeta y su situación exacta para que con la ayuda del Sol, aquí exista la vida y se mantenga)… ¡No!... eso tiene forzosamente que ser fruto de algo grande e inabarcable por nuestra pobre mente; y a lo que definimos con una palabra dulce y corta (Dios)… que no dudo existe y que no dudo el que algo trascendente reserva para toda su Creación. No puedo admitir, ni admitiré el que seamos algo así como… "juguetes creados sólo para sufrir"; no, no lo creo y precisamente por ello, cada día pienso en la muerte y espero con "cierta ilusión"… ese viaje… del que ya decía el sabio de los sabios… "No temáis a la muerte… es sólo un tránsito más" (Pitágoras).

            Pero mi amigo Bernabé… "pegado a la tierra, tocando esos seres vivos que en infinitas formas hay en ella"; me dijo lo que me dijo… y no lo entiendo, puesto que en mis infinitas lecturas, luego visto en películas y documentales… todos los hombres de este mundo, todas las tribus por primitivas que fueren o sigan siéndolo… creen en sus dioses, creen en un Dios supremo; y creen sencillamente, por cuanto… "todo lo que el hombre no ha hecho ni puede hacer… incluyéndose a si mismo (transmite la vida, pero no la crea)… eso lo ha hecho una Fuerza, un Ser… algo a lo que llamamos Dios, por que había que dedicarle una palabra sencilla para nombrarlo.

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

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