2.12.06

LA POLÍTICA COMO UN NEGOCIO; LIMPIO… (De responsabilidades)


Cualquier negocio, dentro de la ley tiene sus responsabilidades y da igual del tipo que sea. Generalmente tienes una idea, arriesgas un capital, emprendes el negocio y si logras encajar en algún hueco que te deje la competencia (que siempre hay) prosperas; sino… pues ya se sabe como acaban los negocios.

En política no suele haber tantos riesgos… sólo el saber “incrustarse en el grupo pretendido”, conformarse en principio con lo que te “echen”, dedicarte en cuerpo y alma a servir al jefe inmediato e ir trepando, hasta que puedes pasar por encima de la cabeza de quién te aupara y así llegar; a ese “olimpo” donde pocos llegan, pero que es donde está el verdadero negocio, por lo que el “trepa” viene soñando desde que pensó en dedicarse a la política; por ello algunos son capaces de recorrer todo el arco político y militar donde sea… donde sea, que vean hay posibilidades de “negocio”.

Con unos presupuestos tan brutales a “mangonear” (no me haga reír el que diga administrar) y tan cuasi completa “patente de corso”. ¿A quién le sorprende lo ocurrido tras las votaciones en Cataluña?… que no es otra cosa, que lo que viene ocurriendo desde hace casi treinta años, en todo aquel lugar donde haya “negocio”; y sea en las alturas del Estado o en los arrabales del más modesto de los municipios de España… cada cual encamina “su negocio” allí donde sabe que puede llegar a mangonear cuanto más mejor.

En Cataluña, que es lo más “fresco” (valga es símil por lo de “frescura”) que tenemos al alcance; se ha repetido bochornosamente lo que tanto ha dado que hablar e incluso denunciar (entre ellos mismos se acusaron de sobornos en el propio Parlamento catalán… y se taparon de inmediato); y a cara de perro, se han unido de nuevo, no por ninguna afinidad ideológica que no tienen; sino simplemente por “el negocio”; la enorme cantidad de “pelas” que hay que negociar en los próximos cuatro años de mangoneo. El mantenimiento de tantísimo coche “oficial” (luego sirve para todo) y servidores de todo tipo, que como en siglos pasados sólo dicen… “si señor” (Acertó plenamente Alfonso Guerra en dos cosas, lo de que “a España no la iba a conocer ni la madre que la parió… y lo de que el que se mueva no sale en la foto”)… cantidades enormes de “enchufes a la teta nacional; y que son nombrados sólo con señalar con el dedo del nuevo “dios”, dispensador de prebendas, mamandurrias y negocios mil y milmillonarios”; y en fin, lo que estamos dolorosamente hartos de ver cuasi cada día, y sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza (”seguirá existiendo ese sentir”); o sea, una nueva dictadura, con el nombre de democracia… y en ello estamos.

Pues esto no es democracia, señores de la política… por mucho que la nombren (siempre la tienen en la boca); la democracia moderna ya la dejó señalada el Barón de Secondat, más conocido por Montesquieu… al que curiosamente, creo recordar que, “enterró” también, nuestro célebre Alfonso Guerra… con aquella tercera y famosa frase relativa a ello; que junto con las otras dos ya referidas; le garantizan un puesto en la historia de la política española de todos los tiempos; pero encasillándolo no precisamente en las pocas figuras brillantes que en ella fueron… pocas… muy pocas.

“En Estados Unidos (EE.UU.) el desprestigio alcanzado en los años treinta del pasado siglo, fue tal, que el Presidente, F.D. Rooselvet se vio obligado a salir al paso con esta recomendación... “Tenemos que luchar para que la palabra político deje de ser un insulto”. (En España se oyen ya, cosas mucho peores) No se puede decir y reconocer más, en menos palabras, por cuanto huelgan comentarios... ¿qué nos espera en el presente y el futuro?... me temo que más de lo mismo; tal y como vamos viendo desarrollarse la política nacional. De ahí el que la gente vote cada vez menos y desprecien a los políticos que dicen representarla.

Y no se regenera la política; que debiera serlo en primer lugar; legislando que gobierne la mayoría, sea la que sea… y el resto a la calle, a mirar vigilar y denunciar; y que los jueces actúen como es su obligación, de asalariados; o mejor, su deber vocacional. Igualmente que esa inexistente democracia “entre en los partidos”… “si estos sistemas; incalificables ya, siguen así… ¿qué nos espera antes o después?: Simplemente vean la historia… y no muy atrasada; simplemente la del pasado siglo… ¡Incluida España, claro está!

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)

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